Una multitud de niños, acompañados de sus familiares, aguardó más de tres horas por un espectáculo infantil en la ciudad de Camagüey, suspendido finalmente a causa de las irregularidades con el servicio eléctrico en esa capital provincial.
El hecho ocurrió el pasado sábado 17, cuando decenas de niños y sus acompañantes esperaron hasta la una de la tarde para ver la obra Un solo de payasos, programada para las 10 de la mañana en el Guiñol de Camagüey.
A raíz del incidente, los organizadores pospusieron hasta octubre próximo las funciones finales de la temporada del espectáculo, previstas para el 23 y 24 de septiembre, de acuerdo con las declaraciones a la prensa oficial del presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, Kenny Ortigas.
“La programación para septiembre de la Unión Eléctrica en Camagüey no se está cumpliendo y no podemos convocar al público con esta incertidumbre. Los organizadores Jesús Ruedas, director del Guiñol; Adiel Morales, director artístico de Un solo de payasos y yo decidimos posponer para octubre y ofrecer más funciones”, dijo el funcionario al periódico Adelante.
Ante la propuesta de trasladar el show a la calle, el máximo representante de las artes escénicas destacó que, en esta comunidad señalizada como vulnerable, no puede obviarse el valor y la utilidad de cada lugar.
“Debemos ponderar la presencia de la actividad cultural con sentido y enjundiosa para el intelecto y el imaginario de la gente. Hay un público específico que necesita ser atendido en esta situación coyuntural, como los niños, y otras personas a quienes no les gusta ir a una discoteca o un cabaré sino al teatro”, concluyó Ortigas.
La crisis energética en Cuba no visualiza una solución inmediata. Tal y como anunciara la Unión Eléctrica (UNE), el país vive un contexto particularmente complejo, donde el déficit de generación ya supera los 1,000 MW en horario pico debido a la salida de funcionamiento de más de 10 unidades de las termoeléctricas por roturas o mantenimiento.
En esa misma cuerda, el incumplimiento en los horarios de programación de los apagones previstos suma más descontento. Muchos ciudadanos se ven imposibilitados de agilizar trámites de cualquier índole debido a la falta de corriente eléctrica.
La capital cubana, intocable hasta junio último, sufre también por las interrupciones, aunque cumplen cortos periodos y pueden sucederse varias veces en el día.
En el resto del país la UNE incumple los pronósticos de interrupciones del servicio y somete a los ciudadanos a más horas de apagones, lo cual genera protestas en redes sociales y en las calles, debido a la imposibilidad de llevar a término las actividades del hogar, la más importante de todas: la cocción de los alimentos.
Agosto pasado trajo para los villaclareños la difícil encomienda de decidir entre 12 horas de apagón divididas en dos momentos del día o la misma cantidad de tiempo de manera continua, pero más allá de la desfachatada propuesta, ahora los horarios, casi siempre imprevistos, superan algunas veces las 18 horas.
El descontento popular ha sido significativo en los últimos meses, con decenas de manifestaciones populares en varias provincias del país, entre las cuales sobresalen las multitudinarias protestas en el municipio de Nuevitas, severamente reprimidas por el régimen, que aún mantiene detenidos a más de 50 ciudadanos y recrudece el hostigamiento contra jóvenes por el solo hecho de haber documentado la represión policial.
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