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La tumba de La Milagrosa recibe visitas de todas partes del mundo

Este vídeo recoge el testimonio de creyentes en los milagros de Amelia Goyri y también el relato de uno de los cuidadores de su tumba, muy informado sobre la historia y sobre los visitantes, de todas partes del mundo, que han dejado allí evidencia de su agradecimiento.

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Este artículo es de hace 7 años

La tumba de Amelia Goyri, más conocida como La Milagrosa, es la más célebre y visitada del Cementerio de Colón, en La Habana.

La sepultura es fácilmente reconocible por su estatua de mármol, que representa a una mujer con una gran cruz y con un bebé en brazos, y por la gran cantidad de flores y visitantes que siempre tiene.

Muestra de las gran cantidad de placas de agradecimiento que se acumulan junto a la tumba de La Milagrosa (Foto: cubanet)

Amelia Goyri de la Hoz nació en 1879, en el seno de una rica familia habanera. Se casó con el capitán del ejército libertador, José Vicente Adot y Rabell, pero la joven murió dando a luz a su primer hijo, el 3 de Mayo de 1901.

La criatura tampoco sobrevivió al nacimiento, y madre e hijo fueron enterrados juntos en la misma tumba.

Años después, al ser exhumados los restos, se pudo comprobar que los cuerpos estaban intactos, y que Amelia estrechaba, en un símbolo de amor maternal, a la criatura entre sus brazos.

Algunos devotos explicitan la causa de su agradecimiento, otros no (Foto: cubanet)

Desde entonces, poco a poco se fue instalando un ritual de visita entre los habaneros, que inauguró el afligido esposo de la joven, quien durante años visitó la tumba diariamente.

José Vicente nunca aceptó la muerte de Amelia, y consideraba que sólo estaba dormida, motivo por el cual siempre "la despertaba" con tres toques de argolla sobre su tumba. Tampoco le daba nunca la espalda, origen de otro de los ritos que conservan los devotos.

Cuentan que José Vicente Adoll y Rabell se opuso a que la tumba de Amelia fuera objeto de culto, porque lo consideraba una intromisión en su vida privada. Sin embargo, fue una tradición que se acabó imponiendo, y que un siglo después, permanece.

Este vídeo recoge el testimonio de creyentes en los milagros de Amelia y también el relato de uno de los cuidadores de la tumba, muy informado sobre la historia y sobre los visitantes, de todas partes del mundo, que han dejado evidencia de su agradecimiento por los múltiples “milagros” que se le atribuyen a la joven.

Aunque a La Milagrosa se le hacen peticiones de todo tipo, son especialmente frecuentes las relacionadas con la maternidad y con la protección de los hijos.

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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide


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