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El cubano Tony Varona, nuevo decano de la Facultad de Leyes de la Universidad de Miami, habla sobre ser gay e inmigrante

Anthony Eudelio (Tony) Varona, está emocionado y feliz de haber tomado la decisión de mudarse al sur de la Florida.

Tony Varona © Twitter / @TonyVarona
Tony Varona Foto © Twitter / @TonyVarona

Este artículo es de hace 4 años

Anthony Eudelio (Tony) Varona se fue de Cuba con su familia siendo un niño. Creció en Newark, Nueva Jersey, y recientemente se mudó a Florida para trabajar como decano de la Facultad de Leyes de la Universidad de Miami (UM).

Tony, que asumió el cargo el pasado 1 de agosto, conversó con la cadena WRLN sobre su condición de gay e inmigrante. Ambas le convirtieron en el abogado que es hoy, dice.

"Desde niño fui el representante de mi familia. Cada vez que alguien necesitaba ir a la oficina de inmigración o la del Seguro Social, iba con ellos y servía de traductor... Esa experiencia me enseñó mucho", comenta.

"Es una tarea desafiante ser un cubano gay de familia trabajadora en Newark", dice, y aclara que tuvo suerte porque su familia lo apoyó siempre. A él y a su esposo.

"No todos tienen esa gran fortuna".

El cubano se ha especializado en derecho de género y sexualidad y ha trabajado como asesor general para el grupo nacional de derechos LGBTQ.

Su relación con Miami:

Tony viajaba a Florida desde que era un adolescente y pasó muchas de sus vacaciones en Miami Beach. Solía también visitar a sus familiares en la ciudad del Sol y, de hecho, aprendió a conducir en una granja en Kendall.

Él y su esposo poseen desde hace algún tiempo una segunda casa en Fort Lauderdale y sus padres viven en Surfside desde que se retiraron.

Antes de mudarse a Florida trabajaba como profesor en la American University Washington College of Law. Según cuenta, cuando recibió un correo electrónico con la propuesta para trabajar como decano de la Facultad de Leyes de la UM, su respuesta "fue un gran wow".

"A Miami no podía decirle que no". Lo que más le atrae de la ciudad es la fusión de muchas culturas.

"Me encanta como hay lugares aquí donde puedes conseguir un café con leche cubano con tu bagel y salmón ahumado", dijo.

"En Publix me quedé boquiabierto cuando vi por primera vez dulce de leche rugelach. Era como si los cubanos y los judíos se unieran y se dijeran a sí mismos: ¿Cómo podemos concentrar tanta azúcar y grasa en un bocado escandalosamente delicioso de bondad?"

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