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Un bebé convulsiona de fiebre en Cuba: no había termómetro en el círculo ni en el consultorio

Tampoco había ambulancia para trasladar al niño, de urgencia, al hospital pediátrico.

Círculo infantil en Cuba, en una imagen de archivo. © ACN
Círculo infantil en Cuba, en una imagen de archivo. Foto © ACN

Este artículo es de hace 3 años

Jessica Domínguez Izquierdo es una madre cubana que ha pasado el susto de su vida. Su bebé, de 19 meses, convulsionó de fiebre luego de que no pudieran tomarle la temperatura ni en el círculo infantil Manzanita, de la ciudad de Cienfuegos, ni en el consultorio de médico de su barrio. La razón, por increíble que parezca, es que en ninguno de los dos había termómetro.

En una carta enviada a CiberCuba, esta madre relata que los hechos ocurrieron el 20 de julio de este 2020. Ese día ella dejó a su hijo en el círculo infantil de la calle 12ne entre 73 y 75, Tulipán, en el mismo Cienfuegos. El niño estaba aparentemente sano y sin síntomas de nada. No obstante, Jessica Domínguez se quedó por las inmediaciones porque el pequeño se encontraba en ese momento en fase de adaptación y le tocaba recogerlo a las dos de la tarde.

Pero a las 10:17 horas recibió una llamada en su celular para que fuera a recoger al niño porque el pequeño tenía fiebre. Veinte minutos después ella ya estaba en el círculo. Allí se encontró a su bebé en calzoncillos, con el pulóver puesto y con rubor facial, de la mano de una cuidadora.

La enfermera del centro le entregó a su hijo y le dijo que seguía con fiebre. Cuando Jessica Domínguez le preguntó cuánto tenía de temperatura, ésta dijo que no lo sabía y lamentó que no tenían termómetro en el círculo infantil porque el que había estaba roto.

La madre, como es natural, preguntó a la enfermera qué hacer en este caso, pero ésta se limitó a explicarle que el niño quedaba suspendido del círculo durante tres días. Si se ponía bien, podría incorporarlo en 48 horas, siempre que lo recomendara un médico y ella presentara un método que certifique el reingreso.

Inmediatamente Jessica Domínguez se dirigió al consultorio médico que le corresponde para que le pesaran al niño y saber qué dosis de medicamento tenía que suministrarle la doctora, pero no le tomaron la temperatura porque no había termómetro. A continuación, ella se llevó a su hijo a casa, le dio la medicina y un baño para bajarle la fiebre. Pero lejos de mejorar, el niño empezó a convulsionar en los brazos de su madre.

Jessica Domínguez salió corriendo con su bebé hacia el consultorio y las enfermeras, ante la ausencia del médico de familia, le pusieron oxígeno, según marca el protocolo establecido para esta situación.

También llamaron al SIUM (Sistema Integrado de Urgencias Médicas) de Cienfuegos, pero les dijeron que no había ambulancias para trasladar al niño al hospital pediátrico. Finalmente un vecino se ofreció a llevarlos en su carro. Para entonces el bebé llevaba 15 minutos convulsionando.

En el centro hospitalario, la atención de los profesionales médicos opacó la falta de higiene de la sala. Al niño le diagnosticaron un cuadro de convulsiones febriles. Y la madre no tiene quejas del trato recibido.

Tras lo ocurrido, la abuela materna del bebé escribió en Internet una queja por la negligencia médica que le podría haber costado la vida a su nieto y en menos de 24 horas, la familia recibió la visita de personal e inspectores de Educación. Incluso la visitó la directora del círculo infantil. Para cuando su hijo se reincorporó al centro ya tenían termómetro.

Esta madre asegura que no tiene quejas de las autoridades educativas porque le dieron explicaciones, respuestas y además, atendieron su queja. Sin embargo, las autoridades sanitarias construyeron un relato que no encaja en los hechos que vivió la familia. La enfermera quiso salvar el prestigio del sistema de Salud cubano asegurando que el termómetro se le rompió en el momento en que iba a tomarle la temperatura al niño.

Esta explicación no convenció a la madre del menor que le reclamó en ese momento por qué no puso compresas de agua fría al niño mientras ella fue a por las medicinas o lo llevó a otro consultorio médico que está cerca del suyo. "No tuvo cómo responder a su novatada de mal proceder", escribe Jessica Domínguez, indignada porque la única medida que el Ministerio de Salud Pública ha tomado con la enfermera ha sido amonestarla públicamente. Y a ella no le parece justa la medida.

"Por su falta, mi niño tiene que tomar ahora anticonvulsivos. No me explico cómo pueden ser tan débiles las medidas con la vida de nuestros niños pequeños. Necesito que alguien me diga qué debo hacer o adónde ir para que se tomen cartas en el asunto seriamente por parte del Ministerio de Salud", concluyó.

CiberCuba se puso en contacto este martes 25 de agosto con el círculo infantil Manzanita de Cienfuegos (teléfono +53 43518507) y la administradora del centro, que atendió la llamada, rehusó hablar del caso por teléfono. "No estoy autorizada a hacer declaraciones a la prensa si no está delante una metodóloga de Educación", dijo tras disculpar que la directora del círculo no estuviera en ese momento en su puesto de trabajo.

A la pregunta de CiberCuba de si el hijo de Jessica Domínguez convulsionó porque no había termómetro en el círculo, contestó: "Eso no fue así".

No es la primera vez que tenemos noticias de negligencias médicas en Cuba, relacionadas con la escasez de material médico. A principios de agosto, el habanero Reysel de la Fe fue acusado por autoridades sanitarias de "malintencionado" y de "fresco" por criticar el uso de un esfigmomanómetro digital mal calibrado con el que no pudieron diagnosticarle en el policlínico de Plaza (La Habana) que tenía la presión alta (160 con 100). En su lugar le dijeron que la tenía "normal".

El Gobierno cubano no detalla dónde invierte los millones de dólares que recauda con las misiones médicas en el extranjero, bajo sospechas de explotación laboral.

Así, por ejemplo, el Gobierno de Ciudad de México ha pagado 6 millones de dólares a las autoridades cubanas por el trabajo de 585 médicos cubanos durante la crisis del coronavirus de marzo pasado.

Las autoridades cubanas no detallan en qué se invierte ese dinero y por las quejas de usuarios de Internet la opinión pública sabe que falta material médico elemental en los centros educativos y sanitarios cubanos.

La denuncia más sonada de negligencia médica en Cuba es la que ha hecho el cantante Yomil Hidalgo tras la muerte de su compañero en la música, Daniel Muñoz, El Dany, el 18 de julio de 2020. El músico, de 31 años, falleció de un paro cardíaco, en el hospital Calixto García, de La Habana, a los 31 años. Fue enterrado sin autopsia y sin dar explicaciones a la familia.

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