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Padre de niña víctima de abuso sexual en Cuba denuncia que el padrastro agresor sigue libre

Roberto López denunció hace tres meses los abusos que sufría su hija. La Policía del Cotorro perdió el informe de Medicina Legal, no contactó a la psicóloga que atiende a la menor; liberó al padrastro con una multa de mil pesos y detuvo 8 días a un tío de la muchachita que se fajó con él.

Niña llorando, imagen de referencia © <a href="https://sp.depositphotos.com/">Depositphotos</a>
Niña llorando, imagen de referencia Foto © Depositphotos

Este artículo es de hace 3 años

Roberto López, padre de una niña cubana de 14 años, denunció el 13 de agosto ante la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del Cotorro que su hija venía sufriendo abusos sexuales por parte de su padrastro, Raidel A.R., desde que tenía 8 años.

Su denuncia (número 45149) cayó en saco roto. La investigación no avanza y el supuesto agresor fue puesto en libertad tras pasar dos o tres días detenido. Lo soltaron con una multa de mil pesos.

Un tío de la niña, que fue a pedirle explicaciones al agresor y terminó envuelto en una pelea con él, fue detenido ocho días por alterar el orden público.

Ante la inacción de las autoridades, el padre de la menor ha acudido a CiberCuba. "Quiero lo que quiere todo padre y toda madre: justicia. Aquí no hacen nada".

La niña asegura que su padrastro la tenía amenazada. Le decía que si le contaba a su madre que él la tocaba y se masturbaba delante de ella, las mataría a las dos. La menor calló hasta que siete años después no pudo más y se lo contó todo a su padre y a su madre.

Su mamá no le creyó. Su papá se fue directo a denunciar a la PNR del Cotorro, que en septiembre pasado protagonizó un episodio polémico al dejar en libertad a seis hombres que participaron en la violación en manada de una menor de edad. Esta vez han cedido las competencias a la Policía de Artemisa, donde vive el padre. Él, por precaución, no ha dejado que su hija regrese a la casa del agresor.

La niña está siendo atendida por una psicóloga que no ha querido informar al padre sobre el resultado del informe forense que ha hecho. Sólo le ha aconsejado que cuide mucho a su hija y le prometió que enviaría sus conclusiones a la Policía.

Al ver que tres meses después de interponer la denuncia, las cosas no avanzaban, el padre de la niña fue a la PNR de Artemisa y allí descubrió que nadie sabía nada del caso. "Tuve que darle a la Policía el teléfono de la psicóloga porque no sabían que la niña está en tratamiento. A día de hoy no sé si la han llamado o no. ¡Cómo va a ser eso!", dijo López a CiberCuba.

Pero ahí no termina la dejadez de la PNR: han perdido el informe del Medicina Legal donde consta un leve desgarro sufrido por la menor en sus genitales. "No aparecía porque cuando fui a hacer la denuncia no me hicieron caso", añade.

Corrobora la versión del padre otro familiar allegado a la niña. "Él se sentía poseído por ella. La manoseaba, la besaba y no la dejaba salir con sus amistades. Era una completa persecución lo que tenía con ella. Para que el padre pudiera ver la niña, tenía que autorizarlo él. Casi nunca la dejaban venir acá con su papá. La muchachita siempre estaba sumisa. Decía que tenía miedo, pero no decía las causas. Hasta que hace tres meses, ya no aguantó más y se lo contó al padre y por ahí fueron a hacer la denuncia, a Medicina Legal, empezaron el proceso, pero por el problema de la COVID todo quedó un poco parado", explica a CiberCuba.

A mediados de octubre, llamaron al padre de la menor víctima de abusos sexuales a declarar a Artemisa y fue allí donde se enteró de que la Policía del Cotorro no había enviado el informe de Medicina Legal y que éste se había extraviado.

Cuando hace unos días el padre se pasó por la Policía de Artemisa a preguntar cómo iba el caso de su hija, le dijeron que tiene que seguir esperando, que le van a avisar.

Desde que llegaron de Oriente

La niña asegura que sufre los abusos desde que ella y su madre llegaron de Oriente, hace casi siete años y se fueron a vivir con Raidel A.R.

Aunque ella le contó a su mamá lo que estaba ocurriendo, la madre no le creyó ni siquiera cuando un día el padrastro no se dio cuenta de que ella estaba en la casa y vio con sus propios ojos cómo él le tocaba los genitales de la niña. El agresor se disculpó diciendo que él quería a esa niña como si fuera su hija y que no había maldad alguna en sus actos.

El padrastro mantenía a la niña bajo un fuerte acoso, llegándole a decir que no podría tener novio hasta que tuviera 35 años y que él quería ser el primero en despojarla de su virginidad.

Muchos vecinos de la familia han mostrado su apoyo al padre de la niña y pasan por su casa a animarlo a "que se mueva" para que la denuncia camine. "La muchachita está perdiendo clases, está perdiendo de todo. Ella quiere regresar con su mamá, pero le da miedo irse a vivir con su padrastro", dice un familiar de la menor.

El agresor ha corrido el rumor por el pueblo de que la Policía archivará el caso porque eso "quedará como que es un invento", añade el pariente de la niña.

Por eso ha convencido a la madre de que es una mentira inventada por el padre de la niña para quedarse con la menor.

Roberto López acudió a CiberCuba después de que Cleida García, la madre de la niña violada en manada en el Cotorro, pidiera ayuda a diario y consiguiera que los violadores de su hija fueran encerrados en prisión, un mes después de la agresión.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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