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"La carne para niños en Cuba, mejor que no la vendan", denuncia usuario en redes sociales

En la crisis por la pandemia del coronavirus el régimen comenzó a distribuir carne de res a niños de 0 a 7 años.

Carne de res que se distribuye a los niños en Cuba. © Twitter / Abel Cartaya
Carne de res que se distribuye a los niños en Cuba. Foto © Twitter / Abel Cartaya

Este artículo es de hace 3 años

En las redes sociales circula una imagen de la carne de res que las autoridades cubanas están distribuyendo a los niños en medio de la crisis sanitaria del coronavirus.

La foto ha provocado las indignación de varios internautas. “La carne para niños...... mejor que no la vendan.!!”, expresa la publicación en la plataforma de Twitter, a la que siguieron varios comentarios describiendo el hecho como “abuso”, “puro pellejo” y “piltrafa”.

“De ahí solo saldrá picadillo de mala calidad”, señala el propio autor del tuit. “Bueno, ayer dijeron que en EE.UU. subió la carne de segunda, aquí esa qué número es?”, pregunta un usuario.

“La de mis niños estaba igual, después de maldecir 200 veces porque no había forma de quitarle los tendones, decidí hervirla y casi no me da para una comida”, lamenta otra. “Para el pueblo,la piltrafa,y la Pellejera”, expresa un tercer usuario.

“Carne de segunda o tercera. ¿Dónde quedaron los boliches, Filete, Cañada, las otras partes de la res? En las neveras de los restaurantes, donde hoy la cúpula son dueños y, muy importante, en los Refrigeradores de la Casta que desgobierna a los cubanos”, asegura otro.

No se trata de una excepcionalidad ni mucho menos, ya que los niños cubanos suelen recibir estos productos con igual o peor calidad por parte del gobierno que, en cambio, asegura los mejores cortes para la industria del turismo internacional.

Los hoteles de la Isla reciben su cargamento de carne de res en óptimas condiciones, pero a los cubanos les toca conformarse con los huesos de esos animales, a veces.

Un reporte de la prensa oficialista devela que la carne de res se comercializa en unos 86 hoteles del país y en instalaciones extrahoteleras, mientras a la población se le venden “subproductos de res en una carnicería en el poblado de Turiguanó y en las ferias de las ciudades de Ciego de Ávila y Morón”.

En la crisis por la pandemia del coronavirus, el régimen decidió distribuir carne de res a niños de 0 a 7 años fuera de La Habana, donde lo que reciben las niñas y los niños de 0 a 13 años es picadillo de carne de res “en un nuevo formato”, luego de varias quejas sobre la calidad e inocuidad del alimento comercializado en las carnicerías de la capital.

Según el director de Ventas Minoristas, del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) Yosbany Pupo Otero, dicho picadillo se reparte empaquetado en tubos de una libra cada uno (460 gramos), una forma que ha sido posible tras algunas inversiones en la industria alimentaria.

Las quejas sobre la carne de res llegan desde varios puntos de la geografía cubana, por ejemplo, un usuario en Facebook sacó imágenes de la manera en que es transportado este alimento en camiones “sin refrigeración y sin ningún tipo de higiene”.

Captura de publicación en Facebook.

Otro denunció que en algunos lugares de la isla se estaba ofreciendo a niños y adultos una “miseria de carne” de res, mortadella, y jabones de producción nacional a modo de artículos de aseo personal cuando se pide robustecer las prácticas higiénicas en los hogares por la propagación del coronavirus.

Captura de publicación en Facebook.

“Esta es una muestra del desamparo gubernamental!!! Esta es una muestra de la falta de vergüenza!!! Esta es una muestra de cinismo extremo!!!”, expresa el usuario que hace la publicación.

A finales de abril pasado, Grechent Alfonso, opositora integrante de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), señaló desde Santiago de Cuba el módulo de alimentos que estaban recibiendo los niños de 0 a 13 años en esa provincia.

En las imágenes compartidas por Alfonso en ese entonces, se podía divisar un puñado de galletas dulces, un sorbeto y una africana.

“Mientras los gobernantes y sus familiares de este país viven su dulce vida sin salir de sus casas y comiendo lo que desean a costa del cubano de a pie nuestros hijos se tienen que conformar con lo que el gobierno Cubano nos vende, en vez de darles leche o buena proteína para contrarrestar la Covid-19”, expuso la activista.

En teoría, los módulos actuarían como una especie de paliativo en medio de la crisis, aminorando las necesidades de sectores poblacional para que estos no se expongan tanto a colas y aglomeraciones públicas en busca de alimentos, que escasean desmedidamente en el país.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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