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Necesitamos respuestas: Exigen médicos cubanos en Venezuela

El texto de un médico cubano, compartido en redes sociales, denuncia que el personal de la salud en Venezuela está “teniendo enormes pérdidas económicas” y las autoridades de la isla no se pronuncian sobre ello.

Recibimiento del nuevo contingente médico cubano en Venezuela © Vicepresidencia de Venezuela
Recibimiento del nuevo contingente médico cubano en Venezuela Foto © Vicepresidencia de Venezuela

Este artículo es de hace 3 años

Integrantes de la brigada médica cubana en Venezuela hicieron suyo el reclamo de un supuesto colega en redes sociales exigiendo que se les valore y denunciando la situación por la que atraviesan en ese país.

“Necesitamos respuestas, y cuando digo respuestas, me refiero a dejar de lado esas explicaciones banales que dan mil vueltas y se quedan en eso, justificaciones que no convencen y mucho menos satisfacen a nadie”, fue el reclamo del galeno cubano, de quien hasta el momento solo se conoce que es colaborador en Venezuela.

El texto, que ha sido compartido en Facebook y WhatsApp, asegura que el personal de salud en Venezuela está “teniendo enormes pérdidas económicas y nadie se pronuncia sobre ello, como si realmente no importara.”

Su autor se define como “revolucionario Martiano, Fidelista, Antiimperialista de los que muere rodilla en tierra al lado de la Revolución Cubana”, pero por temor a represalias en su contra ha decidido mantenerse en el anonimato “para protegerme. Todos, si somos cubanos, sabemos por qué”, aclara.

El profesional cubano considera que no es justa la tasa cambiaria que ha sido aplicada a los colaboradores de 1 CUC por 24 CUP, como resultado de la unificación monetaria en Cuba.

“Todos los que estamos aquí tenemos nuestras cuentas congeladas” en la isla, dijo el cooperante, quien asegura que no tuvieron oportunidad de usar ese dinero fruto de su trabajo, “por decisión del gobierno”. Aclaró que, aunque un peso puede parecer poco, “mi pérdida inicial en mi cuenta de 15 mil CUC fueron de 15 mil pesos cubanos”.

La usuaria Kirenia Rodríguez, odontóloga de profesión, hace suyo el reclamo del autor anónimo y dijo en los comentarios que también espera se resuelvan los problemas mencionados en la carta.

Entre los inconvenientes se incluyen el desabastecimiento en las tiendas donde deben comprar con un descuento del 30%, lo que los obliga “a sacar el dinero en efectivo para gastar en otra parte, perdiendo ese beneficio; estamos hablando de una pérdida de 300 CUC por cada 1000”, agrega el texto. También especifica que de 15 mil CUC devengados por todos los años de servicios prestados, pierde 4500 CUC que según sus cálculos equivalen a 108 mil CUP.

El texto menciona la inflación y la “especulación inevitable” tras el aumento salarial como parte del ordenamiento económico en Cuba, en medio de una situación de escasez donde las multas no resuelven el problema y el sueldo que antes representaba diez salarios mínimos, ahora se ha devaluado al equivalente de “apenas dos salarios”.

Aunque considera que el país no puede “aumentar nuestras ganancias”, el doctor cubano señala que el dinero en dólares o en petróleo que recibe el país por concepto de colaboración médica internacional, “no está sujeto a las pérdidas a las que han sometido mis ya paupérrimas ganancias, si es que lo son. ¡A los colaboradores hay que subirles las ganancias!”.

Considera un atrevimiento del jefe de los lineamientos económicos, Marino Murillo, “convertir mi dinero en dólares virtuales y congelados, sin poder usarlos hasta que el país tenga liquidez”, por tiempo indefinido, y se pregunta si creen que él es millonario: “¿Y de qué voy a vivir?”.

El texto pone sobre el tapete interrogantes y desesperanzas de médicos cubanos en misión y advierte que se trata de seres humanos que, además, “están dándole el pecho a la Covid 19, arriesgándose a morir, y muriendo incluso”.

Este proceder, señala, “está violando cualquier contrato, y cualquier derecho... después viene un tonto a un CDI a querer invocar sacrificios históricos en nombre de la Revolución, bla bla bla, para que la gente se quede callada y se trague, con las palabras, las lágrimas.”

Varios fueron los colegas que se solidarizaron y apoyaron el texto, entre ellos, Deneb Chang, quien advierte el sacrificio que implica para el colaborador y su familia el servicio que prestan en otros países, “pasando las de Caín para poder alimentarnos bien y no enfermarnos”.

Por su parte, Aliuskis Rodríguez piensa que “hace falta que alguien se dé cuenta que no tenemos dónde comprar comida, aseo, ni nada para la casa con nuestras tarjetas, ya que nuestras cuentas son en MN y solo se puede comprar algo en MLC”.

También un usuario de nombre Pedro Bringas considera que “esa mentalidad murillista y de buró sin conocer las realidades de las personas de a pie” conlleva a que personas pierdan la fe en el proyecto social en la isla, cuestión que confirma Ivis Martínez, quien llegó a la misión apenas en octubre. “Ha sido una agonía, el dinero se va como agua y nada de comprar por descuento, me siento muy decepcionada”, dijo.

Desde hace más de un año, los colaboradores cubanos vienen solicitando por diversas vías que sus salarios les sean pagados en dólares y no en moneda nacional, mientras que otros deciden abandonar los contratos y radicarse en el extranjero porque no encuentran una salida digna a su situación dentro del sistema de salud cubano. Quienes lo han hecho se enfrentan a ocho años de prohibición de entrada a Cuba y, por tanto, de separación familiar.

Según informaciones del Ministerio de Salud de Venezuela más 22 mil médicos cubanos prestan servicios en ese país, muchos de ellos han sido enviados a lugares de difícil acceso y zonas rojas, donde arriesgan su vida a diario. Un número no preciso ha muerto en cumplimiento de su contrato, sin que exista un programa de compensación a sus familiares más cercanos, acorde a la pérdida de su ser querido.

El doctor Leonel Batista, de 28 años, fue el último de cuatro cubanos que, solo en Venezuela, perdieron la vida a causa del COVID-19. No obstante, los ejemplos de muertes de profesionales cubanos de la Salud en “misión” abundan en las redes y en la prensa no estatal: Ramón Domínguez, Yanier Samón, Jaime Alfonso Martínez, Reinier Estrada, Eduardo Vázquez, Odalys Barrios, Dayana Suárez Luisa Cardentey y Juan Manuel Obana Borges -estos dos últimos en extrañas circunstancias- son apenas algunos de los ejemplos más recientes.

Rara vez estos casos son mencionados en la prensa oficial. Mientras tanto, en algún lugar de Somalia, los doctores Assel Herrera y Landy Rodríguez continúan en manos del grupo yihadista que los secuestrara hace más de un año y medio. De ellos tampoco el discurso oficial ha vuelto a dar noticias.

En sentido general, los profesionales cubanos, en especial los que trabajan en el sector de la Salud, sienten que su sacrificio y labor no son valorados y que las medidas que toma la dirección del país, en lugar de beneficiarlos, los perjudican.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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