Se llama Café Trovando y es regentado en el interior de una casa colonial por Antonio Fuentes, un joven y talentoso ingeniero en Telecomunicaciones, y Yaideline Gómez, una emprendedora recién graduada de Ingeniería Industrial.
Es uno de los cuatro cafés privados que han acabado en los últimos tiempos en la ciudad de Holguín con la hegemonía que otrora tuviera el café estatal Las Tres Lucías.
"El Café Trovando es una opción genial para los que queremos estar lejos de la tontería del reguetón y el trap. Aquí los clientes podemos lo mismo tomar un café delicioso que leer poesía o tocar la guitarra que te ofrece el propio local. Es otra cosa", dice Amaury Peña, un joven escritor miembro de la Asociación Hermanos Saíz.
Lo mismo sucede con Café Les Amis, otro local privado que se enfoca en ofrecer opciones cercanas a la cultura y culinaria francesa, y donde sus empleados tienen bien claro por qué prefieren trabajarle al sector privado y no al estatal: “Nos especializamos mejor en el cliente, recibimos más propina”, dice Daniel, uno de los dos meseros, secundado por Marla, también mesera: “Es mejor, hay más facilidades de trabajo”.
Este tipo de negocios pagan patentes fijas de 400 pesos cubanos, además de contribuciones a la Seguridad Social, impuestos por la utilización de fuerza de trabajo, y el 10% de los ingresos totales. Cifras incómodas para emprendedores que reciben poco y nada de beneficios por parte del estado para invertir en sus negocios.
La Casa Vieja y Happy Coffee son otros dos negocios particulares que ofrecen horarios hasta entrada la madrugada, ofertas culinarias atractivas por precio y elaboración, y sobre todo: el ambiente libre y distendido que rara vez se encuentra en algún establecimiento del Estado.
"Antes nos íbamos a Las Tres Lucías", cuenta Amanda, una bailarina de danza folclórica, "pero en los últimos tiempos todos preferimos venir a estos otros cafés. Nos permiten actividades más improvisadas, menos rígidas. Y la música es también mucho mejor".
En Holguín, la competencia habla alto con sus cafés que no dejan margen a la goleada: sector privado 4 - sector estatal 1.
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