La Antonio Guiteras, principal generadora térmica del país, no consigue estabilizar su funcionamiento este sábado tras una serie de fallos registrados en las últimas 48 horas.
La situación llevó a la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) a advertir en sus redes sociales de nuevos y masivos apagones, mientras crece el malestar ciudadano y se intensifica la desconfianza en las cifras oficiales.

El colapso eléctrico que vive Cuba en estos días tiene un epicentro claro: la termoeléctrica matancera. La planta, considerada la más eficiente del país, ha sufrido dos fallos consecutivos en cuestión de horas que han agravado una crisis ya insostenible.
Todo comenzó en la mañana del viernes, cuando la unidad salió inesperadamente del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) debido a una fuga en el condensador, según confirmaron fuentes de la UNE.
Los técnicos iniciaron trabajos de urgencia con la intención de devolverla a la red en menos de 24 horas. Sin embargo, el intento de reinicio en la madrugada del viernes fracasó. Una segunda avería impidió el arranque, lo que obligó a detener nuevamente los equipos.
Lo más leído hoy:
Ya en la noche del viernes, la afectación energética alcanzó los 1,601 MW a las 20:50 horas, superando con creces lo planificado. El parte de la UNE de este sábado reveló que la planta continúa fuera de servicio, sin que se haya podido garantizar una hora de retorno efectiva.
Panorama desolador
La nota informativa de la UNE advirtió que, a las 07:00 de la mañana de este sábado, la disponibilidad nacional era de apenas 1,650 MW frente a una demanda de 2,810 MW, con un déficit de 1,183 MW.
Para el horario pico nocturno, se prevé una demanda máxima de 3,400 MW, mientras la disponibilidad apenas alcanzaría los 1,900 MW, lo que se traduce en un déficit de 1,500 MW y afectaciones estimadas de 1,570 MW.
A esta situación contribuyen también las averías en otras plantas como la unidad 5 de Nuevitas y la unidad 2 de Felton, así como las tareas de mantenimiento en otras cinco unidades de las plantas de Santa Cruz, Cienfuegos y Renté.
A esto se suman 47 centrales de generación distribuida fuera de servicio por falta de combustible, y otros 150 MW inactivos por falta de aceite o problemas técnicos en motores y la patana de Melones. En total, 519 MW están inactivos por problemas en este segmento.
Promesas, desgaste y malestar social
La narrativa oficial insiste en que la solución está en camino. El gobernante Miguel Díaz-Canel reconoció esta semana la "extrema gravedad" del sistema energético y prometió inversiones para restablecer capacidad y modernizar infraestructuras.
El director de la UNE, Alfredo López Valdés, aseguró que se recuperarán al menos 1,000 MW antes de fin de año, y el gobierno ha anunciado la compra de unidades móviles de generación.
Sin embargo, la credibilidad de estas promesas es cada vez menor. En las calles, crece el malestar. La ciudadanía ha empezado a cuestionar abiertamente los partes diarios de la UNE, acusándolos de ocultar la magnitud real del colapso energético.
Muchas familias aseguran sufrir apagones de más de 12 horas, mientras que en algunas provincias del centro y oriente se han registrado cortes ininterrumpidos de hasta 20 horas.
Las protestas registradas en las últimas horas en Bayamo y Cienfuegos, con consignas como “¡Queremos comida, no muela!” y “¡Abajo la oscuridad!”, reflejan el agotamiento social ante una crisis prolongada y sin horizonte claro de solución.
Crónica de un colapso anunciado
El caso de la Guiteras no es nuevo. En lo que va de año, la planta ha salido del sistema más de una docena de veces por problemas técnicos que van desde fallos en calderas hasta roturas en bombas y condensadores.
Sin repuestos adecuados, con tecnología obsoleta y personal agotado, cada nuevo intento de reparación parece más un parche que una solución estructural.
La secuencia de averías vivida en las últimas horas confirma un patrón de deterioro progresivo e irreversible, frente al cual las autoridades siguen apostando por discursos y estadísticas que la ciudadanía percibe cada vez más como “muela oficialista”.
Mientras tanto, el régimen cubano continúa sin ofrecer soluciones concretas a corto plazo, más allá de promesas que, como la de eliminar los apagones en tres años, siguen generando más incredulidad que esperanza.
Archivado en: