Una nutria de río llamada Taiyo anticipó la victoria de los Samurai Blue contra la tetracampeona Alemania en el primer partido de ambas selecciones en la Copa del Mundo de Qatar, el miércoles último.
Taiyo, una nutria macho de ocho años que vive en el acuario Maxell Aqua Park Shinagawa en Minato, Japón, colocó un balón de fútbol en miniatura en el cubo azul que representaba a la Tierra del Sol Naciente como ganadora, de tres opciones que tenía. Las otras dos cubetas eran la amarilla que marcaría un empate y la roja que significaría el triunfo de Alemania.
Su "vaticinio" ocurrió el 22 de noviembre, un día antes del partido cuando, caminando en dos paticas, fue al cubo azul que tenía la bandera de Japón y depositó allí el pequeño balón.
Naoki Takamura, miembro del personal de cría del acuario que acompañó a Taiyo, expresó a The Sankei News: “Quiero creer en la victoria. Quiero que Japón se una como equipo y derrote a Alemania”.
Su predicción constituyó una gran sorpresa del Mundial: İlkay Gündoğan abrió el marcador a favor de los alemanes en el '33. En el segundo tiempo, Ritsu Dōan marcó el empate. La mayor sorpresa llegó en el '83 con la anotación de Takuma Asano, quien liquidó a los alemanes en el Estadio Khalifa.
Taiyo recibió elogios por parte de los aficionados japoneses que manifestaron su euforia por el triunfo, a diferencia del loro Olivia que, en una dinámica organizada en el Nasu Animal Kingdom, vaticinó la derrota del equipo nipón al elegir y levantar con su pico la bandera de Alemania.
Las predicciones en los mundiales ya se han vuelto una tradición seguida por muchos fanáticos del fútbol alrededor del mundo.
Aquiles, un gato blanco y sordo que vivía en el famoso Museo del Hermitage de San Petersburgo, fue el encargado en 2018 de hacer los "pronósticos" en la Copa Mundial de Fútbol celebrada en Rusia.
En 2014, durante el Mundial en Brasil, una de las criaturas adivinas fue el armadillo Norman del zoológico de Münster, en Alemania, que caminaba hacia el balón de la selección que "creía" ganaría. Tras fallar dos predicciones, perdió la confianza de sus seguidores.
Sin embargo, el que sí nadie olvida es el pulpo Paul que vivía en el Sea Life Center en Oberhausen, Alemania. Durante la Copa del Mundo 2010 en Sudáfrica fue un excelente oráculo en los ocho partidos que pronosticó, incluido el de la gran final, donde se coronó España como campeón del mundo.
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