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Tardocastrismo intenta soluciones viejas a nuevos desafíos cubanos

Viejo guión con males antiguos y desafíos nuevos.

Alegoría al 15N con calles céntricas de La Habana © Facebook / Archipiélago
Alegoría al 15N con calles céntricas de La Habana Foto © Facebook / Archipiélago

Este artículo es de hace 2 años

El tardocastrismo -acorralado interna y mundialmente- trata de ganar tiempo intentando afrontar los desafíos cubanos con viejos métodos represivos y tácticas políticas de la Guerra Fría porque el poder real sabe que no tiene donde esconderse, desde la detención del general Augusto Pinochet en Londres, e intentará convertir a López-Calleja en un remedo de Vladimir Putin caribeño; al menos hasta que su ex suegro viva y, paralelamente, dividir la oposición entre cultos y marginales predelincuentes.

El devaluado poder cubano improvisa, desordena y yerra sin parar desde el otoño de 2019, cuando Venezuela se desplomó como suministrador estable de combustible y, en vez de apostar por reformas estructurales, el tardocastrismo se puso a jugar al gato y el ratón, esperando que un triunfo de Joe Biden aliviara el nudo de la corbata Donald Trump; en otro error consecutivo y grave de Inteligencia política frente a quien consideran su mayor adversario.

El presidente Díaz-Canel, que cuando habla encarece el pan, intentó en su fallido discurso de clausura del segundo pleno del partido comunista, trazar dos oposiciones, una culta que identificó con Yunior García Aguilera y Archipiélago y otra marginal predelincuencial que llevan meses atribuyendo a Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo.

Antes había avisado el impagable Abel Prieto, con un tweet llorón en que simulaba consternación porque un joven formado por la revolución acabara compartiendo argumentos de Estados Unidos; obviamente algo debe haber fallado en la formación revolucionaria para que cubanos de nuevas generaciones y orígenes y trayectorias diferentes acaben coincidiendo en el rechazo a la dictadura más antigua de Occidente.

Si el dinero norteamericano es tan malo, ¿a qué viene tanto lloriqueo gubernamental porque no pueden hincarle el diente a las remesas de la solidaria emigración cubana? Una pizca de coherencia no vendría mal.

La atropellada elección de diputado por Remedios del general de división Luis Alberto Rodríguez López-Calleja visualiza su conversión en un remedo de Vladimir Putin caribeño, en otro gesto baldío porque Cuba no tiene nada que ver con Rusia sentimental y culturalmente, excepto en la incesante bolsa negra y el coronavirus.

Desgastar a López-Calleja, haciéndolo asumir roles públicos es otro fracaso, pero el bullpen tardocastrista anda escaso de cuadros, como confirmó el acelerado relevo de Lázaro Expósito Canto por un miembro del recién electo Secretariado comunista; confirmando que el castrismo solo premia esfuerzos, nunca resultados.

El ya liberado -que estuvo trabajando varios años enfermo- consiguió éxitos en su trabajo, como reconocieron vecinos de las provincias Granma y Santiago de Cuba, pero jamás fue llevado al Buró Político.

¿Qué méritos tiene la primera secretaria del partido en una provincia recién creada como Artemisa para formar parte del máximo órgano de poder político en Cuba? ¿Qué méritos tienen López-Calleja y su mentecato criado Marrrero Cruz; o el general Ricardo Guerra (Amadito) para estar en el Buró Político, mientras que un cuadro con resultados positivos en su trabajo, desde Caibarién, sea solo miembro del Comité Central?

El resto ya es un viejo guión conocido por los cubanos: Maniobras militares absurdas y ruinosas para la desvencijada economía, mítines de repudio maoísta al estilo 1980, linchamiento televisado y amedrentamiento con peticiones fiscales y condenas desproporcionadas a los cubanos que se manifestaron pacíficamente el 11 de julio.

La brutalidad supera al desconcierto porque desde el intento de asesinato de la reputación de Ricardo Bofill Pagés, pasando por Ochoa; cada vez que la televisión y demás medios estatales criminalizan a un cubano, solo consigue acrecentar su prestigio ante seguidores y el mundo democrático y despertar la curiosidad de muchos ciudadanos.

En su incoherencia continua, el gobierno arguye actos vandálicos contra tiendas estatales dolarizadas a la fuerza para hacer más pobres y desiguales a los cubanos; olvidando que meses antes estuvo jaleando las manifestaciones de protestas en Chile por el incremento del precio del transporte público, que incluyeron numerosos actos vandálicos.

Los cubanos empobrecidos por el comunismo de compadres tienen más razones para vandalizar tiendas dolarizadas que los jóvenes chilenos para destruir el mobiliario urbano e infraestructuras de transporte.

También carece de sentido quemar a un agente de la Seguridad del Estado, con 25 años de trabajo operativo, según el relato oficial; porque introduce la duda razonable que los opositores pueden estar en peligro cuando sean atendidos por determinados médicos; si lo que querían eran agitar sentimientos segurosos -pese a haber destrozado el MININT en tiempo récord, a partir de 1989- con haber repuesto Julito el pescador en televisión. era suficiente.

En su desesperación y loca carrera hacia el vacío, la dictadura criminalizó también al ex presidente del gobierno español Felipe González. ¡Flaca memoria del ingrato Raúl Castro porque los colegios en Cuba abrieron en los años de la crisis económica provocada por el derrumbe soviético, gracias a la generosidad del político español y del entonces presidente de Francia, François Miterrand; quizá Díaz-Canel y Álvarez Casas no lo saben.

¿Qué sentido tiene abrir fuego contra González -que habla habitualmente con Biden y conserva peso específico en la Internacional Socialista, Europa y España- por un conflicto interno de Cuba? Con ocurrencias suicidas como esta, La Habana no necesita de planes de la CIA, para mostrar ante el mundo y los cubanos su manifiesta incapacidad totalitaria.

El gobierno ya perdió el 15N por una combinación de miedo, torpeza y deslegitimación popular insuperables porque muchos cubanos saben que la solución de sus problemas pasan por la libertad, la democratización política y la desmiltarización económica; el resto son serpentinas para las glorietas como la Tarea ordenamiento -dos quinquenios baldíos a costa de la pobreza generalizada- las mipymes y la anunciada renovación del Poder Popular, el mismo día que estaban metiendo casi clandestinamente a López-Calleja en ese gran circo inservible y ruinoso que es la Asamblea Nacional.

Murillo y Gil comparecieron en el parlamento totalitario para deprimir aun mas a los cubanos con deprimentes datos de hiperinflación y caída del PIB y no trascendió una sola observación crítica o cuestionamiento de algún diputado, pese a que la mitad comparte miseria con el resto de los ciudadanos. ¡Menuda democracia socialista!; aunque lo mejor llegó de la boca de Díaz-Canel que -en otro ejercicio pueril- se puso a definir el estado de poderes agrupados; alarde innecesario, siendo el máximo representante del totalitarismo raulista.

Del socialismo próspero y sostenible, el tardocastrismo pasó a lo precios topados que vaciaron tarimas y carretillas; y del mercado intervenido a los presos del 11J y ahora amenaza a quienes piensan ejercer su derecho democrático el 15 de noviembre, con largas condenas de cárcel y anticuadas lapidaciones públicas

Camilo, ¡que mal va toda esa recua de ineptos acobardados!

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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