Zonas turísticas de La Habana Vieja desoladas un sábado por la tarde

Las zonas turísticas de La Habana Vieja, desoladas en plena temporada alta, evidencian la crisis del turismo en Cuba. A pesar de las inversiones, la realidad contradice las cifras oficiales.

La Habana Vieja Foto © CiberCuba

El sábado 25 de enero, un recorrido por las principales zonas turísticas de La Habana Vieja dejó al descubierto una realidad alarmante: calles desiertas, comercios vacíos y una ciudad que parece haber sido abandonada, incluso en plena temporada alta del turismo en Cuba.

El vídeo muestra un panorama desolador que contrasta con los años en los que la capital cubana era un imán para visitantes de todo el mundo. A pesar de las afirmaciones del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR) sobre un supuesto repunte del turismo, la realidad evidencia lo contrario.

“Mienten burdamente y los únicos engañados son ellos”, comentó un internauta al ver las imágenes. Este comentario refleja el sentir generalizado de muchos cubanos que ven cómo las millonarias inversiones en hoteles y proyectos turísticos no logran paliar una crisis que ya es innegable.

La Habana Vieja, emblemática por su arquitectura colonial, solía estar repleta de turistas. Sin embargo, hoy es casi una ciudad fantasma.

“Dios mío, desolación total, ni turistas ni cubanos, ciudad fantasma, increíble triste realidad”, lamentó otro usuario. Las calles que antes eran testigos del bullicio de visitantes y vendedores ambulantes ahora están marcadas por la ausencia de vida, el deterioro de los edificios y la falta de mantenimiento básico.

Algunos se preguntan: "¿Por qué alguien querría visitar Cuba en su estado actual?". Los comentarios de los ciudadanos son contundentes: “¿Para ver qué? Basura, pestilencia, maltrato, edificios escombros”.


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Otro usuario añade: “¿Quién va a ir a Cuba a ver tanta miseria?”. Estas opiniones reflejan el desencanto de una población que asiste impotente al declive de uno de los sectores clave de la economía, al que el régimen sigue destinando recursos desproporcionados.

Es irónico que, mientras el turismo languidece, el gobierno continúe priorizando grandes proyectos hoteleros que no cumplen con sus objetivos. Como bien apuntó un comentarista: “Así es, increíble, en plena temporada alta”. La Habana Vieja, que en otro tiempo era una postal viviente, hoy está lejos de serlo.

La percepción de los propios cubanos sobre su país como destino turístico es desalentadora: “Cada vez que voy, se pone más triste Cuba”. La Habana Vieja, que antaño era sinónimo de vida y cultura, hoy refleja la cruda realidad de un país en crisis.

Crisis del Turismo en Cuba

El turismo en Cuba continúa atravesando una crisis profunda. Según un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) publicado a finales de 2024, el país recibió 2,7 millones de visitantes, quedándose por debajo de las proyecciones oficiales y reflejando un descenso de 137,047 viajeros en comparación con 2023.

Entre los mercados emisores más afectados estuvieron Canadá, España e Italia, mientras que México y Rusia mostraron ligeros incrementos que no lograron compensar la caída total.

A pesar de estas cifras preocupantes, el gobierno cubano persiste en su estrategia de invertir en el sector turístico, con iniciativas como la construcción del Hotel Torre K-23, el edificio más alto del país, cuya inauguración está prevista para enero de 2025.

Este proyecto, valorado en más de 200 millones de dólares, ha generado fuertes críticas al priorizarse en medio de una crisis económica que afecta profundamente a los servicios básicos de la población.

De forma similar, el hotel MGM Muthu en La Habana es promocionado como un "refugio de lujo", mientras la apertura de un supermercado en dólares en sus instalaciones ha avivado el descontento social debido a su inaccesibilidad para la mayoría de los cubanos.

El inicio de 2025 también estuvo marcado por la llegada de un lote de ómnibus nuevos para el transporte turístico, destinados a rutas hacia Varadero, La Habana y los Cayos. Sin embargo, esta decisión fue duramente cuestionada, ya que el transporte público en la isla enfrenta una crisis severa con una flota urbana en ruinas y falta de combustible en las provincias.

Mientras tanto, aerolíneas como Edelweiss anunciaron la suspensión de vuelos a La Habana, trasladando sus operaciones hacia destinos como Varadero y Los Cayos, que concentran la mayor parte del turismo que aún llega a la isla.

En este contexto, el turismo en Cuba no solo enfrenta una lenta recuperación tras la pandemia de COVID-19, sino también un cambio en las dinámicas de demanda, con muchos turistas evitando la isla debido a los problemas de infraestructura, apagones constantes y la disminución de la percepción de seguridad.

Aunque el gobierno estima recibir 2,6 millones de visitantes internacionales en 2025, esta cifra sigue siendo inferior a los niveles prepandemia y evidencia la necesidad de replantear la estrategia turística del país.

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Redacción de CiberCuba

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