Tras una seguidilla de episodios violentos en su entorno inmediato -robos, asaltos y una respuesta policial que bordea la indiferencia-, la locutora cubana Laritza Camacho puso el dedo en la llaga y cuestionó el mito de la tranquilidad ciudadana en Cuba: la violencia se está normalizando, mientras la población pierde la fe en la justicia.
Ante el posible argumento de que siempre ha habido feminicidios, drogas, bandas callejeras o estafas, y que hoy simplemente cobran visibilidad al viralizarse en redes sociales, “sólo hablaré aquí de lo que no me llegó por redes, de esa violencia que palpita a mi lado, a tu lado y que existe exaltada, multiplicada y cada vez peor”, escribió Camacho en su perfil de Facebook.

Si andarse con rodeos detalló una lista de agresiones sufridas por personas conocidas en menos de una semana: un vecino al que le arrancaron el celular de la mano desde una moto y lo atropellaron, una mujer despojada de toda su compra en una cola, dos heridos tras ser asaltados y una amiga víctima de un robo en su propia casa.
En este último caso, “un custodio ve entrar al ladrón, pasa una patrulla... les dice, les advierte que el ladrón está adentro aún... y los patrulleros responden que ellos no pueden entrar a las casas... tampoco pudieron armar un operativo afuera... simplemente se fueron... y ya...”, lamentó Camacho, con una mezcla de indignación y resignación.
Para la locutora, el país atraviesa una verdadera metástasis de violencia, sin tratamiento posible. Denunció, además, que la gente ha perdido la fe en las autoridades: “¿Para qué voy a ir a la policía? ¿Qué voy a resolver?”, es el pensamiento generalizado que, afirmó, se escucha en las calles.
Lo más leído hoy:
Más alarmante aún, advirtió que, ante la inacción del Estado, son los propios ciudadanos quienes están tomando la justicia por sus manos, a veces con niveles de brutalidad iguales o peores que los de los delincuentes: “…descubres que cuando bastaba inmovilizar al malhechor que cogiste... tres o cuatro se bestializan y le caen a patadas, rompen pómulos y atacan con tanta furia como el ladrón que entra a una casa dispuesto a todo”.
“Cubanos... lo de policías y ladrones ya no es un inocente juego de la infancia”, sentenció Camacho. Y a juzgar por las reacciones, nadie está en desacuerdo. Decenas de usuarios comentaron el post y compartieron experiencias similares, en un ambiente de hartazgo, miedo y desconfianza total en las instituciones.
“Cuando hace tres o cuatro años comenzaba el fenómeno y lo denuncié en redes, los compañeritos me insultaron y lo más pequeño de que me acusaron fue de ‘darle armas al enemigo’ (tan originales como siempre) y que este seguía siendo ‘el país más seguro del mundo’. Me pregunto con qué argumentos defenderán ahora tales sofismas”, enfatizó el crítico de cine Frank Padrón Nodarse.
“Ya esto se fue de control... siento pena por todos los que estamos dentro de nuestra isla”, escribió la cibernauta Dunia Morejón. María de los Ángeles Martínez afirmó sin rodeos: “No se puede ni salir a la calle y la policía por gusto, está para otras cosas”, mientras que Narda Espinosa lamentó: “Lo peor que le puede pasar a un país es que sus ciudadanos estén desprotegidos, así estamos en Cuba”.
El productor musical Iván Leyva fue más allá en su análisis: “Ya la policía no es amiga del pueblo… estamos a merced de los asaltantes, ladrones y asesinos y la policía nada hace”. A su juicio, los cuerpos policiales han perdido los valores y el compromiso con la seguridad ciudadana.
“Habrá que organizarse y crear brigadas de defensa ciudadana y plantarle cara a esos salvajes. No es lo más sano que el pueblo tome la justicia por sus manos, pero si el estado no actúa, la gente tendrá que buscar alternativas para su defensa y seguridad”, advirtió.
Para Marcia Gasca, lo que ocurre ahora supera incluso los oscuros años 90: “Ahora estamos en una nueva espiral de violencia, robos y drogas como nunca antes. Pero no veo que se tomen medidas al respecto”. Narró que en su edificio varios jóvenes consumen el llamado “químico” a la vista de todos, y que los vecinos simplemente no saben qué hacer.
Otras voces como la de Jorge Luis Sierra apuntaron directamente a una crisis estructural: “Cuba es un país con una crisis económica, moral, ideológica, ética”.
