La televisión pública alemana Deutsche Welle (DW) emitió un amplio y contundente documental titulado “Cuba: la promesa traicionada”, donde analizó cómo la revolución liderada por Fidel Castro devino en una de las dictaduras más longevas y represivas del hemisferio occidental.
El reportaje, narrado por los periodistas Laura Iglesias San Martín, Jaime González Arguedas y Mariano Ramírez Gisbert, ofrece una visión descarnada del fracaso del modelo castrista y su impacto devastador en la población cubana.
“Cuba se encuentra cayendo por un pozo que no tiene fondo”, advirtió el periodista e historiador González Arguedas, poniendo el foco en la situación actual del país: una economía colapsada, escasez generalizada de alimentos y medicinas, apagones de más de 24 horas, y un éxodo que ha visto huir a casi el 30 % de la población en apenas dos años.
El documental ofreció una línea de tiempo que recorrió los momentos clave de la historia cubana desde finales del siglo XIX, pasando por la etapa republicana, la dictadura de Batista, y el ascenso de Fidel Castro al poder.
Pero más allá del relato histórico, lo que destacó la televisión pública alemana es la transformación del llamado "proyecto revolucionario" en un sistema de control absoluto, sustentado en la represión, el miedo y la propaganda.
“Fidel aprendió desde muy temprano que quien controla la narrativa, controla el poder”, señaló la historiadora Lillian Guerra, una de las expertas entrevistadas junto al escritor cubano Amir Valle. Ambos destacaron cómo el carisma inicial de Castro fue utilizado para suplantar las promesas democráticas con un régimen autoritario sin elecciones ni libertades fundamentales.
Lo más leído hoy:
Tras su llegada al poder en 1959, Castro prometió restaurar la Constitución de 1940 y convocar elecciones libres en un año. Sin embargo, el documental evidenció cómo esas promesas se desvanecieron rápidamente, mientras se consolidaba un Estado unipartidista liderado por él mismo y con una progresiva infiltración comunista.
Las voces disidentes dentro del propio movimiento revolucionario —como el comandante Hubert Matos o el presidente Manuel Urrutia— fueron silenciadas con cárcel o exilio. Incluso la misteriosa desaparición de Camilo Cienfuegos, uno de los líderes más populares de la revolución, fue presentada como parte de una purga interna promovida por Fidel y Raúl Castro.
La producción también ahondó en el control social que el régimen estableció con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), descritos como una estructura de vigilancia vecinal sin precedentes, inspirada en métodos de la extinta Alemania Oriental.
Esta red permitió al Estado mantener una represión sistemática, incluso cuando el tan pregonado "entusiasmo revolucionario" se desvanecía.
Otro de los puntos más impactantes del documental fue la revisión de los juicios sumarios televisados en los primeros meses del poder revolucionario, donde la población, hipnotizada por la narrativa oficial, pedía a gritos “¡Paredón!” para cualquier acusado, sin garantías judiciales. “La represión al revés”, la llamó DW: el pueblo, en lugar de liberarse, acabó exigiendo sangre.
El reportaje también abordó el papel de Estados Unidos en los inicios de la llamada “revolución cubana”, y cómo la ruptura definitiva entre ambos países se precipitó tras la nacionalización de empresas estadounidenses en la isla y la posterior imposición del embargo, un tema que el régimen ha utilizado sistemáticamente como excusa para justificar su fracaso económico.
Sin embargo, la conclusión del reportaje fue categórica: la crisis actual de Cuba no puede atribuirse al embargo, sino al modelo de control absoluto que ha asfixiado cualquier iniciativa privada, criminalizado la disidencia y perpetuado la pobreza. “El pueblo cubano nunca ha estado tan desesperado como ahora”, señaló Valle.
A casi una década de la muerte de Castro, ocurrida el 25 de noviembre de 2016, el documental cuestionó la legitimidad de su legado recogido por Miguel Díaz-Canel en el proyecto político de la "Continuidad"
Aquel líder que en 1953 se defendió en el juicio del asalto al cuartel Moncada diciendo que “la historia me absolverá”, no solo no fue absuelto, sino que ha dejado tras de sí un país sumido en el caos, la desesperanza y el éxodo.
Archivado en:
