“La solución sabia no cabe en la ecuación. Es mi deber moral mantener a mi vieja”, escribió el reconocido humorista cubano Ulises Toirac en Facebook, en una suerte de parábola tan sencilla como efectiva para criticar el anuncio de arrendar instalaciones de la Tribuna Antimperialista José Martí.
La comparación no fue gratuita: “Desde el punto de vista económico, rentar algo que produce pérdidas sin usar y que, en la medida que pasa el tiempo, sus pérdidas son mayores por el deterioro, es una decisión SABIA. El tema es de qué se está hablando”, advirtió el actor, conocido por su lenguaje agudo y sin rodeos, en una publicación compartida en la red social este miércoles.
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Su ejemplo fue claro: nadie consideraría “alquilar a su madre” para que pague por sí misma su comida, medicinas o ropa, por mucho que esos gastos aumenten con el tiempo, a medida que envejece.
“La solución SABIA, sin embargo, no cabe en la ecuación. Es mi DEBER MORAL destinar parte de mis ganancias en mantener a mi vieja. Rentarla para que trabaje pa’ la calle y se gane lo que tiene que emplear en vivir... NO CABE. Explicación de dignidad de prescolar. ¿Se entendió o más claro?, sentenció.
Toirac no mencionó directamente la cifra de hasta 28,000 pesos diarios con los cuales, según trascendió, es posible alquilar algunos de los espacios del sitio de resistencia ideológica, vinculado desde sus inicios a actos de confrontación política contra Estados Unidos. Sin embargo, el actor acompañó su publicación con una captura de pantalla de la nota de CiberCuba que informó sobre la promoción, dejando claro el contexto de su crítica.
Pero de su reflexión sí parece emerger una preocupación por la descomposición de principios: la pérdida del sentido simbólico, moral y colectivo en favor de la rentabilidad a cualquier precio. El comentario, breve pero incisivo, desató una ola de reacciones. Desde quienes aplaudieron la claridad ética de su metáfora hasta los que defendieron la medida como una práctica de “uso mixto” que ya es común en otras partes del mundo.
Muchos usuarios se identificaron con la preocupación de Toirac. “Sobrevivimos gracias a que nuestros hijos e hijas se rompen el lomo en la emigración para mantenernos”, escribió Elizabeth Lugo, residente en Santa Clara. “Estamos en caída libre sin frenos ni paracaídas, porque ambos hay que comprarlos en dólares”, agregó Blanca Lama Torres.
Otros fueron más duros: “Si han lucrado toda la vida con la foto del Che vendiéndola en cuanto tareco se les ocurra… qué se puede esperar de esa situación. Ellos sí venden a su madre al mejor postor por mantener su posición y buena vida”, escribió David Maqueira.
Finalmente, a juicio de Jorge Hernández, “ya empezaron a destruir todo lo que crearon. Eso sólo lo harían si ya no quieres dejar rastros… están siguiendo los pasos de los rusos que, después que se adueñaron del país los grandes generales, dieron el cambio”.
El 12 de mayo, una nota publicada como “contenido patrocinado” (publicidad) en el portal oficialista Cubadebate, anunció que la icónica Tribuna Antiimperialista José Martí, símbolo del discurso oficial del régimen cubano contra Estados Unidos, abría “sus áreas techadas y al aire libre al arrendamiento por personas naturales y jurídicas para actividades culturales, políticas, educativas, deportivas y “similares”.
El anuncio justificaba la decisión como una vía para sostener “el legado de sus principios fundacionales” mediante un uso más funcional del espacio, en un contexto económico complejo para el mantenimiento de infraestructuras públicas y como parte de “las actualizaciones normativas de la política económica en el actual 2025”.
La noticia no tardó en viralizarse, provocando indignación, incredulidad, e incluso, creatividad. El presidente del Consejo Popular Rampa, municipio de Plaza de la Revolución, Pedro Lizardo Garcés Escalona, reaccionó en Facebook para aclarar la situación, aunque sin mencionar directamente a Cubadebate. Enfatizó que el sitio “seguirá siendo un espacio de denuncia de nuestro pueblo (…) la tribuna de Fidel y del pueblo de Cuba”.
Señaló que algunas publicaciones trataron el tema como si la Tribuna estuviera “en subasta o venta”, lo cual, según él, es una visión distorsionada de lo que realmente se ha estado discutiendo.
En su mensaje, Garcés, cuya área de responsabilidad incluye el emblemático espacio, explicó que la Tribuna busca desde hace tiempo alternativas de sostenimiento económico, debido al desgaste que provoca el entorno marino y a las limitaciones presupuestarias del Estado. En ese contexto, se habría propuesto alquilar tres salones interiores del recinto para reuniones o eventos de instituciones estatales, los cuales hasta ahora se ofrecían gratuitamente, pese a que esas entidades “tienen presupuesto para ello”.
El funcionario aseguró que “nunca” se ha discutido transformar el objeto político y social fundacional del sitio, y que cualquier uso en régimen de alquiler solo procedería si no interfiere con actividades comunitarias o políticas ya programadas.
Poco después Cubadebate eliminó el anuncio de la web. El retiro silencioso de la publicación provocó una oleada de reacciones en redes sociales, donde ciudadanos, activistas e intelectuales cuestionaron la falta de transparencia y coherencia del discurso oficial, generando además interrogantes sobre si el régimen cubano dio marcha atrás o intentaba reformular discretamente la propuesta.
El anuncio del alquiler de espacios en la Tribuna Antimperialista generó una ola de memes y críticas en redes, destacando la contradicción entre su uso ideológico y la actual necesidad económica del país.
La Tribuna Antimperialista José Martí fue una de las tantas ideas faraónicas de Fidel Castro que implicó un elevado gasto de recursos materiales y horas. La obra comenzó a construirse el 15 de enero de 2000 y concluyó en 80 días de trabajo ininterrumpido, en los que laboraron 1,988 obreros, técnicos, arquitectos e ingenieros de varias provincias en jornadas intensas.
Su emplazamiento se ideó a raíz de la campaña propagandística conocida como la Batalla de Ideas y las movilizaciones masivas por el retorno del niño balsero Elián González a Cuba, durante el año 2000.
El lugar se seleccionó por su proximidad al edificio de la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (USINT).
Desde su inauguración, fue escenario de marchas contra las políticas de los gobiernos de EE.UU. y, en los últimos años, de presentaciones de diversos grupos de música tanto cubanos como extranjeros.
En 2019, el sitio fue objeto de demolición con el propósito de reformar su diseño y cambiar varios elementos en mal estado por el salitre del mar, como las astas de banderas que hacían el papel de un “bosque” (Monte de las Banderas) que tapaban la vista de unas pantallas led colocadas en la Oficina de Intereses, en las cuales se leían mensajes de apoyo a los derechos humanos.
Preguntas frecuentes sobre el alquiler de la Tribuna Antimperialista y la crítica de Ulises Toirac
¿Cuál es la crítica principal de Ulises Toirac sobre el alquiler de la Tribuna Antimperialista?
Ulises Toirac critica la pérdida de principios y valores simbólicos en favor de la rentabilidad económica, comparando el alquiler de la Tribuna Antimperialista con la absurda idea de alquilar a su propia madre para cubrir sus gastos. Esta metáfora resalta su preocupación por la descomposición de principios morales y colectivos en Cuba.
¿Por qué se ha decidido alquilar la Tribuna Antimperialista José Martí?
El alquiler de la Tribuna Antimperialista se justifica como una vía para sostener el legado de sus principios fundacionales mediante un uso más funcional del espacio, debido a las limitaciones presupuestarias del Estado y el desgaste del entorno marino. Sin embargo, la decisión ha generado controversia por la contradicción entre su uso ideológico original y la necesidad económica actual.
¿Qué reacciones ha provocado el anuncio de alquiler de la Tribuna?
El anuncio ha desatado una ola de críticas y memes en redes sociales, señalando la contradicción entre el uso ideológico del espacio y su explotación económica. Muchos ven esto como una cesión simbólica que refleja la crisis económica y el agotamiento del relato ideológico que sostenía el uso de la Tribuna.
¿Qué postura ha adoptado el gobierno cubano tras la polémica del alquiler de la Tribuna?
El gobierno cubano ha mostrado una respuesta ambigua ante la polémica. Pedro Lizardo Garcés Escalona desmintió el arrendamiento y aseguró que la Tribuna seguirá siendo un espacio de denuncia, aunque el anuncio inicial en Cubadebate promovía su alquiler. La falta de coordinación y claridad en el discurso oficial ha generado aún más críticas.
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