El presidente de Estados Unidos Donald Trump volvió a encender las alarmas globales con una nueva prohibición de viajes que afecta directamente a ciudadanos de 12 países y aplicará restricciones adicionales a visitantes de otros siete, entre ellos Cuba, y Venezuela, fuentes de migración en los últimos años.
La medida, que entrará en vigor el lunes a las 12:01 am, revive una de las políticas más polémicas de su primer mandato, esta vez con el respaldo explícito de la Corte Suprema.
Los gobiernos de muchos de esos 19 países reaccionaron con desconcierto y preocupación ante la nueva medida, que restringe total o parcialmente la entrada de sus ciudadanos a Estados Unidos y amenaza con agravar tensiones diplomáticas, legales y humanitarias.
Cuba está incluida en la lista de países a los que se les limitan las entradas para visitantes. Ello afecta a inmigrantes y no inmigrantes (turistas, estudiantes, empresarios), salvo excepciones como residentes permanentes legales, atletas o titulares de visas vigentes.
Cuba bajo lupa: terrorismo, descoordinación y sobreestadía
En el caso específico de Cuba, la proclamación la cataloga como un "Estado patrocinador del terrorismo". Se acusa a La Habana de no cooperar suficientemente con Estados Unidos en materia de cumplimiento de la ley y de negarse históricamente a aceptar el retorno de sus nacionales deportables.
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Según el Informe de Excedencia de Visas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Cuba registró una tasa del 7.69 % de sobreestadía en las visas B-1/B-2 (negocios y turismo), y del 18.75 % en visas F, M y J (estudios y programas de intercambio).
La orden presidencial suspende explícitamente el ingreso de ciudadanos cubanos bajo esas categorías y ordena que los funcionarios consulares limiten al máximo la validez de otras visas de no inmigrante.
La noticia representa un nuevo obstáculo para cientos de cubanos atrapados entre el autoritarismo de su gobierno y las barreras de entrada a Estados Unidos.
El ataque detonante
La orden ejecutiva firmada el miércoles prohíbe completamente la entrada a ciudadanos de Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, considerados como fuentes de "amenazas a la seguridad nacional".
Trump relacionó la medida con el ataque terrorista del pasado domingo en Boulder, Colorado, donde un ciudadano de Egipto -no incluido en la lista- fue acusado de usar un lanzallamas improvisado. El DHS afirmó que el agresor había sobrepasado la duración de su visa de turista, argumento utilizado por el presidente para justificar una acción urgente.
"Queremos evitar que se repita un evento como el de Boulder. Hay países que simplemente no están haciendo su parte para controlar a quienes salen de su territorio", dijo Trump desde la Casa Blanca.
¿Seguridad nacional o castigo colectivo?
Expertos y funcionarios han cuestionado la base de la orden ejecutiva, que se apoya en estadísticas limitadas y criterios vagos como "actitudes hostiles" hacia Estados Unidos.
Las consecuencias son inmediatas y profundas.
Ciudadanos de Afganistán, muchos de los cuales colaboraron estrechamente con las tropas estadounidenses durante la guerra, denuncian que el apoyo que tenían se ha visto erosionado constantemente bajo la actual administración.
"Me siento abandonado", dijo a la AP Khalid Khan, refugiado afgano en Pakistán que trabajó para el ejército estadounidense durante ocho años.
Organizaciones de derechos humanos como la ACLU han advertido que la nueva proclamación "destruye las vías legales de inmigración bajo un pretexto de seguridad nacional", y llaman a una revisión inmediata de su legalidad y moralidad.
Con estas nuevas restricciones, Trump no solo reedita su política de fronteras cerradas, sino que reafirma su apuesta por una doctrina migratoria de exclusión, castigo preventivo y presión diplomática, que podría provocar repercusiones duraderas en las relaciones exteriores de Estados Unidos y en la vida de miles de personas afectadas.
En medio de crecientes tensiones globales, esta nueva "prohibición de viajes 2.0" refuerza una política que para muchos confunde seguridad con exclusión, legalidad con castigo colectivo, y liderazgo con nacionalismo extremo.
Preguntas frecuentes sobre las nuevas restricciones de viaje de Trump
¿Cuáles países están afectados por la nueva prohibición de viajes de Trump?
La nueva prohibición de viajes afecta a ciudadanos de 12 países, incluyendo Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Además, hay restricciones adicionales para siete países, entre ellos Cuba, Venezuela y Haití.
¿Qué motivos dio Trump para implementar estas restricciones de viaje?
Trump justificó las restricciones alegando riesgos para la seguridad nacional. Señaló que los visitantes de ciertos países exceden la duración de sus visas y se basó en un informe del Departamento de Seguridad Nacional sobre los países con mayores tasas de “overstay”. Sin embargo, esta decisión ha sido criticada por considerarse un castigo colectivo basado en datos incompletos.
¿Cómo afectan estas medidas a Cuba, Venezuela y Haití?
Las restricciones de viaje impactan directamente a los migrantes de Cuba, Venezuela y Haití, países que ya enfrentan crisis humanitarias significativas. En Cuba, estas medidas representan un nuevo obstáculo para los ciudadanos que buscan escapar del autoritarismo y entrar en EE.UU. En Venezuela, la conmoción es notable debido a las restricciones preexistentes, y en Haití, miles de familias quedan en incertidumbre.
¿Qué reacciones han generado las nuevas restricciones de Trump en la comunidad internacional?
Las nuevas restricciones de viaje han sido ampliamente criticadas a nivel internacional. Organizaciones de derechos civiles han condenado la medida y expertos legales advierten sobre las consecuencias morales y diplomáticas. La Comisión de la Unión Africana ha instado a EE.UU. a revisar su postura de manera equilibrada y basada en evidencia.
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