Cuba registró en 2017 menos nacimientos, más muertes y también aumentó la cifra de personas que emigraron hacia otros países.
En este sentido, según informó el diario oficialista Juventud Rebelde, hasta el 31 de diciembre residían en la nación caribeña 11.221.060 personas, 18.164 menos que en 2016.
Un hecho preocupante, que para este medio, indica formalmente el inicio de la disminución de la población total en la Isla.
En concreto el año pasado nacieron en la mayor de las Antillas 114.971 personas (1.901 menos que en 2016) y murieron 106.941 (7.540 más que el año anterior). Asimismo, 2017 fue el primer año en que murieron más de 100.000 personas.
El saldo migratorio muestra que 26.194 personas abandonaron el país definitivamente, 8.943 más que en 2016. Mientras, unos 35.908 individuos fijaron su residencia permanente en la Isla, 4.986 más que en el año precedente.
Según la publicación Estudios y datos de la población cubana, elaborada por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo, desde 2004 Cuba atravesaba “lo que se conoce como crecimiento nulo o población estabilizada, es decir que las variaciones entre un año y otro en el total de habitantes resultan muy reducidas”.
No obstante, a partir de 2009 la tendencia se había revertido hacia lo positivo, salvo algún que otro año descendente, hasta que en 2016 la Isla llegó a contar 11.239.224 residentes, la cifra más alta en su historia.
Advierte Juventud Rebelde que en este incremento tuvieron mucho que ver las medidas migratorias implantadas en 2013.
El permitir a los cubanos vivir en el exterior hasta dos años sin perder su residencia en la Isla, y haber agilizado los procesos de repatriación, trajeron como resultado un saldo migratorio positivo en 2013 y en 2014.
Según los expertos, Cuba se comporta como otros países, donde tras años con crecimientos demográficos cercanos a cero, se establece el crecimiento negativo como patrón definitivo. "Al parecer, ya estamos ahí", analizó la mencionada fuente.
El gobierno ha reconocido la urgencia de afrontar los altos niveles de envejecimiento de la población mediante la creación, entre otras, de acciones efectivas para dotar a los ancianos de mayor calidad de vida, de manera que sus hijos y nietos no tengan que dejar su trabajo para cuidarlos.
Más difícil parece idear políticas adecuadas que propicien el incremento de la natalidad para garantizar el remplazo poblacional, lo cual precisa estimular a las cubanas a que tengan dos o más hijos.
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