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“La carretera de la muerte” está en Jatibonico

Sancti Spíritus fue la segunda provincia con más accidentes masivos en 2018. La mayoría ocurrieron de madrugada y estuvieron vinculados a la actuación de los conductores.

Paso superior de ferrocarril conocido como El Túnel © Escambray / Vicente Brito
Paso superior de ferrocarril conocido como El Túnel Foto © Escambray / Vicente Brito

Este artículo es de hace 4 años

El alto número de accidentes de tránsito que ocurren en la carretera del municipio Jatibonico, en Sancti Spíritus, ha hecho que muchos comparen el lugar con el Triángulo de Las Bermudas.

La principal causa es la irresponsabilidad de los choferes, según el periódico local Escambray, pues en cada tramo está debidamente señalizada la velocidad máxima, que es de 70 u 80 kilómetros por hora, y hasta de 50 o 40 en aquellos sitios donde ha habido siniestros.

“Pero los conductores no respetan eso”, dijo Arlet Omar Castro Ramírez, director del Centro Provincial de Vialidad.

Sancti Spíritus fue la segunda provincia de Cuba con más accidentes masivos en 2018, con siete eventos. La mayoría han ocurrido por la madrugada y han estado ocasionados por la mala conducta del chofer. Todos han sido con carros de otras provincias.

Por estar en el centro de la Isla, la mayor circulación de vehículos por ese territorio se da en el horario nocturno, cuando los conductores están más cansados o tienen sueño.

Según Camilo Pérez Pérez, presidente de la Comisión Provincial de Seguridad Vial, aunque ha reforzado la presencia de la policía motorizada en esa vía, “al suceder sobre todo en horario nocturno, cuando esta no se encuentra, queda solo la guardia operativa de carretera, que no permanece en un mismo lugar”.

Pero cuando hay negligencia al manejar, cualquier momento del día puede ser peligroso. En un tramo de dos kilómetros y medio entre El Perico y Barquero que en este momento está siendo reparado, los trabajadores tienen que andar a cuatro ojos, pues los carros casi vuelan en la vía.

“Visten chalecos con pintura fosforescente, se colocan señales en la vía, se ubica un camión a modo de escudo, pero cuando vienen a ver tienen los carros encima”, reveló Castro Ramírez.

Fue en esa zona donde ocurrió el accidente el pasado 9 de abril, en el que un ómnibus Yutong chocó contra un camión de la empresa azucarera Azumat. El hecho, que provocó la muerte de una persona, fue el resultado de una violación del derecho de vía por parte del chofer de la guagua.

Otro segmento de vía donde han sucedido verdaderas tragedias es el comprendido entre El Perico y el kilómetro 419, donde está un paso superior de ferrocarril. Contra él impactan cargas que viajan encima de las rastras que circulan violando la cota máxima permitida.

En ese sitio ocurrió en abril de 2016 un gravísimo evento, cuando un contenedor chocó contra el puente, se desprendió de la rastra en la que iba y cayó sobre un autobús lleno de turistas que iban hacia Trinidad. Como resultado murieron el chofer del vehículo y tres extranjeros.

Pese a que se realizaron labores de mejoramiento en el desvío, y a lo largo de un kilómetro de la carretera central se reforzaron las señales de tránsito y se colocaron dos semáforos intermitentes, no es suficiente.

“Se hizo un proyecto para agrandar el desvío y no se ha acometido porque los compañeros de la División Centro del Ferrocarril hicieron un estudio para levantar la línea férrea 40 o 50 centímetros, tras concluir que resultaba factible. Luego eso se ha enfriado”, dijo Félix Valdés Díaz, intendente provincial del Centro Provincial de Vialidad.

“He estado ahí muchas veces y veo cómo los rastreros más cuidadosos pasan despacio, mirando a ver si caben. Otros ni miran y viajan a 70 kilómetros”, denunció Castro Ramírez, quien recordó que a solo dos kilómetros de allí, el 4 de octubre de 2018, una colisión entre un auto de turismo y un camión dejó cuatro fallecidos y lesiones graves a la niña Keila Mía Rivero Hernández, residente en Estados Unidos.

Según Camilo Pérez Pérez, presidente de la Comisión Provincial de Seguridad Vial, se ha bacheado el tramo espirituano de la autopista nacional, se redujeron los límites de velocidad y está controlada la señalización vertical.

Sin embargo, persisten carencias en la señalización horizontal, muy costosas.

“Hablamos, aunque también de otras, de las rayas que limitan los bordes de la carretera para impedir que el medio se vaya de la vía y provoque un accidente al incorporarse; lo hemos planteado en la Comisión Nacional de Seguridad Vial, pues por ahí pasan todos los carros que van de Oriente a Occidente y viceversa, al terminarse la Autopista en Taguasco”.

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