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Directivos reconocen poca demanda de cubrebocas fabricados en Matanzas ante altos precios

La planta solo cuenta con una docena de clientes estatales incluido el Ministerio de Salud Pública que hasta el momento no ha adquirido ninguna mascarilla.

Fábrica de cubrebocas en Matanzas © Granma/ Ventura de Jesús
Fábrica de cubrebocas en Matanzas Foto © Granma/ Ventura de Jesús

Este artículo es de hace 1 año

Los directivos de la fábrica de cubrebocas desechables construida en Matanzas a mediados de 2021, reconocieron la poca demanda de las mascarillas en el mercado nacional, como resultado de los elevados precios de su comercialización.

Liudmila Pérez Montero, administradora de la empresa dijo al periódico oficialista Granma que la planta está a punto de completar los dos millones de mascarillas y que las dos máquinas en operación admiten un ritmo de producción mayor, limitado por la baja necesidad del insumo.

El precio de cada unidad es de 12 centavos de dólar, por lo que hasta el momento la planta solo cuenta con 12 clientes , entre ellos el Ministerio de Salud Pública, organismo que no ha adquirido ni un solo cubrebocas.

La fábrica, única de su tipo en Cuba, pertenece a la Empresa de Confecciones Textiles Unymoda, adscrita al grupo Gardis. Su edificación fue posible gracias al aporte del empresario sirio Lway Aboradan, encargado de proveer los equipos y la materia prima.

Tras su inauguración, la entidad presentó serias dificultades pues los operarios apenas sabían manejar las máquinas y la comercialización de los primeros cubrebocas solo se realizó en Moneda Libremente Convertible (MLC) a otras instituciones bajo el control del gobierno y no directamente a la población, obligada a adquirir los cubrebocas a precios elevados en el mercado negro o a emplear los de tela, cuya protección resulta escasa contra las últimas variantes del coronavirus.

Pérez Montero admitió que también presentaron contratiempos con la documentación de la planta y que los trabajadores nunca contaron con asesoramiento presencial. Todo el proceso de adiestramiento se realizó a través de “videoconferencia desde un taller en el extranjero, donde laboran con equipos idénticos y la misma materia prima. Eso nos obligó, por la diferencia de horario, a permanecer en la fábrica hasta altas horas de la noche para establecer la comunicación, en la que Aboradan hacía de traductor”, afirmó la directiva.

La administradora reconoció que otra dificultad esencial fue la falta de un compresor con la potencia suficiente para mover las dos máquinas de confección. Asimismo el local donde el gobierno decidió montar la industria no contaba con las condiciones de climatización necesarias para la protección de los equipos.

La fábrica elabora piezas de alta calidad y esterilizadas, compuestas por tres capas que facilitan la respiración y el filtrado de las partículas en el aire. Indicó, sin embargo, que solo cuentan con materia prima para confeccionar cubrebocas durante los próximos tres meses.

Evangelio Garrido, mecánico de la planta destacó que en estos momentos, el principal obstáculo es el bajo salario de los 12 trabajadores, en particular los operarios que apenas perciben 3,000 pesos cubanos por su labor. Alegó además que los más jóvenes han pensado en buscar otro empleo mejor remunerado, lo cual implicaría capacitar de cero a otros obreros.

Adriel Ojeda, encargado de la calidad del producto y de su empacado explicó que la jornada laboral es muy compleja e incómoda pues implica estar ocho horas de pie frente a las máquinas y con la vista fija hacia abajo.

Maribel Rodríguez Argüelles, directora de Unymoda dijo que la inversión total para la planta fue de cinco millones de pesos a reponer en un plazo de cinco años. No obstante, advirtió que para cumplir con ese compromiso solo pueden vender los cubrebocas en MLC, principalmente a los destinos turísticos de la isla.Directivos del sector en Matanzas aseguraron que no tienen déficit de nasobucos y justificaron su bajo interés con el alto precio de los insumos, pues los que reciben a través de a través de la Empresa de Suministros Médicos (Emsume) tienen un valor menor

En octubre de 2021 el periódico Girón de esa provincia cuestionó la demora en el arranque de la fábrica y señaló que esa situación truncó incluso la exportación de mascarillas a países de la región, interesados en adquirir hasta cuatro millones de unidades.

Tras la inauguración de la planta, Rodríguez Argüelles había asegurado que la moderna tecnología, la primera de su tipo en el país, permitiría elaborar, esterilizar y empaquetar unas cien unidades por minuto en dos líneas de trabajo, que en total darán un resultado de unas 84 mil mascarillas por cada turno laboral de ocho horas.

Ninguno de esos planes iniciales ha sido completado hasta el momento, como resultado de las trabas burocráticas y la evidente ineficiencia de los procesos productivos cubanos.

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