Lo que prometía ser una experiencia caribeña inolvidable para una pareja de influencers se convirtió en una pesadilla que ha dado la vuelta al mundo.
Justin y Alina, una joven pareja de viajeros radicados en Australia (ella nació en Rusia y él en Hong Kong), publicaron un video titulado “El lado desconocido de Cuba (por qué no volveríamos)”, donde denuncian haber sido víctimas de una estafa y extorsión mientras vacacionaban en la Isla.
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Con más de 130,000 suscriptores en YouTube, Justin & Alina han documentado sus viajes por Asia y Europa, pero fue su reciente visita a Cuba lo que dejó una amarga impresión que decidieron compartir con su comunidad digital.
Una "trampa" disfrazada de mojito
En el video, que ya supera las 70,000 visualizaciones desde su publicación el 1 de mayo de 2025, relatan con detalle el incidente ocurrido aparentemente en el casco histórico de La Habana.
Todo comenzó cuando un hombre local se les acercó de forma amistosa, les ofreció mojitos “caseros” y los condujo a lo que describió como un bar local, supuestamente alejado del turismo tradicional.
Aunque en un principio se les aseguró que las bebidas eran económicas, una vez servidos y tras probar apenas un sorbo, se les exigió un pago de 45 dólares por cóctel. Ante la negativa de la pareja, quienes solo llevaban consigo el equivalente al presupuesto diario para alimentación, la situación escaló rápidamente.
Según Justin y Alina, fueron rodeados, presionados y amenazados, impidiéndoles abandonar el lugar hasta entregar todo el dinero en efectivo que llevaban.
“Nos gritaron, nos empujaron, nos miraban la mochila. Fue una emboscada emocional y física. Nunca imaginamos que algo tan simple como aceptar un trago amistoso nos llevaría a vivir este tipo de agresión”, denunciaron en el video.
Sin ayuda, sin comprensión: “En sus ojos no éramos personas, éramos vacas de efectivo”
La pareja cuenta que intentaron razonar con los estafadores, explicar que no habían aceptado las bebidas con conocimiento del precio, pero fueron recibidos con hostilidad y sarcasmo.
“No les importó que Alina estuviera llorando, que estuviéramos visiblemente angustiados. En ningún momento mostraron empatía. Incluso nos dijeron que podíamos llamar a la policía, como si supieran que nada pasaría”, aseguraron.
Este episodio empañó no solo su experiencia en la Isla, sino su percepción general sobre el país. "Queríamos conocer la Cuba real, pero lo que vivimos fue una trampa organizada para exprimirnos cada centavo", relataron.
A su paso por las calles tras el suceso, recibieron comentarios cínicos por parte de locales que parecían estar al tanto del incidente: "Ah, así que eran ustedes. Bienvenidos a mi país".
Un reflejo de una realidad más profunda
Aunque los creadores de contenido reconocen la belleza natural de Cuba y la calidez de algunas personas, aseguraron que situaciones como esta —que también involucran engaños en restaurantes, casas de renta y servicios turísticos— afectan gravemente la imagen del país y desalientan a futuros visitantes.
El caso ha generado un fuerte eco en redes sociales, donde se multiplican testimonios similares de turistas que vivieron estafas durante su estancia en Cuba. Mientras tanto, desde las autoridades cubanas no se ha emitido ninguna respuesta pública sobre este tipo de prácticas que continúan ocurriendo a plena luz del día y muchas veces con total impunidad.
Un problema repetido: Turistas alertan sobre estafas y extorsiones en Cuba
El caso de Justin y Alina no es un hecho aislado, sino parte de una preocupante tendencia que afecta a numerosos visitantes en Cuba. En los últimos años, diversos turistas han denunciado ser víctimas de estafas y engaños durante su estancia en la isla.
En marzo de 2025, una joven española identificada en TikTok como @juditgm96 compartió su experiencia en Cuba, advirtiendo sobre timos comunes como cambios de divisas en la calle, venta de puros falsos y taxis sin tarifas establecidas. Recomendó a otros viajeros negociar precios por adelantado y evitar transacciones informales para no ser engañados.
En mayo de 2023, una turista austriaca denunció que una familia cubana la estafó con 60,000 euros. Tras años de amistad, les prestó dinero para comprar una casa en Santiago de Cuba, pero al regresar, encontró que le habían cambiado la cerradura y le exigían más dinero para recuperar sus pertenencias. Las autoridades cubanas desestimaron su caso, alegando falta de contrato escrito.
En 2018, se reportaron prácticas engañosas en establecimientos estatales, donde empleados cobraban precios inflados a turistas o manipulaban etiquetas para confundir a los clientes. Estas acciones eran vistas por algunos como actos de picardía ante la supuesta ingenuidad de los visitantes extranjeros.
Además, en 2016, una cubana fue acusada de estafar a 60 turistas italianos con más de 40,000 euros, prometiéndoles organizar unas vacaciones de fin de año en Cuba. Tras recibir los pagos, desapareció sin proporcionar los servicios acordados.
Estas situaciones reflejan una problemática persistente en el sector turístico cubano, donde la falta de regulación efectiva y la crisis económica han propiciado un entorno propenso a las estafas.
Los testimonios de afectados como Justin y Alina, Judit Gómez y otros, subrayan la necesidad de medidas que protejan a los visitantes y preserven la integridad del turismo en la isla.
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