Una red que se dedicó al robo y reventa ilegal de balitas de gas licuado en la provincia de Sancti Spíritus, entre enero y mayo de este año, fue desarticulada por fuerzas del Ministerio del Interior (MININT), según fuentes oficiales.
El teniente coronel Rolando Rodríguez Carmenate, jefe del Órgano de Investigación Criminal del MININT, dijo a Radio Sancti Spíritus que la banda estaba integrada por cuatro individuos: dos de ellos cometían los robos en el municipio cabecera y otros dos receptaban y revendían los cilindros en esa ciudad y en la comunidad de Meneses, en el municipio de Yaguajay.
El modus operandi de la red era aprovechar el horario nocturno para irrumpir en viviendas vulnerables, de donde sustraían balitas para comercializarlas en el mercado negro a precios muy por encima del valor oficial.
Rodríguez Carmenate informó que “fueron detenidos los dos autores, quienes directamente cometían los hechos; así como dos personas que se encargaban de receptar estas balas, tanto vacías como llenas”.
Reveló que el autor principal reconoció, hasta el momento, 25 hechos de robo con fuerza y hurtos en viviendas de la capital provincial.
Los individuos que robaban vendían los cilindros vacíos a 15,000 pesos a los receptadores y los llenos, a 30,000. Estos últimos, por su parte, los revendían a precios aún mayores, “con una ganancia de entre 15,000 y 20,000 pesos en cada uno de los hechos”, afirmó.
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Según el oficial, la confesión del señalado como autor principal y la reconstrucción de los hechos permitieron a las autoridades determinar que actuaban durante la madrugada en zonas como el reparto residencial frente a Rancho Hatuey, Kilo 12, Olivos I, Reparto Escribano, Garaita, parque Antonio Maceo, Avenida de los Mártires, calle Sobral y áreas cercanas a la Terminal Provincial, indicó el reporte de la emisora radial.
El mayor Maikel Pérez Reyes, asesor jurídico del MININT, describió otros detalles del proceder de la banda y el acusado principal. “Usaban teléfonos celulares para vigilar movimientos policiales. Un cómplice alertaba sobre la ubicación de nuestras fuerzas, lo cual permitía al autor principal usar vías alternas para evadir controles. Así trasladaba las balitas robadas hasta su casa”.
A juicio de Pérez Reyes, la “sofisticación” del grupo les posibilitó operar desde enero hasta mayo de 2025.
Precisamente, la investigación policial se inició al detectarse un creciente aumento de robos de balitas, señalaron las autoridades, al tiempo que destacaron la colaboración de la ciudadanía en el esclarecimiento de los delitos. “Gracias a denuncias anónimas identificamos la referida cadena delictiva, ante lo cual la población ha expresado satisfacción por este golpe a la delincuencia”, aseguró Rodríguez Carmenate.
Los cuatro arrestados, cuyas identidades no fueron reveladas, enfrentan cargos por robo con fuerza y hurto en viviendas, indicó el jefe del Órgano de Investigación Criminal.
Añadió que el MININT solicitó a la Fiscalía la imposición de la medida cautelar de prisión provisional, mientras “se profundiza en posibles vínculos con otros delitos y posibles autores”.
Radio Sancti Spíritus reconoció que “sin lugar a dudas, la crisis de gas licuado en la provincia —con interrupciones de hasta dos meses en el suministro— alimentó el negocio ilícito”.
Durante el operativo se recuperaron múltiples balitas, aunque la emisora no precisó la cifra. La devolución a sus propietarios legítimos se hará a través de la Oficina del Gas en el territorio.
Los oficiales del MININT informaron, además, que se ha intensificado el patrullaje en áreas residenciales del municipio de Sancti Spíritus durante la madrugada y se promueven medidas de autoprotección. “Recomendamos retirar las balitas de áreas expuestas y reportar ventas sospechosas. La vigilancia colectiva es clave”, advirtió Pérez Reyes.
Las acciones de esta banda se produjeron en meses en que se ha agudizado la crisis del gas licuado de petróleo (GLP) a nivel nacional, debido a la falta de liquidez del gobierno cubano para costear el combustible doméstico.
A finales de mayo se conoció que un barco cargado con 1,300 toneladas de GLP había permanecido anclado frente a las costas de Santiago de Cuba durante cuatro meses porque el gobierno no tenía dinero para pagar el suministro, lo que puso en evidencia los graves fallos en el sistema financiero y logístico del régimen.
La prolongada escasez de gas licuado en Cuba ha dejado a miles de hogares sin acceso durante meses a este recurso esencial para la cocción de alimentos. A esto se suman los constantes y extensos apagones, que obligan a numerosas familias a recurrir al carbón o la leña como únicas alternativas para cocinar.
Luego de una larga espera e incertidumbre por parte de la población del oriente del país, un buque cargado con gas licuado atracó en el muelle de la Refinería Hermanos Díaz, de Santiago de Cuba, en la última semana de mayo, tras lo cual se iniciaron las operaciones de descarga para restablecer el suministro en hogares y entidades de la región.
A mediados de ese mismo mes, luego de 54 días de interrupción, en la ciudad de Sancti Spíritus se reinició la distribución del combustible.
Mientras, en la provincia de Villa Clara, tuvo que ser suspendida transitoriamente la venta de GLP debido a una parada técnica de la planta de procesamiento, por la falta de materia prima, según fuentes oficiales. Sólo se priorizaron servicios esenciales y entregas previamente pagadas.
Iniciado junio, la aguda escasez de gas licuado persiste en el país. Esta semana, las autoridades de Isla de la Juventud decidieron racionar el suministro del carburante y restringirlo, en una primera etapa, únicamente a personas encamadas y pacientes bajo tratamiento de hemodiálisis.
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