Ana Corina Sosa, hija de la opositora venezolana María Corina Machado, recibió este miércoles en el Ayuntamiento de Oslo el Premio Nobel de la Paz 2025 en nombre de su madre, quien no logró llegar a tiempo a la ceremonia debido a los obstáculos impuestos por el régimen de Nicolás Maduro.
El acto, presidido por los reyes Harald V y Sonia de Noruega, estuvo cargado de emoción y simbolismo. Entre una ovación del público puesto en pie, Sosa subió al escenario para recoger el diploma y la medalla del galardón, valorado en 11 millones de coronas suecas (equivalentes a un millón de euros o 1.2 millones de dólares), de manos del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes.
“Mi madre nunca rompe una promesa, y por eso, con toda la alegría de mi corazón, puedo decirles que en solo unas horas podremos abrazarla aquí en Oslo después de 16 meses”, declaró Sosa visiblemente conmovida, frente a una gran fotografía de Machado.
La joven recordó también a “las otras hijas e hijos que hoy no podrán ver a sus madres”, en alusión a los presos políticos y perseguidos del régimen chavista.
La ceremonia contó con la presencia del presidente argentino Javier Milei, el primer ministro noruego Jonas Gahr Store, el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, y los mandatarios de Panamá y Paraguay, José Raúl Mulino y Santiago Peña, respectivamente.
En su discurso de entrega, Frydnes lanzó un contundente llamado a Maduro para que abandone el poder y permita “una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela”.
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“Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo, porque esa es la voluntad del pueblo venezolano. María Corina Machado y la oposición han encendido una llama que ninguna tortura, mentira o miedo podrán apagar”, afirmó el presidente del Comité Nobel, provocando una prolongada ovación.
Frydnes denunció también la represión política en Venezuela y la grave crisis humanitaria que ha expulsado a más de ocho millones de venezolanos, calificando la situación como “una de las mayores crisis de refugiados del mundo”.
Mientras tanto, Machado continúa su viaje hacia Oslo, según confirmó el Instituto Nobel, tras varios intentos frustrados de salir del país. Su llegada, prevista para las próximas horas, mantiene en vilo a su familia y a la comunidad internacional.
El galardón, otorgado el pasado 9 de octubre, reconoce la lucha incansable de Machado por la democracia y los derechos humanos en Venezuela, causa que ella misma ha vinculado con la resistencia de los pueblos cubano y nicaragüense frente a las dictaduras.
Aunque ausente físicamente, su voz resonó hoy en Oslo. Y su nombre, ya inscrito en la historia, se convirtió en un símbolo de esperanza para millones de latinoamericanos que sueñan con la libertad.
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