Cientos de personas se reunieron este domingo 24 de septiembre en La Habana para rendir culto a la Virgen de la Merced, patrona de los presos, y sincretizada con Obatalá en la religión yoruba de la Isla.
Como suele ser habitual cada año, los devotos -muchos de ellos vestidos de blanco y portando flores y velas- se reunieron en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, en la calle Cuba n. 806, en La Habana Vieja, desde donde la virgen fue llevada en procesión por las calles del barrio de San Isidro y de Belén.
La Virgen de la Merced, también conocida como Nuestra Señora de las Mercedes o la Virgen de las Mercedes, es una de las advocaciones de la Virgen María, y se le representa desde el siglo XVI en América Latina. Viste una túnica, un escapulario y una capa de color blanco, y veces muestra cadenas y grilletes como símbolos de cautiverio.
Patrona de Barcelona, su devoción nació en esa ciudad, de donde pasó al resto de España y, tras la conquista de América, se extendió al continente americano.
Fue la primera Virgen entronizada en América por Cristóbal Colón, cuando fue sofocada a finales del siglo XV una rebelión indígena en la actual República Dominicana.
En el caso de Cuba, la Virgen de las Mercedes se sincretiza con Obatalá, orisha mayor del panteón yoruba, creador de la tierra, artífice del ser humano, deidad de la pureza, dueño de la blancura, la cabeza, los pensamientos y los sueños.
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