Las estadísticas oficiales confirman una contracción sostenida de los visitantes internacionales, con caídas alarmantes en mercados clave como Rusia, Canadá y la comunidad cubana en el exterior.
El turismo en Cuba no logra recuperarse y continúa en picada. Datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), actualizados hasta el cierre de mayo de 2025, revelan que el país recibió un total de 1.171.228 viajeros, lo que representa apenas el 79,4 % del total acumulado en el mismo período del año anterior.
Son nada más y nada menos que 303,299 visitantes menos que en el mismo período de 2024, o lo que es lo mismo, una estrepitosa caída del 20,6%, que se suma a la tendencia decreciente iniciada en 2020.
Más grave aún es el dato de visitantes internacionales: 862,343 personas viajaron a la isla desde el extranjero hasta mayo, lo que equivale al 73,4 % respecto al mismo período de 2024, es decir, una pérdida de 312,219 visitantes foráneos.
Si se toman los datos de 2022 como referencia, cuando el gasto promedio por turista en Cuba ascendió a unos 500 dólares, se podría concluir que la caída en el número de turistas repercute en unos 156 millones de dólares de pérdidas en el sector controlado por el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), en poder de los militares y élites del régimen cubano.
Aunque pudiera parecer contradictorio, la caída en el número de visitantes internacionales (312,219) es superior a la pérdida total de viajeros (303,299) debido a que, en 2024, los turistas foráneos representaban una proporción mucho mayor del total.
Lo más leído hoy:
Esto implica que, si bien todos los segmentos han retrocedido, la contracción ha sido particularmente severa entre los viajeros extranjeros, que son los que generan más ingresos al país.
Entre los principales países emisores, el desplome más dramático se registra en la Federación Rusa, con una reducción del 45,6 % (de 102.756 en 2024 a solo 56.089 en 2025). También Canadá, tradicional primer mercado del turismo cubano, muestra una fuerte contracción del 28,5 %, pasando de 541,851 a 387,404 visitantes.
La comunidad cubana en el exterior, otra fuente clave de visitantes, cayó de 129,520 a 100,212 personas (una baja del 22,6 %), mientras que los viajeros desde Estados Unidos retrocedieron a 57,177, un 80,9 % de lo registrado el año anterior.
Otros mercados también muestran retrocesos notables: Alemania (-33 %), Francia (-26,8 %), e Italia (-25,7 %). Solo Argentina y México mantuvieron cifras cercanas a las de 2024, con descensos menores al 10 %.
La magnitud del retroceso se hace aún más evidente si se compara con los años previos a la pandemia de COVID-19. Entre enero y mayo de 2018, Cuba recibió aproximadamente 2,5 millones de visitantes internacionales, y en el mismo período de 2019, fueron cerca de 2,2 millones.
En contraste, en 2025 la cifra se reduce a apenas 862,343 visitantes, lo que representa una contracción de más del 60 % en comparación con los niveles prepandémicos. Este desplome revela que, lejos de alcanzar una recuperación sostenida, el turismo cubano sigue lejos de los estándares anteriores a la crisis sanitaria mundial.
Estos números confirman que la contracción del turismo no es coyuntural, sino estructural. La ocupación hotelera en el primer trimestre fue de solo 24,1 %, lo que implica que más del 75 % de la capacidad instalada permaneció ociosa, incluso en temporada alta.
Las pernoctaciones bajaron de más de 5 millones a 3,6 millones, y los ingresos se desplomaron un 21,5 %, de 44,411 millones a 34,860 millones de pesos cubanos, según los datos divulgados por el ente oficialista.
La cadena hotelera Meliá reportó un desplome del 20,8 % en los ingresos por habitación disponible y una ocupación promedio de 40,5 %, lo que confirma el bajo rendimiento del mercado cubano frente a otros destinos del Caribe.
Pese a esta situación, el régimen cubano sigue invirtiendo en la construcción de hoteles e infraestructuras turísticas, una estrategia que ha sido fuertemente cuestionada por economistas y especialistas del sector.
“El turismo internacional no ocupó ni una cuarta parte de la capacidad hotelera en el primer trimestre. Es un resultado peor que en 2024 y contradice el discurso oficial de recuperación”, advirtió el economista Pedro Monreal.
El gobierno se había trazado como meta alcanzar 2,6 millones de visitantes internacionales en 2025, pero tras cinco meses solo ha recibido el 33,2 % de esa cifra. Todo indica que, como ya ocurrió en 2024, la isla volverá a quedarse muy por debajo de su objetivo.
Problemas como la inflación, la inseguridad, la falta de conectividad aérea, los apagones, la escasez de alimentos y medicinas, y el deterioro general de los servicios públicos han restado competitividad a Cuba frente a otros destinos turísticos del Caribe.
A medida que se acumulan los reveses, crecen las dudas sobre la sostenibilidad de un modelo económico que depende de un turismo en franco retroceso. Las cifras oficiales no dejan lugar a dudas: la crisis del sector turístico cubano es profunda, y su recuperación luce más lejana que nunca.
Archivado en:
