“Subestimamos la amenaza del régimen cubano y perdimos la libertad”, recuerda María Corina Machado desde Oslo

Desde Oslo, donde llegó tras meses de clandestinidad y persecución política, María Corina Machado lanzó una advertencia que conecta de lleno con la historia reciente de Cuba.

En una entrevista concedida a Noticias RCN, de Colombia, la líder opositora venezolana reconoció que su país cometió un error que hoy paga caro y fue minimizar el peso y la influencia del régimen cubano en la región.

“Subestimamos lo que era la amenaza del régimen cubano y lo que significaría la pérdida de la libertad”, afirmó, al repasar los 27 años de chavismo que han llevado a Venezuela a una de las crisis más profundas de su historia.

Las declaraciones fueron realizadas desde la capital noruega, adonde Machado viajó para recibir el Premio Nobel de la Paz 2025, en un momento de alta visibilidad internacional y también de fuerte carga simbólica.

Desde allí, estableció un paralelismo directo entre Venezuela, Cuba y Nicaragua, países que, según admitió, siempre estuvieron frente a los ojos de los venezolanos como advertencia, pero cuya experiencia fue ignorada. “Decíamos que Cuba es Cuba y Venezuela no es Cuba. Y fíjense cómo estamos ahí”, dijo en la entrevista con RCN Televisión.

El mensaje adquiere una resonancia especial para los cubanos dentro y fuera de la Isla, que durante décadas han escuchado promesas de cambio mientras la vida cotidiana sigue marcada por la falta de libertades, la censura y el exilio forzado.

Machado no solo habló desde la autocrítica, sino también desde la empatía. Antes, en Oslo, durante un intercambio con periodistas, dedicó palabras explícitas al pueblo cubano y vinculó de manera directa ambas luchas. Aseguró que la causa venezolana no es aislada y que la libertad de su país está inevitablemente ligada a la de Cuba.

“La lucha por la libertad de Venezuela es la lucha por la libertad de Cuba”, afirmó la dirigente opositora, en un mensaje dirigido tanto a los cubanos que resisten dentro de la Isla como a quienes han tenido que rehacer su vida fuera.

Prometió que, una vez Venezuela sea libre, asumirá también la causa de los pueblos que hoy viven bajo regímenes autoritarios, una declaración que resonó como esperanza para muchos y como desafío político para otros.

Machado fue recibida en la capital noruega entre abrazos, aplausos y consignas de apoyo por seguidores que la esperaban como símbolo de resistencia democrática.

Su llegada fue posible tras una compleja operación de salida de Venezuela, realizada en secreto ante el riesgo de arresto, y puso fin a más de un año de clandestinidad.

En la entrevista con Noticias RCN, recordó cómo el régimen intentó silenciarla prohibiéndole salir del país y limitando incluso sus desplazamientos internos. Lejos de quebrarla, aseguró que esas restricciones la llevaron a conocer Venezuela “por dentro”, recorriendo cada rincón y fortaleciendo su vínculo con la gente común.

Desde el escenario internacional que hoy le da el Nobel de la Paz, Machado insistió en que la libertad de expresión y el cuidado de las instituciones no son consignas abstractas, sino líneas de defensa que, cuando se abandonan, conducen al mismo destino.