La revista feminista Alas Tensa expuso los casos de nueve activistas, víctimas de violencia de Estado por su participación en las jornadas del 15N, como parte de su campaña “Mujeres cubanas que participan en la política”.
Un artículo publicado este martes por el citado medio independiente, titulado Nueve mujeres del 15N Cuba frente a la violencia del Estado, refiere que estas mujeres “no son ni de lejos las únicas que han sufrido la violencia política en Cuba”, pero sí son una muestra representativa del hostigamiento que han padecido las activistas con una proyección crítica frente al régimen.
Las mujeres que visibiliza la publicación durante las jornadas cívicas de noviembre último sufrieron actos de repudios organizados por la Seguridad del Estado y bajo la anuencia de organizaciones como la de la Federación de Mujeres Cubanas; además de vigilancia en sus domicilios, interrogatorios, retenciones en sus casas, acoso policial, entre otras acciones de violencia política.
El texto destaca los actos de hostigamiento contra Sor Nadiezka Almeida Miguel, Superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, quien el 15N cuando salió a caminar con otras religiosas fue interceptada por agentes vestidos de civil, quienes intentaron prohibirles salir a marchar, y ante sus negativas de obedecer, “aceptaron que fuera a hacer su recorrido bajo la condición de caminar vigiladas por ellos”.
También visibiliza a Daniela Rojo, quien es madre e hija cuidadora y fuera detenida por más de 20 días por participar en las manifestaciones del 11J, e interceptada el 12 de noviembre por la Seguridad del Estado, que la mantuvo desaparecida durante cinco días antes de ser puesta en libertad.
Igual exponen el caso de Yanilys Sariego, activista y abogada residente en Cárdenas, Matanzas, además de madre de un niño de diez años, quien fue citada por la policía por declarar públicamente su intención de asistir a la marcha del 15N, pero como no asistió debido a la irregularidad en términos legales de la citación, el 12 fue arrestada en su casa, amenazada de muerte y detenida durante siete días.
Asimismo, la revista recuerda el caso de Berta Soler, líder de las Damas de Blanco y quien denunció vigilancia de la policía política en los alrededores de su casa desde el 13 de noviembre, y el 15 fue detenida junto con su esposo cuando se disponía a salir a marchar.
Otra mujer víctima de la violencia reflejada es la activista Carolina Barrero, quien el 15N llevaba 200 días de reclusión y cerco policial en su vivienda. Tras lograr burlar la vigilancia y salir a manifestarse fue detenida por la policía política por enésima vez en lo que va de año.
Tampoco falta los hostigamientos contra Saily González, desde su integración a la plataforma Archipiélago como coordinadora, moderadora y comunicadora, por parte de la Seguridad del Estado, mediante acoso, difamación en las redes y hasta intentos de incriminarla en hechos delictivos.
Además, en su caso, se añade el acto de repudio que le hicieran durante casi toda la jornada del 15N por parte de una treinta de personas congregadas frente a su vivienda, quienes le lanzaron amenazas, improperios y le impidieron asistir a la protesta.
Cinco días después de estos hechos, también fue abordada en la calle por dos hombres no uniformados que la condujeron a un vehículo custodiado por un tercero. Le quitaron por la fuerza su teléfono móvil y la llevaron “por la circunvalación de Santa Clara hasta un lugar que se llama la bloquera”, según su testimonio enredes sociales.
Alas Tensas refleja, además, la situación de Iris Mariño, quien reside en la ciudad de Camagüey con su esposo e hijo. Allí colabora con las iniciativas de Archipiélago y es una de las principales coordinadoras de la plataforma en esa ciudad y es periodista del medio independiente La Hora de Cuba.
Ella desde hace años es víctima de la represión de la Seguridad del Estado, mediante detenciones arbitrarias, vandalismos contra su vivienda, vigilancia y prohibiciones de viaje. Fue detenida en las protestas del 11J y en ante la convocatoria del 15N estuvo con vigilancia, recibió nuevas intimidaciones y le fue aplicada un acta de advertencia policial por los presuntos delitos de instigación a delinquir y sedición.
Aparecen en esta relación la Dama de Blanco Lourdes Esquivel, arrestada junto con su esposo, el 14 de noviembre en su casa, después de haber estado sitiada varios días, y la activista Miryorli García Prieto, integrante del 27N, a quien han hostigado con detenciones domiciliarias, vigilancia y cortes de sus servicios de telefonía e internet.
A ella el 15N la Seguridad del Estado le organizó un acto de repudio frente a su casa durante cuatro horas, además de que su esposo fue objeto de chantajes y acoso, hasta el punto de perder su trabajo dos veces en perjuicio de la economía familiar.
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