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Activista Adrián Góngora denuncia abusos y hacinamiento en prisión: "Mi vida corre peligro" 

El no reconocimiento de la condición de preso político es una estrategia de los represores del régimen para negar la existencia de tales en sus cárceles. Al mismo tiempo, sirve de coartada para juntar prisioneros de conciencia con delincuentes comunes, privando a los primeros de los derechos que internacionalmente se les reconocen y vulnerando su seguridad e integridad física.


Este artículo es de hace 1 año

El joven activista cubano Adrián Góngora denunció este lunes que su vida corre peligro en la prisión en la que permanece recluido compartiendo celda en condiciones de hacinamiento con presos comunes, a pesar de estar encarcelado por motivos políticos.

En una conversación telefónica desde prisión con su primo Julio César Góngora, el activista relató el peligro que significa compartir celda con presos comunes, muchos de ellos delincuentes peligrosos y violentos, condenados por robo, tráfico de drogas y otros delitos graves.

“Uno es preso político y te juntan con presos comunes. Mi vida corre peligro. Imagínate tú, yo tengo que estar aguantando. Como dicen los presos, ‘pagar callao’. Yo no me voy a complicar con ningún preso común. No es fácil compay, uno tiene que estar tranquilo aquí”, describió Góngora en la grabación de la conversación, difundida a través de redes sociales.

El no reconocimiento de la condición de preso político es una estrategia de los represores del régimen para negar la existencia de tales en sus cárceles. Al mismo tiempo, sirve de coartada para juntar prisioneros de conciencia con delincuentes comunes, privando a los primeros de los derechos que internacionalmente se les reconocen y vulnerando su seguridad e integridad física al juntarlos con criminales muchas veces violentos y corrompibles que, en ocasiones, se prestan para ejercer violencia física y psicológica sobre los presos políticos a cambio de beneficios carcelarios.

Góngora, quien se encontraba bajo prisión provisional en Holguín desde su encarcelamiento hace un año, denunció a principios de abril haber sido víctima de una golpiza por parte de presos comunes en dicho centro penitenciario.

En la conversación divulgada este lunes, el activista menciona que ahora se encuentra en otra prisión “10 veces peor que la de Holguín”, pero no dice el nombre del centro penitenciario. CiberCuba se puso en contacto con familiares y allegados de Góngora para precisar esta información y le confirmaron que el activista se encuentra en la prisión provincial de Granma.

La celda en la que Góngora permanece en compañía de presos comunes es de apenas 16 metros cuadrados y en total conviven en ella 18 reclusos que duermen en 6 literas de 3 plazas cada una, muchas de ellas sin colchón y donde un cartón sobre el que echarse resulta un privilegio.

Por esta razón, el activista denuncia haber contraído enfermedades infecciosas de la piel, como sarna y sarpullidos. Además, el estrés que provoca la convivencia con delincuentes peligrosos le ha causado pérdida de pelo en su cuero cabelludo.

Detenido a principios de abril de 2021 por protestar en Las Tunas ante el atropello sufrido por un hombre que se dedicaba a vender plantas ornamentales para pagar los cuidados de su madre enferma, Góngora enfrentó una petición fiscal de dos años de prisión por los presuntos delitos de atentado, desobediencia y desacato.

“Yo hablé con el abogado y me dijo que en el juicio yo tenía que haber salido absuelto, pero, por otra parte, es problema político... No me habla claro. Yo lo único que quiero es estar solo, que se respeten mis derechos como preso político”, insistió Góngora.

Conocido como ‘El León de Santa Rita’, el joven envió un mensaje a sus amigos y conocidos desde prisión. “Ni preso me van a callar. Mi alma es libre. Yo soy un patriota”, afirmó Góngora en la grabación publicada.

Adrián Miguel Góngora Santiesteban, Damián de Jesús Hechavarría Labrada y Taimir García fueron detenidos en abril de 2021 por manifestarse en la vía pública en Las Tunas, protestando contra la multa que inspectores y policías de esa ciudad impusieron a Hechavarría, cuya madre enferma sobrevive gracias a los ingresos que genera su hijo con la venta de plantas ornamentales que cultiva en su propia casa.

Los hechos, ocurridos meses antes de las históricas protestas del 11J, fueron premonitorios de las masivas manifestaciones que sucederían después, en las cuales los cubanos expresaron su malestar por la crisis generalizada del país y con la dictadura que lo gobierna, saliendo a plazas y calles a exigir libertad y un cambio en Cuba.

García, Góngora y Hechavarría protestaron en plena calle al grito de “Patria y Vida” que luego repitieron miles de cubanos. Publicada a mediados de febrero de 2021, la canción se convirtió en un himno para los cubanos que quieren vivir con derechos y libertades, y fue escuchada y coreada públicamente con más frecuencia por activistas y cubanos hartos de la pobreza y la represión.

Los tres activistas, que todavía están tras las rejas por ejercer su derecho a la libertad de expresión y manifestación, anticiparon la voluntad de muchos cubanos que espontáneamente se lanzaron a reclamar sus derechos y denunciar la opresión del régimen. “¡Pueblo despierta!”, gritaron los tres activistas de la sociedad civil tunera antes de ser detenidos por la Seguridad del Estado.

Su firmeza ante los represores, su voluntad de enfrentar y denunciar la injusticia, y el uso de las redes sociales para visibilizar sus acciones, (“la cámara es mi defensa”, decía Góngora mientras era reprimido) hizo de la protesta de los tres activistas tuneros una acción profética del despertar del 11J.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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