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En 2022, Juan Hernández salió de Cuba con apenas 500 dólares en el bolsillo, una maleta y la determinación de encontrar un futuro mejor.
Tres años después, aquel salto de fe lo ha llevado a construir una nueva vida en San Antonio, Texas, donde dirige su propio taller de soldadura con un nombre nacido de una promesa espiritual: "Las 3 vírgenes".
Hernández recuerda que el detonante de su salida fue la crisis en su patria.
"La situación en Cuba se puso muy mala, hasta la actualidad", explicó a Univisión.
Sus familiares estuvieron pendientes de cómo iba haciendo todo el trayecto hasta Estados Unidos.
Siempre tuvo su meta muy clara: "Tratar de buscar un sueño mejor para mí y para mi familia".
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Juan ha tenido éxito, pero dejar atrás su vida no fue nada sencillo.
En La Habana trabajaba como veterinario, una profesión que amaba profundamente, pero que tuvo que abandonar para empezar desde cero al llegar a su nuevo país.
Una promesa que terminó convertida en un negocio
Durante su viaje, Hernández se aferró a su devoción a las tres vírgenes cubanas. Esa fe, afirma, le dio valor para dar el salto.
Antes de salir de Cuba, les pidió protección para llegar con bien a su destino. "Les pedí que todo saliera bien, y les prometí que si me traían bien a Estados Unidos le pondría ese nombre al negocio", aseguró.
Hoy, esa promesa se materializa en su taller de soldadura, que sostiene a su familia y representa el inicio de una nueva vida.
Aunque no ejerce como veterinario, Hernández dice con orgullo que su trabajo actual "ha creado todo el sueño que queríamos crear".
Un camino construido en familia
A su lado está su esposa, Carmen Hurtado, de origen mexicano, quien destaca que la Virgen de Guadalupe ha sido la guía espiritual desde que comenzaron su vida en Texas.
Ambos viajaron juntos a la Basílica de Guadalupe, en México, para agradecer por el camino recorrido y las oportunidades que han encontrado.
Desde allí, enviaron un mensaje a quienes llegan a Estados Unidos con sueños similares: no dejar de luchar, mantener la fe y confiar en que la disciplina y la constancia pueden convertir los objetivos más difíciles en realidad.
La historia de Juan Hernández es una muestra del esfuerzo de miles de cubanos que, movidos por la esperanza y la resiliencia, reconstruyen sus vidas lejos de casa, impulsados por el deseo de un porvenir digno para ellos y sus familias.
Preguntas frecuentes sobre la historia de Juan Hernández y la migración cubana
¿Cómo logró Juan Hernández establecer su propio negocio en Estados Unidos?
Juan Hernández logró establecer su propio taller de soldadura en San Antonio, Texas, llamado "Las 3 vírgenes", como resultado de su determinación y fe. A pesar de las dificultades iniciales al emigrar de Cuba con solo 500 dólares, su devoción a las tres vírgenes cubanas le dio la fuerza para superar los desafíos y cumplir su promesa espiritual, transformándola en un exitoso negocio que ahora sustenta a su familia.
¿Qué motivó a Juan Hernández a salir de Cuba?
Juan Hernández decidió salir de Cuba debido a la grave crisis económica y social que afecta a la isla, buscando un futuro mejor para él y su familia. Este tipo de éxodo es común entre muchos cubanos que, enfrentados a la falta de oportunidades y represión, optan por emigrar en busca de una vida digna y oportunidades de prosperidad en el extranjero.
¿Qué papel jugó la fe en el éxito de Juan Hernández en Estados Unidos?
La fe fue un componente crucial para Juan Hernández. Durante su viaje, se mantuvo aferrado a su devoción por las tres vírgenes cubanas, lo que le proporcionó el valor necesario para enfrentar los desafíos del camino. La promesa que hizo a las vírgenes se materializó en su negocio exitoso, "Las 3 vírgenes", que simboliza tanto su agradecimiento como su nueva vida en Estados Unidos.
¿Cómo se compara la historia de Juan Hernández con otras historias de migrantes cubanos exitosos en Estados Unidos?
La historia de Juan Hernández es similar a la de muchos otros cubanos que han emigrado en busca de mejores oportunidades. Al igual que Hernández, otros migrantes como Ricky Ravelo y Dairon Cano han transformado la adversidad en éxito, estableciendo negocios prósperos en sectores como la construcción y la barbería. Estas historias comparten un hilo común de sacrificio, resiliencia y la búsqueda de un futuro mejor para ellos y sus familias, a menudo motivados por la necesidad de escapar de las difíciles condiciones en Cuba.
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