APP GRATIS

Ernesto Morales: "Nos vigilaron tanto que nos convertimos en un pueblo delincuente"

Somos una panda de impresentables que lo mismo robamos al Medicare, que a los seguros, que adoramos la piratería como quien ya no sabe vivir sin ella.


Este artículo es de hace 6 años

Nos criaron como a ladrones. Rufianes de uniforme y pañoletita roja o azul al cuello a los que había que vigilar siempre.

Nos hicieron conciencia de culpables. Nos vigilaban en las calles, en cada cuadra un comité; nos vigilaban en las escuelas, que si federaciones estudiantiles, que si jóvenes comunistas.

Nos vigilaban en las tiendas: no nos dejaban entrar con mochilas, con bolsos, carteras. Nos obligaban a dejar nuestras pertenencias fuera porque era obvio: si nos dejaban entrar con bultos algo nos robaríamos.

Nos vigilaron tanto que nos convertimos en un pueblo delincuente. Psicología inversa: si nos trataban con desconfianza era porque no debíamos ser confiables.

Y lo hemos terminado siendo. Somos una panda de impresentables que lo mismo robamos al Medicare, que a los seguros, que adoramos la piratería como quien ya no sabe vivir sin ella.

Piratear. Asaltar a otros, tomar sus pertenencias, llevárnoslas sin pagar. ¡Vaya si los cubanos sabemos de eso! Hemos fundado un país atracador, una isla pirata. (Venimos de un sitio tan surreal que uno de sus alabarderos más gástricos, un adalid oficial anti-consumo, ha construido su fama televisiva con algo llamado “Pasaje a lo Desconocido”, un imperio pirata que lleva décadas desangrando a Discovery Channel y National Geographic para beneficio de la televisión proletaria nacional).

Hasta ahí, todos bien. Robamos allá dentro para vivir. Pirateamos para dar comida al acervo cultural. ¿Qué mas podíamos hacer si no?

El problema es cuando vamos exportando malacrianzas por el globo terráqueo. Cuando no conformes con importar nuestras músicas importamos también nuestro desprecio absoluto por la propiedad privada. Y la música, el cine, la televisión, son propiedades con derechos privados.

No conformes con importar nuestras músicas importamos también nuestro desprecio absoluto por la propiedad privada

Cubanos que aún no llegan al mundo real y funcional aunque lleven diez o veinte años en él. Cubanos que almacenan en sus computadoras gigabytes enteros de mercancía pirateada, cuando en el mundo real y funcional basta con pagarle $8.99 a HBO, $7.99 a Netflix, $9.99 a Spotify, para tener sus prodigios en tus pantallas.

Comprar civismo, que le dicen. Una suerte de autofelicitación porque ya no vivimos en la Isla pirata, ya no hay que robar para vivir, nadie nos vigila al entrar a las tiendas, ni hay CDRs, ni federaciones, ni nos pueden revisar el teléfono o la mochila impunemente, y ya nadie nos embute ideología única a chorros a través de una pantalla de televisor.

¿Es tan difícil devolverle al mundo la nobleza que en nuestra isla pirata a todos nos extirparon al nacer?

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:

Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Ernesto Morales

Periodista de CiberCuba


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada