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Imponen medida cautelar de prisión domiciliaria a Bárbaro de Céspedes

Después de ocho días de calabozo, El Patriota de Camagüey fue puesto en libertad con medidas cautelares que le impiden salir de su casa hasta que se finalice “el proceso” que se le ha abierto

El Patriota de Cuba luego de su puesta en libertad y en su Vía Crucis el pasado viernes Santo © Facebook / Bárbaro de Céspedes
El Patriota de Cuba luego de su puesta en libertad y en su Vía Crucis el pasado viernes Santo Foto © Facebook / Bárbaro de Céspedes

Este artículo es de hace 2 años

La Fiscalía Provincial impuso medida cautelar de prisión domiciliaria al ciudadano Bárbaro de Céspedes, conocido como El Patriota de Camagüey, quien resultó arrestado tras acudir a la Iglesia Mayor de esa provincia portando una cruz en el día de viernes Santo.

Después de ocho días de calabozo, en los cuales no se le permitió realizar una llamada telefónica ni la visita de familiares o abogados, El Patriota de Camagüey fue puesto en libertad con medidas cautelares que le impiden salir de su casa hasta que se finalice “el proceso” que se le ha abierto.

En declaraciones a La Hora de Cuba, de Céspedes relató los detalles de su arresto que no pudieron verse en la directa que realizó el día de los hechos, ya que la policía le obligó a apagar su móvil en el momento de la detención.

El objetivo del activista era depositar la cruz en el santuario “como representación del sacrificio, el dolor y el sufrimiento del pueblo de Cuba”, pero no se le permitió la entrada al templo por parte de una mujer que custodiaba la entrada y que consideró que era irrespetuoso presentarse sin camisa en la “casa de Dios”.

De Céspedes, que realizaba su Vía Crucis con el torso descubierto y una bandera de Cuba pintada, portando una cruz de grandes dimensiones. En el momento de abandonar el templo, El Patriota de Camagüey fue detenido por agentes de la policía que, después de comprobar su identidad y recibir instrucciones, lo condujeron al “edificio operativo de la Seguridad del Estado”, según relató.

“Me quitaron la cruz y la tiraron al suelo con desprecio, y luego me esposaron”, describió el activista. El recibimiento en el edificio de la Seguridad del Estado no fue nada grato, en especial por el maltrato del Teniente Coronel Fernando Casas, de quien denunció haber recibido amenazas y palabras violentas.

Lo que en un principio parecía iba a quedar en una sanción por uso incorrecto del nasobuco, terminó en una detención arbitraria que lo mantuvo ocho días en el calabozo, durante los cuales fue interrogado dos veces al día por oficiales de la policía política que intentaron amedrentarle con amenazas de una sanción de 9 meses de prisión por el delito de “propagación de epidemia”, a pesar de que se le practicó un test PCR que dio negativo.

Asimismo, De Céspedes recuerda haber sido entrevistado por el oficial Kevin, que atiende la contrarrevolución en Camagüey, según afirmó. Por su parte, reconoció, el Teniente Coronel Casas tuvo un trato más amable en su último día de cautiverio, que coincidió con el levantamiento del cerco a la UNPACU en Santiago de Cuba.

“Bárbaro, yo no soy tu enemigo”, refirió De Céspedes que le dijo el oficial en lo que describió como un cambio brusco en las formas con que había sido tratado hasta entonces. El activista desconoce a qué se debió el cambio, pero sospecha que algo tuvo que influir la visita del obispo, monseñor Wilfredo Pino Estévez a su casa y su entrevista con su madre.

No obstante, El Patriota de Cuba fue sancionado con 2 mil pesos de multa por no llevar correctamente el nasobuco, cosa que reconoce y se declara dispuesto a pagar. En otra entrevista que tuvo durante su detención con alguien de la fiscalía provincial cuyo nombre no recuerda, De Céspedes intentó alegar que siete noches de calabozo por llevar mal la mascarilla era una injusticia, y que ese trato diferenciado que había recibido se debió a motivos políticos.

Luego de dos horas de discusión con el funcionario de fiscalía, se le impuso además la medida cautelar de prisión domiciliaria, debido a la cual no podrá salir de su casa mientras dure el proceso por el que se la ha expedientado. De Céspedes explicó al Teniente Coronel que él iba diariamente a visitar a su hija, ante lo cual el oficial le dijo que podría seguir haciéndolo, pero siguiendo el mismo recorrido todos los días.

Bárbaro de Céspedes agradeció el apoyo recibido por redes sociales y medios de comunicación, así como la intercesión de la Iglesia en su caso y en el los activistas de UNPACU en huelga de hambre. Afirmó salir más fortalecido y seguro de que nunca renunciará a sus ideas y sus principios, y que seguirá saliendo a las calles a exigir el fin de la dictadura.

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