Alejandro Pupo Echemendía murió el pasado 9 de agosto pasado mientras estaba bajo custodia policial en una cárcel de Cuba, donde había sido internado acusado de correr apuestas ilegales. Su familia recuperó el cadáver con signos evidentes de haber recibido una brutal paliza y la marca de las esposas en sus muñecas.
Su caso ha provocado una ola de denuncias contra las condiciones en que viven los presos en la Isla, violaciones de derechos humanos entre rejas, golpizas programadas, traslados arbitrarios hacia prisiones alejadas del lugar de residencia de los internos y fallecimientos por denegación de asistencia médica, según publica el diario español ABC.
Tomás, un exguardia penitenciario del occidente del país, considera que esas muertes son "unos de los oscuros secretos del Gobierno cubano". Además, señala que las familias de las víctimas son presionadas para que no hagan declaraciones públicas o hablen con la prensa internacional de lo ocurrido. De hacerlo estarían incurriendo en un delito contra la seguridad del estado.
Antonio Leyva Tejeda fue detenido tras una pelea tumultuaria el 19 de octubre de 2014. La Policía lo llevó al hospital con lesiones leves. Su familia lo recogió cadáver de la prisión conocida como Parque 24 con huellas de haber recibido una paliza brutal. Lo denunciaron a observadores de los derechos humanos. Según la versión de los parientes del fallecido, la policía lo golpeó, lo encerraron en un calabozo 24 horas y cuando se dieron cuenta, estaba grave. Lo volvieron a llevar al hospital y allí murió.
Alberto Macías Alfonso recibió una golpiza en julio de 2015, mientras estaba bajo custodia policial en Matanzas. Entró en prisión acusado de hurto y sacrificio de ganado mayor. En la prisión le dijeron a la madre que había muerto tras caerse de la cama. Tenía una frectura triple en una pierna y otras lesiones.
Todos los presos muertos bajo custodia policial tienen algo en común: sus funerales se celebran bajo fuertes medidas de seguridad.
Desencanto orquestado
Yandis Francisco Vázquez Díaz estaba preso en la cárcel de Melena del Sur, en Mayabeque. Desde allí le contó a su madre sobre la muerte de un interno víctima de una paliza que le dieron varios guardias. Tuvo la mala suerte de que lo escucharan los vigilantes. Lo amenazaron. Le dijeron que sería el próximo.
Su madre pidió una entrevista con el director de la cárcel, Pedro Ochoa. Le comentó que temía por la vida de su hijo. Al oficial no le tembló la voz para decirle que encerraría a su hijo en una celda de castigo, en aislamiento, durante el resto de su condena.
Félix Núñez Ibarra, preso en Santa Clara, fue acusado de filtrar grabaciones sobre la situación de las cárceles cubanas. A raíz de las represalias tomadas contra él, se llegó a especular con que el aumento de las muertes bajo custodia policial eran sabotajes de los mandos militares y policiales "desencantados" con el régimen.
Cuba es el segundo país de la región (incluye México, América Central y el Caribe) con la tasa de hacinamiento más alta en las cárceles, según un informe del Instituto de Investigación sobre Políticas Criminales.
Pese a su pequeño tamaño, la Isla es el sexto país a nivel mundial con mayor porcentaje de presos en sus cárceles.
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