Una cubana en España compartió en TikTok la que describió como su primera gran experiencia de choque cultural desde que emigró hace más de ocho años: la manera en que se celebran los cumpleaños infantiles en ese país europeo.
En un video publicado en su cuenta @susana.lavidaesuna, relató cómo al organizar el cumpleaños de su hija, como haría cualquier madre cubana, decidió asumir todos los gastos de la celebración en una ludoteca. “Yo mandé la invitación al grupo de padres del colegio, les dije que se iba a celebrar en tal lugar, a tal hora, que todos estaban invitados y muchas gracias”, explicó. Sin embargo, poco después recibió un mensaje privado inesperado: “Una de las madres me llama y me pregunta que cuánto hay que dar por el cumpleaños”.
Sorprendida, respondió que nada, que ella lo estaba organizando todo como anfitriona. “Yo le digo: ‘¿Cómo que dar algo? No, no, que lo estoy invitando yo’”, recordó. Pero la insistencia de la otra madre dejó claro que había un malentendido cultural. “Vuelve y me dice: ‘¿Pero cuánto vamos a dar por el cumpleaños?’”.
Fue entonces cuando Susana se enteró de que, en ese entorno escolar, los padres de los niños invitados suelen aportar una cantidad de dinero, generalmente cinco euros por niño, y que la familia anfitriona se encargaba de completar el resto del costo de la fiesta. “Me explican que, si cada niño llevara un regalo, al final sale más caro. Así es mejor, se pone un dinero entre todos y la madre del cumpleañero compra el regalo que quiera”, dijo. Aunque la idea le pareció razonable, vivirlo fue otra cosa. “El día del cumpleaños, me daban los cinco euros en la mano... la cara se me caía de vergüenza. Yo me quedaba con la mano así, pero ellos venían como si nada, una cosa muy normal”.
A pesar del impacto inicial, Susana reconoció que con el tiempo se ha adaptado. “A día de hoy, estoy muy adaptada, lo veo muy práctico y pues doy mis cinco euros en los cumpleaños y también los recojo, y no pasa nada”, dijo entre risas.
Su relato generó un intenso debate en la sección de comentarios del video. Muchos usuarios españoles aseguraron que no se trata de una práctica común ni generalizada. “¿Pero dónde vives en España? Yo tengo un niño y jamás se ha hecho así”, escribió Montse. Elena A. coincidió: “Esa norma la habrá puesto ese grupo de padres. Nosotros pagamos el cumpleaños y los demás traen un regalo y ya”.
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Otros fueron más tajantes. “Eso no pasa en España, te habrá pasado con esos padres”, comentó Pochi. María del Mar añadió: “Yo soy española y nunca he celebrado un cumpleaños así. Yo invito a quien quiero y cada niño lleva un regalito si puede, nada más”.
Sin embargo, también hubo quienes confirmaron que sí se realiza este tipo de colecta en algunas zonas, especialmente como forma de organizar regalos conjuntos y evitar duplicidades. “En el cole de mi hija lo hacemos así: damos diez euros por niño, la familia le compra lo que quiera, ropa, juguetes, de parte de todos los niños”, explicó Fatima Pérez. Otro usuario añadió: “Nosotros damos el dinero a los papás y compran el regalito al cumpleañero de parte de los invitados”.
Algunas madres aclararon que el dinero no se entrega en mano, sino que se organiza de manera discreta. “Una de las mamis se encarga de recaudar lo de todos los niños y se le pregunta a la mami del cumpleañero si prefiere un vale, un juguete o el dinero”, comentó una usuaria identificada como “septiembre”. Desde Toledo, otra madre relató: “Cada niño pone cinco euros y entre todos se hace un regalo, o varios, depende del dinero”.
La experiencia de Susana se suma a una creciente colección de historias de cubanos en el extranjero que relatan sus choques culturales. En Suecia, una joven aseguró que lo que más la impactó fue que “los piropos no existen” y que “las mujeres son las que toman la iniciativa en las relaciones”. En México, otra cubana expresó su desconcierto ante el uso del picante incluso en los Chupa Chups y la existencia de una “torta cubana” que, según ella, no tiene nada que ver con la isla. En Estados Unidos, una madre recién llegada declaró que la comida “no le sabe a nada”, lo cual calificó como un verdadero “trauma”.
En otros casos, las diferencias culturales provocan situaciones tan desconcertantes como cómicas. “Me bañé con un vaso porque no sabía cómo funcionaba la ducha”, confesó un joven cubano en TikTok, sumándose a una larga lista de anécdotas virales sobre la adaptación de los recién llegados a nuevas realidades.
Susana concluye su historia con una reflexión que muchos migrantes comparten. “Yo soy de la opinión de que cada casa tiene sus reglas. Si tú visitas a una persona, cumples las reglas de su casa. Yo soy cubana pero vivo en España. Mi deber es adaptarme al nuevo país”.
¿Has vivido tú también un choque cultural como este? ¿Cómo se celebran los cumpleaños en tu entorno?
Preguntas Frecuentes sobre el Choque Cultural de Cumpleaños en España y la Emigración Cubana
¿Cuál fue el choque cultural que experimentó Susana en España con los cumpleaños infantiles?
Susana experimentó un choque cultural cuando descubrió que en su entorno escolar en España, los padres de los niños invitados a un cumpleaños suelen aportar una cantidad de dinero para el regalo del cumpleañero, en lugar de llevar regalos individuales como se acostumbra en Cuba.
¿Es común en toda España la práctica de aportar dinero para los cumpleaños infantiles?
No es una práctica común en toda España, sino que depende del grupo de padres o de la región. Algunos padres en España informaron que esta práctica no es generalizada y que en muchos lugares se sigue llevando un regalo individual al cumpleaños.
¿Cómo ha sido la adaptación de Susana al cambio cultural respecto a los cumpleaños en España?
A pesar del impacto inicial, Susana ha logrado adaptarse al cambio cultural. Con el tiempo, encontró práctico el sistema de aportar dinero y ahora participa en él con normalidad, tanto dando como recibiendo el dinero para cumpleaños.
¿Qué otros choques culturales han experimentado los cubanos en el extranjero según el contexto?
Los cubanos en el extranjero han compartido diversos choques culturales, como la falta de piropos en Suecia, el uso del picante en México, o la percepción de que la comida en Estados Unidos "no sabe a nada". Estos relatos reflejan la diversidad de experiencias y adaptaciones que enfrentan al llegar a nuevas culturas.
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