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La Unidad 4 de la Central Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos, continúa fuera del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y, según las autoridades, no volverá a incorporarse hasta finales de octubre, tras más de nueve meses de inactividad.
En diciembre de 2024, la termoeléctrica cienfueguera se desconectó totalmente del SEN para someter a sus dos bloques a un mantenimiento intensivo. Entonces, la prioridad fue la reparación de la Unidad 3, gravemente afectada por la caída del sistema eléctrico nacional en octubre de ese año, que dañó su turbina.
Esa intervención concluyó en mayo de 2025 y permitió que el bloque se mantuviera en servicio durante el verano, con una disponibilidad superior al 95%, según informó su director, José Osvaldo González Rodríguez. El propio funcionario reconoció ahora que la Unidad 4 enfrenta un proceso más complejo, al presentar dificultades tanto en la turbina como en la caldera:
“El bloque 4 hoy se halla sometido a un mantenimiento parcial ampliado, con acciones similares a las realizadas en la Unidad 3. En la caldera aparecieron grietas en la unión de la zona de influencia térmica de la soldadura, además de problemas en los intercambiadores, sobrecalentador y recalentador”, explicó al medio oficialista 5 de Septiembre.
Las nuevas promesas sobre el arranque de la Unidad 4 de Cienfuegos aparecieron publicadas el 9 de septiembre de 2025, apenas un día antes del apagón masivo que dejó a casi toda Cuba a oscuras tras la caída total del SEN. La coincidencia alimentó aún más el escepticismo ciudadano ante los anuncios oficiales, percibidos como un intento de ganar tiempo frente a la crítica situación energética.
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Las complicaciones técnicas referidas por González Rodríguez han obligado a prolongar las reparaciones mucho más allá de los plazos iniciales. En enero pasado, el gobierno aseguró que la Unidad 4 estaría lista en junio, pero ahora su puesta en marcha se aplaza hasta octubre de 2025, con el argumento de que los trabajos de rectificación requieren “más rigor”.
El directivo insistió en que se prioriza la “calidad” del mantenimiento, pero la falta de transparencia y los reiterados incumplimientos de cronogramas incrementan el malestar ciudadano.
Aunque la termoeléctrica de Cienfuegos fue considerada durante años como una de las más confiables del país, su historial muestra también largas paradas y reparaciones de envergadura.
En 2017 estuvo casi un año fuera de servicio en un proceso de modernización que incluyó la sustitución de equipos clave, y en 2018 recibió inversiones millonarias destinadas a mejorar su eficiencia.
Sin embargo, desde finales de 2024 la situación se ha agravado con una sucesión de averías en sus dos bloques, paradas simultáneas sin precedentes y repetidos incumplimientos de plazos anunciados por la Unión Eléctrica y el propio gobierno.
Esta espiral de fallas y mantenimientos inacabados ha convertido a la planta, antes referente de estabilidad, en otro eslabón frágil de un sistema eléctrico nacional al borde del colapso.
Mientras tanto, los apagones siguen marcando la vida de millones de cubanos, que reciben con escepticismo los nuevos anuncios oficiales. Primero se dijo junio, ahora octubre: una dinámica de expectativas y aplazamientos que erosiona aún más la credibilidad de la gestión gubernamental en materia energética.
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