El desahogo de la locutora Laritza Camacho en redes sociales confirma un patrón común en los últimos tiempos en Cuba: agresiones de extrema violencia, que incluso llegan al asesinato, para robar a las víctimas.
Estos incidentes reavivan el debate sobre la creciente crisis de seguridad ciudadana en Cuba, agudizada por la profunda depresión económica y el colapso institucional que atraviesa todos los niveles del Estado. Una realidad que desmonta, cada vez con más evidencia, la consigna repetida durante décadas como trofeo del sistema: la tranquilidad ciudadana.
El músico cubano Eduardo Longa, destacado baterista de rock, sufrió severas heridas como consecuencia de una brutal golpiza, durante un asalto la noche del domingo en La Habana, para despojarlo de su motocicleta y otros bienes personales.
A mediados de mayo, personal médico fue agredido en el cuerpo de guardia del Hospital Saturnino Lora, en Santiago de Cuba, una situación de violencia directa contra profesionales de la salud, en un espacio que debería estar garantizado por protocolos de seguridad y presencia policial permanente.
Días atrás, un estudiante de noveno grado asesinó al administrador de la Escuela Secundaria 27 de Noviembre, ubicada en Puerto Esperanza, Pinar del Río.
También se verifican asaltos violentos contra turistas en zonas como La Habana Vieja. A esto se suma el incremento de actos vandálicos contra medios de transporte y agresiones a conductores.
Asimismo, cada vez son más frecuentes los videos que reflejan una crisis silenciosa, pero cada vez más visible: el consumo de drogas sintéticas entre jóvenes cubanos, como es el caso del denominado “químico”.
Circula en redes sociales una alerta sobre una modalidad que afecta a viajeros, especialmente a cubanoamericanos en la isla: el robo de documentos personales, como pasaportes o tarjetas de residencia, seguido de un “hallazgo oportuno” cuando las víctimas publican recompensas para recuperarlos.
Durante los primeros meses de 2025, distintas denuncias reflejan cómo la crisis económica en Cuba ha impulsado nuevas modalidades delictivas, particularmente en zonas rurales. En enero, un reporte desde Pinar del Río alertó sobre una práctica que combina el robo con extorsión: campesinos informaron que delincuentes estaban secuestrando animales domésticos -como cerdos- y luego exigían rescates de hasta 30,000 pesos cubanos para devolverlos.
Preguntas frecuentes sobre la creciente inseguridad en Cuba
¿Cuál es la situación actual de la delincuencia en Cuba?
La delincuencia en Cuba ha aumentado significativamente en los últimos años, con un incremento de robos, asaltos y violencia. La población expresa su frustración ante la ineficacia de la policía y muchos ciudadanos han comenzado a tomar la justicia por sus manos debido a la falta de respuesta efectiva de las autoridades. Estos hechos reflejan una crisis de seguridad ciudadana que se agrava por la situación económica del país.
¿Cómo está afectando la inacción policial a la población cubana?
La inacción policial ha llevado a que la población cubana pierda la fe en las autoridades y tome medidas por su cuenta para protegerse. Esto ha generado situaciones de violencia donde los ciudadanos capturan y en ocasiones agreden a los delincuentes antes de entregarlos a la policía. La falta de confianza en las instituciones y el miedo constante han creado un ambiente de inseguridad generalizada.
¿Qué papel juegan las redes sociales en la percepción de la inseguridad en Cuba?
Las redes sociales han jugado un papel crucial en visibilizar la inseguridad en Cuba, permitiendo que los ciudadanos compartan sus experiencias y denuncias. Aunque el gobierno ha intentado desestimar estos relatos como exageraciones, la difusión masiva de incidentes de violencia y delincuencia ha generado un debate público sobre la verdadera situación de la seguridad en la isla.
¿Qué medidas se están tomando para abordar la crisis de seguridad en Cuba?
Hasta el momento, las medidas tomadas por el gobierno cubano han sido insuficientes para abordar la crisis de seguridad. Las autoridades han sido criticadas por su ineficacia y falta de acción contundente. Algunos ciudadanos proponen alternativas como la organización de brigadas de defensa ciudadana, aunque esta no debería ser la solución principal. La demanda de acciones concretas y efectivas sigue siendo una necesidad urgente para garantizar la seguridad de la población.
Archivado en: