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El columnista y analista político Bret Stephens, ganador del Premio Pulitzer y una de las voces más influyentes de la política exterior estadounidense, publicó este lunes en The New York Times un artículo de opinión en el que plantea abiertamente que Estados Unidos debería derrocar a Nicolás Maduro.
Asimismo, analizando posibles escenarios de este conflicto, el experto señaló la posibilidad de que Washington le conceda la posibilidad de abandonar el poder y largarse con un salvoconducto a países dispuestos a acogerlo. En caso de que el dictador venezolano se aferre al poder, Stephens consideró que una intervención militar liderada por Donald Trump podría ser inevitable.
En su texto, titulado “The Case for Overthrowing Maduro” (El caso para derrocar a Maduro), Stephens sostuvo que el régimen chavista se ha transformado en una amenaza directa para la seguridad nacional de Estados Unidos, tanto por su participación en el narcotráfico como por su alianza con China, Rusia e Irán, países que —según el analista— han logrado instalar una “cabeza de playa estratégica” en el continente americano.
“Fuera de Corea del Norte, pocos gobiernos han producido más miseria para su propio pueblo que el de Venezuela”, advirtió Stephens, quien durante años ha defendido la necesidad de que Washington ejerza liderazgo activo frente a regímenes autoritarios que exportan inestabilidad.
Un contexto de máxima tensión
El artículo aparece en un momento especialmente sensible: Estados Unidos mantiene desplegado un grupo de ataque con portaaviones y 15,000 militares en el Caribe, mientras el Departamento de Estado, bajo la dirección de Marco Rubio, designó este lunes al Cartel de los Soles —dirigido por altos mandos chavistas y por el propio Maduro— como organización terrorista extranjera (FTO).
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Esa clasificación permite a Washington aplicar el marco legal antiterrorista para perseguir a sus miembros, confiscar activos y sancionar a cualquier actor que mantenga vínculos con el régimen venezolano. Stephens consideró que esta decisión “amplía significativamente las herramientas de acción” y prepara el terreno para medidas más contundentes.
En su análisis, el experto recordó que las sanciones económicas impuestas durante los últimos años no han debilitado al régimen, sino que han empobrecido al pueblo y fortalecido el control interno del chavismo.
Frente a ello, planteó que la única salida realista es forzar la caída de Maduro, mediante presión militar o una operación de captura similar a la ejecutada por Estados Unidos en Panamá en 1989 contra el dictador y narcotraficante Manuel Noriega.
En ese sentido, Stephens sugirió ofrecer a Maduro una “última oportunidad” para exiliarse en La Habana, Moscú o Teherán, y advirtió que, si no lo hace, debería enfrentarse a lo que llama “el tratamiento Noriega”: destrucción de las defensas aéreas venezolanas, captura de los altos mandos y traslado del líder chavista a Estados Unidos para ser juzgado.
Un experto con peso en Washington
Stephens, nacido en Nueva York en 1973 y criado en Ciudad de México, es uno de los analistas de política internacional más escuchados del ámbito conservador estadounidense.
Ha sido columnista del Wall Street Journal, editor del Jerusalem Post y colaborador habitual de NBC News. En 2013 recibió el Premio Pulitzer al comentario por sus análisis sobre política exterior.
Su pensamiento se enmarca en la corriente neoconservadora: defiende el uso del poder militar estadounidense para proteger el orden democrático y contener a regímenes autoritarios. Desde esa óptica, considera que Venezuela es un Estado criminal que amenaza la estabilidad del hemisferio, y que la inacción de Washington solo fortalece a Moscú y Pekín.
“Si empiezas a tomar Viena, toma Viena. Lo mismo vale para Caracas”, concluyó Stephens citando a Napoleón, en un llamado a Trump para actuar sin titubeos.
Implicaciones regionales
La opinión de Stephens refleja el debate estratégico que se intensifica en Washington sobre el futuro de Venezuela y el papel de Estados Unidos en América Latina.
Para muchos analistas, la publicación coincide con una fase de endurecimiento diplomático y militar de la administración Trump frente a los regímenes aliados del chavismo, en especial Cuba y Nicaragua.
Si la tesis del columnista gana terreno entre los círculos de seguridad y defensa estadounidenses, la caída de Maduro podría dejar de ser una hipótesis teórica para convertirse en un escenario operacional real, con consecuencias imprevisibles para el Caribe y para La Habana, su principal socio político y militar.
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