Nuevos datos acerca de cómo el gobierno cubano logró obtener e imprimir la versión original del diario que el Che Guevara escribió en Bolivia, han sido revelados en el documental Operación Gaveta, informó la agencia DPA.
Según su director, el investigador cubano Froilán González, tras su muerte en octubre de 1967, el diario se convirtió en un auténtico botín de guerra, anhelado tanto por La Habana como por Washington.
Ambos se enfrascaron en una competición por ver quién lo publicaba primero.
El documental muestra el trabajo desarrollado por la agencia en Bolivia desde 1964 a 1968, periodo en que llegaron a controlar todo un piso en la sede del Ministerio del Interior del país andino.
En el material se entrevista a Ricardo Aneyba Terrico, responsable de hacer fotografías del diario. Aneyba era el jefe de la Inteligencia del gobierno del general René Barrientos y colaboraba con la CIA.
Hizo dos copias, una de las cuales se la dio al propio ministro del Interior, Antonio Arguedas. Este entregó el microfilme al periodista Victor Zannier, quien lo escondió en la cobertura de un disco de música folclórica. De Bolivia viajó a Chile, donde otro periodista, Mario Díaz, lo camufló en un nuevo disco. En ese escondite llegaron las fotos a Cuba.
Ya en La Habana, comenzó la competencia por ver quién publicaba primero el diario. Sus editores permanecieron encerrados en una casa de seguridad en La Habana durante una semana, sin permiso para salir.
El primero de julio de 1968 estuvo lista la primera edición de El Diario del Che en Bolivia. El gobierno de Fidel Castro ordenó la impresión de más de un millón de ejemplares, que se repartieron gratis en todo el país.
En el prólogo, el propio dictador escribió: “… la forma en que llegó a nuestras manos este diario no puede ser ahora divulgada”.
Sin embargo, el texto estaba incompleto. Le faltaban 13 páginas que se rescataron en 1984 y se agregaron a la edición de 1988.
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