El Gobierno cubano ha vuelto a hacer gala de su triunfalismo económico. El presidente Miguel Díaz-Canel ha reunido al Consejo de Ministros que heredó del exgobernante Raúl Castro para hablar de inversión extranjera y ha caído en la cuenta de que dos de los tres proyectos más importantes del país marchan a un ritmo "aceptable". Sólo el tercero, el de la planta de Cloro Sosa de Sagua la Grande, va mal, aunque el discurso oficial prefiere decir que "es una inversión que no ha tenido buenos resultados".
En Sagua la Grande ha fallado, según Juventud Rebelde, la financiación, le han llegado tarde los suministros nacionales y los importados, le falta mano de obra cualificada, tiene aseguramientos deficientes y, en definitiva, no se ha puesto en marcha el proyecto.
Antillana de Acero, en La Habana, y Acinox, en Las Tunas, marchan sobre ruedas, una situación que choca con la opinión del director de Antillana, Miguel Ángel Solarana Reyes, que cree que hay que hacer un esfuerzo para que la falta de trabajadores no ponga en peligro las inversiones futuras.
El diario Juventud Rebelde, que se hizo eco del encuentro, no recoge las causas por las que falta mano de obra en un proyecto supuestamente prioritario. Para contrarrestarlo, el directivo pidió la incorporación de jóvenes graduados de siderúrgica.
Antillana de Acero tiene como objetivos, alcanzar en una primera etapa la producción de 250.000 toneladas de acero líquido al año y en una segunda, llegar a 420.000 t de acero líquido y 350.000 t de laminados.
Por su parte, Acinox tiene como meta sustitutir sus viejas máquinas para alcanzar las 150.000 t anuales de barras corrugadas y 20.000 de alambrón de acero. Su director, Eraldo González, reconoce que tienen problemas para financiar las compras, pero la inversión marcha de forma "aceptable" en un sector necesario en el desarrollo de la construcción en Cuba.
En la reunión también se habló de ampliar las capacidades de almacenamiento de combustible, para lo que haría falta construir nuevos depósitos, darle mantenimiento a los ya existentes y poner en marcha los que están inutilizados. Es un programa estratégico para el desarrollo y la soberanía de Cuba, dijo Díaz-Canel.
Hace apenas una semana, el presidente cubano reconocía la necesidad de cambiar la Ley de Inversión Extranjera, aprobada en el 2014, para que las gestiones sean "más viables" y "menos engorrosas".
El principal proyecto cubano para captar inversión extranjera es la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), ubicada 45 kilómetros al este de La Habana con el que Cuba ha asegurado más de 1.191 millones de dólares desde su presentación oficial en 2013. En la reunión de esta semana, Díaz-Canel no habló del asunto.
Hace apenas siete meses, el medio oficialista Cubadebate, criticó el retraso de inversiones extranjeras en la Isla por "el bloqueo interno". Entre las causas destacó los "enredos burocráticos, deformaciones del entorno bancario y financiero nacional", pero también la doble moneda, un conjunto que puede desmotivar a los empresarios interesados en emprender negocios con Cuba.
Hay que recordar que ninguno de esos factores ha variado hasta hoy.
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