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Multan a una cubana por bajarse el nasobuco dentro de su negocio

En septiembre se impusieron más de 17 000 multas en La Habana, muchas de ellas arbitrarias e injustas, afirman los cubanos.

Inspectores en La Habana © Granma / Ricardo López Hevia
Inspectores en La Habana Foto © Granma / Ricardo López Hevia

Este artículo es de hace 3 años

Cuba se ha convertido en el reino de las multas. La aplicación de elevadas sanciones, de hasta 3 000 pesos (unos $120 dólares), ha sido una práctica frecuente de las autoridades durante la pandemia de coronavirus.

Muchos podrían pensar que la medida responde a la necesidad de detener el contagio del virus, pero algunas de las penalizaciones desmienten este propósito por su arbitrariedad.

Una cuentapropista cubana, que pidió el anonimato, denunció que inspectores en el municipio habanero de Playa le aplicaron una de estas sanciones por bajarse el nasobuco dentro de su negocio, que además estaba cerrado al público.

Contó que trabaja en un restaurante cafetería, y a la hora de la merienda, aún con el restaurante cerrado al público, se bajó la mascarilla para comerse un dulce. Desde la acera de enfrente, los inspectores la vieron cuando se estaba limpiando la boca y se acercaron para imponerle la sanción.

"Me aplicaron la multa dentro de (mi) centro de trabajo, una Cafetería Restaurante, en horario de merienda a las 11:00 de la mañana. Estábamos aún cerrados", relató la mujer a CiberCuba.

"Me dieron la multa de $ 2 000 pesos, pero no la firmé porque me parece algo muy injusto", consideró.

Relató que entablaron un diálogo que le pareció irreal y absurdo: "(El policía) me dijo que desde la calle me habían visto sin el nasobuco. Le respondí: 'Obvio, si estoy merendado'. Pero cuando ellos entraron, ya yo tenía la mascarilla puesta", contó.

"Entonces, me dijeron que ese no era lugar para comer el dulce. Yo les contesté: '¡Pero si es una cafetería!'. Y me respondieron que tenían que ver el dulce, si no lo veían me tenían que aplicar la multa. 'Pero si ya me lo comí', expresé, y les mostré la toalla húmeda con la que me había limpiado la cara", detalló.

"Además les mostré que el negocio estaba cerrado. Pero igual me la aplicaron", subrayó.

La mujer afirmó que Cuba es el único lugar del mundo donde te multan por "presunción", y que para reclamar una de estas sanciones primero tienes que pagarla.

CiberCuba ha recibido varias denuncias similares, que aseguran que el gobierno está exigiendo a los inspectores una cierta cantidad de multas al día con el objetivo de recaudar fondos.

En septiembre, el gobierno de La Habana impuso 17 mil 767 multas a partir de lo que establece el Decreto 14 del Consejo de Ministros de Cuba, que pretende controlar la movilidad de los ciudadanos y la trasmisión del nuevo coronavirus.

Muchas de ellas pueden parecer absurdas, como la de esta trabajadora por cuenta propia. Recientemente un hombre fue multado por no usar el cubrebocas dentro de su auto particular, y una profesora de círculo infantil recibió una sanción de 100 pesos porque un niño se bajó la mascarilla cuando ella se encontraba de espaldas a la clase.

También fueron multados un joven que tenía la nariz fuera del nasobuco, y otro por bajárselo para beber agua en una larga cola en Santiago de Cuba.

Esta semana también fueron multados dos jóvenes y otras 50 personas con 2 000 pesos por tomar bebidas alcohólicas en un parque de La Habana, una práctica que nunca ha sido sancionada en la isla.

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