Una edición latinoamericana del histórico Festival de la Canción de San Remo (Italia, 1951), prevista para celebrarse entre el 10 y 15 de abril en Cuba, encalló con las retiradas consecutivas del intérprete mexicano, de padre cubano, Kalimba, y de los populares cantantes españoles Alex Ubago y el dúo Andy y Lucas; rechazando actuar ante la dictadura más antigua de Occidente.
La Habana sigue creyendo en los milagros y ha vuelto a errar en sus cálculos de Inteligencia política, intentando maquillar la gravedad de la crisis interna con circos sin pan; con el decisivo aporte de la voluntariosa Primera Dama, Lis Cuesta, en colaboración de instituciones de países democráticos que siguen evitando encarar la tragedia cubana con guiños absurdos.
Pretender organizar un Festival de San Remo con Maykel Osorbo, Luis Manuel Otero Alcántara y el periodista Lázaro Yuri Valle Roca encarcelados, los ataques gubernamentales a los movimientos 27N y Archipiélago; incluido los destierros de artistas como Tania Bruguera, Hamlet Lavastida, Katherine Bisquet, El Funky, Yunior García, y los periodistas Karla Pérez, Héctor Luis Valdés Cocho y Esteban Rodríguez solo cabe en la cabeza de una dictadura decadente, temerosa y fallida.
El asedio contra Carolia Barrero, Luz Escobar, Leonardo Fernández Otaño, Thais Mailén Franco, Daniela Rojo, Camila Acosta, Saily González e Iliana Hernández -entre otros muchos jóvenes y mujeres cubanas- genera repudio en el mundo democrático y la cultura mundial.
Más de 700 cubanos presos por la rebelión popular del 11J, juicios y largas condenas por sedición no son la mejor coyuntura para ponerse a cantar; lo de comer frutas es un lujo burgués que la revolución desterró del paladar nacional con voluntad hidráulica y el plátano burro con microjet aéreo.
El ridículo de Miguel Díaz-Canel, atacando la canción "Patria y Vida" fue un mensaje claro acerca de la decrepitud política del presidente de Cuba, que acabó estropeando la Cumbre de CELAC a su aliado López Obrador y cosechando un varapalo mundial en los Grammy.
Ya sabemos que, en sus contactos con gobiernos, empresarios e instituciones extranjeras, representantes gubernamentales cubanos suelen aludir al supuesto carácter delincuencial y marginal de Osorbo y Luisma; como hacen con todos quienes se opone a sus designios; y la condición de asalariados del imperio del resto; la injuria falla cuando el interlocutor comprueba que todos son hijos de la revolución.
El gobierno cubano, oliéndose el próximo fracaso, que tratará de enjugar con figuras de tercera fila; ya ha activado la maquinaria de propaganda totalitaria, acusando a parte del exilio e inxilio de sabotear el evento y no es descartable que algún exaltado a las órdenes del gobernante partido comunista, acuse a los artistas que hayan renunciado al San Remo habanero de sentirse presionados por el temor de perder conciertos en Miami y otras ciudades de Estados Unidos.
La mayoría de artistas contemporáneos, incluidas las estrellas de Hollywood, son gente de mentalidad abierta y progresista, ubicados dentro de la teoría de lo políticamente correcto, que rechaza el carácter liberticida y empobrecedor del tardocastrismo, especialmente tras el desprecio raulista al deshielo Obama y la razia represiva post 11J.
Así de sensato es el mundo contemporáneo, compañeras y compañeros del tardocastrismo; ustedes gozando el neoliberalismo, desvelados por las remesas familiares y entonando Bella ciao; mientras artistas y creadores extranjeros repudian vuestra dictadura comunista y cuidan sus fuentes de ingresos en naciones democráticas.
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