La primera secretaria del Partido Comunista en la provincia de Granma, Yudelkis Ortiz Barceló, justificó las recientes protestas en el Consejo Popular Santa Rita, en Jiguaní, por un problema de abasto de agua, omitiendo las verdaderas causas que sacaron a la calle a los vecinos: el hambre, los apagones y la miseria.
Según declaraciones difundidas por la funcionaria en sus redes sociales y replicadas por la prensa oficialista, las manifestaciones del miércoles en Santa Rita fueron atendidas por el primer secretario del Partido en Jiguaní, Yordanis Charchaval, junto al presidente de la Asamblea Municipal y la intendente.

Todos ellos se reunieron con los manifestantes para explicar que la fuente de agua de Chapala, afectada por un equipo quemado, sería restituida en breve, una vez reparado en un taller de la provincia de Mayabeque.
"Aquí el intercambio fue tranquilo, sin faltas de respeto y con completo entendimiento de la situación", afirmó Ortiz, quien reiteró la necesidad de "una comunicación franca, directa y honesta con nuestra población".
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Sin embargo, las imágenes compartidas por la activista Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia mostraron una realidad distinta. En los videos publicados en redes sociales se observa a vecinos gritando consignas contra los apagones y la escasez de alimentos y agua, pese a la interrupción del servicio de internet ordenada por el gobierno para contener la protesta.
“¡Quitaron el internet, pero están en la calle!”, escribió Salcedo, al destacar el coraje de los manifestantes.
Las protestas en Jiguaní se suman a una ola creciente de manifestaciones en otras provincias del país, como Guantánamo, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Bayamo. Los cubanos han salido a las calles para exigir libertad y cambios en el gobierno. Piden el fin de los apagones, de la falta de alimentos, combustible y mejoras en los servicios básicos.
El régimen asegura haber garantizado el abastecimiento de agua por medio de pipas, pero los propios funcionarios reconocieron en medio de la protesta que no pueden mover los vehículos por la falta de combustible, ya que el petróleo está reservado exclusivamente para grupos electrógenos en instalaciones de alta prioridad como hospitales.
Mientras los ciudadanos claman por comida y libertad, los dirigentes optan por minimizar el descontento social y desviar el foco hacia aspectos técnicos. La estrategia oficialista se repite: negar la profundidad del malestar y centrar el relato en factores menores, intentando diluir la gravedad de una crisis generalizada.
En contraste con los discursos institucionales, la tensión en las calles refleja una situación límite. Las protestas, cada vez más frecuentes, son el reflejo del colapso económico, la represión política y la desconexión total entre el régimen y la ciudadanía.
Ortiz Barceló y su papel en la propaganda oficial
No es la primera vez que Yudelkis Ortiz Barceló intenta desviar el foco de las críticas legítimas de los ciudadanos. Días antes de los disturbios en Bayamo, la dirigente escribió en Facebook:
“Vivimos en un mundo donde la libertad de odiar jamás ha estado tan fuera de control en las redes sociales... No le sigamos el juego a quienes desde las gradas vociferan, chiflan y no se meten en el juego”.
A pesar de su retórica, la presión social obligó a Ortiz a salir a dar explicaciones a los manifestantes, en medio de una situación que se torna cada vez más incontrolable para las autoridades.
Un país al borde del colapso
Las protestas del 24 de mayo en Bayamo y Cienfuegos, así como las recientes manifestaciones en Santa Rita, son una muestra clara del desgaste de un modelo político y económico que ha sumido a millones de cubanos en la precariedad.
La respuesta del mandatario Miguel Díaz-Canel, al calificar a los manifestantes de "antisociales", confirma la estrategia del régimen: criminalizar el descontento y negar la realidad.
Sin embargo, el pueblo de Cuba está perdiendo el miedo y cada vez son más los que, a pesar del silencio mediático oficial, la represión y los apagones digitales, deciden levantar la voz, no solo por agua, sino por comida, electricidad y libertad.
Preguntas frecuentes sobre las protestas en Cuba por falta de agua, hambre y apagones
¿Cuál fue el motivo principal de las protestas en Jiguaní, Granma?
El motivo principal de las protestas en Jiguaní fue el descontento por el hambre, los apagones y la miseria generalizada, aunque la dirigente comunista Yudelkis Ortiz Barceló intentó atribuirlas únicamente a problemas de abastecimiento de agua.
¿Cómo reaccionó el gobierno cubano ante las protestas en Jiguaní?
La reacción del gobierno cubano fue intentar minimizar el descontento social, atribuyendo las protestas únicamente a problemas técnicos como el abastecimiento de agua. El régimen también cortó el servicio de internet para evitar la difusión de las manifestaciones y criminalizó a los manifestantes, calificándolos de "antisociales".
¿Qué otros lugares de Cuba han experimentado protestas similares?
Protestas similares han ocurrido en otras provincias cubanas como Guantánamo, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Bayamo. Estas manifestaciones reflejan el creciente descontento popular ante los apagones prolongados, la falta de alimentos y servicios básicos en todo el país.
¿Cuál ha sido la respuesta del régimen cubano ante el descontento social generalizado?
La respuesta del régimen ha sido minimizar las protestas, utilizando estrategias de propaganda para proyectar una imagen de calma y control. Además, han recurrido a la criminalización de los manifestantes, acusándolos de ser manipulados por influencias externas y tachándolos de "antisociales".
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