En un intento por justificar las impopulares restricciones al acceso a Internet impuestas por ETECSA, el gobierno cubano calificó el martes las medidas como "dolorosas pero temporales".
Durante la última Mesa Redonda dedicada al tema, el viceprimer ministro Eduardo Martínez Díaz defendió las restricciones como una respuesta a la "compleja situación económica del país" y pidió "comprensión ciudadana" ante decisiones que, según dijo, son "dolorosas pero necesarias".
La declaración oficial, lejos de calmar los ánimos, ha sido recibida con escepticismo por una ciudadanía que enfrenta cada vez mayores dificultades para mantenerse conectada, estudiar o trabajar.
El directivo admitió que la medida no se informó bien. "Nuestro pueblo es inteligente, culto, instruido. El proceso de comunicar la medida no fue bien, no podemos decir otra cosa", dijo.
"No es una decisión caprichosa"
Martínez Díaz afirmó que los cambios forman parte del programa del gobierno para "impulsar la economía cubana en 2025", y que se hicieron "modelaciones" para intentar minimizar el impacto sobre sectores sensibles como estudiantes, docentes y profesionales de la salud.
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Sin embargo, las limitaciones continúan afectando a gran parte de la población, especialmente a los sectores más vulnerables que no tienen acceso a dólares, requisito indispensable para adquirir paquetes de datos adicionales más allá del tope de 360 CUP mensuales.
Martínez prometió que, "en el tiempo", el país podría "recuperar el nivel de acceso que tenía la población" y hasta "reducir los costos", pero no ofreció fechas concretas ni medidas estructurales para garantizarlo.
Más promesas, misma desconexión
Durante una emisión anterior de la Mesa Redonda, la presidenta de ETECSA, Tania Velázquez Rodríguez, había anunciado que los estudiantes universitarios podrían comprar un segundo paquete de 6 GB por otros 360 CUP, sumando un total de 12 GB al mes.
También se liberaron de costo 40 sitios educativos. Pero estas modificaciones no alteran el esquema central de exclusión que impide a millones de cubanos acceder libremente a Internet sin recurrir al mercado dolarizado.
De hecho, la propia ETECSA reconoció que cerca del 50 % de la población verá limitado su acceso, lo que constituye una clara regresión respecto a logros previamente celebrados por el oficialismo como parte del proceso de "informatización de la sociedad".
Por su parte, los universitarios han alzado la voz de forma coordinada y valiente, exigiendo una política de telecomunicaciones justa, transparente y alineada con el derecho a la educación.
Alumnos de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana convocaron a un paro académico indefinido, al que se sumaron facultades de Filosofía, Historia, Sociología y Trabajo Social, entre otras.
Los jóvenes rechazan los paquetes de datos móviles solo para ellos y subrayan que no buscan privilegios sectoriales, sino justicia social y equidad en el acceso a Internet para todos los ciudadanos.
Un modelo insostenible
El gobierno argumenta que necesita sostener la infraestructura tecnológica, que requiere cientos de millones de dólares anuales.
Sin embargo, lo que queda en evidencia es un modelo económico ineficiente que descarga una vez más el peso de la crisis sobre la ciudadanía, en lugar de buscar soluciones estructurales o diversificar fuentes de financiamiento.
Ante el descontento popular, la respuesta gubernamental ha sido la misma de siempre: retórica de resistencia, promesas sin plazos y un llamado a la obediencia sin diálogo real.
La desconexión no es solo tecnológica
El mayor problema no es que los cubanos tengan menos datos móviles. Es que el gobierno parece cada vez más desconectado de las necesidades reales del país.
Mientras se acusa a los estudiantes de ser manipulados por voces contrarias al régimen, la población enfrenta restricciones que limitan su desarrollo, su derecho a la información y su capacidad de organización.
Al insistir en medidas impopulares sin escuchar las voces que claman por justicia y equidad, la dictadura ha provocado una ruptura generacional con sectores que históricamente han sido pilares del sistema, como el estudiantado universitario.
En palabras del propio viceprimer ministro, esta es "una pérdida de algo que habíamos conquistado". Pero no se trata solo de Internet. Lo que se ha perdido, dolorosa y peligrosamente, es la confianza.
Preguntas frecuentes sobre las medidas de ETECSA en Cuba
¿Por qué ETECSA ha limitado el uso del peso cubano para recargas móviles?
ETECSA ha limitado el uso del peso cubano (CUP) para recargas móviles a 360 CUP mensuales con el fin de sostener la infraestructura tecnológica y captar divisas extranjeras. Las justificaciones oficiales incluyen la necesidad de financiar la red de telecomunicaciones en un contexto económico complejo, aunque estas medidas han sido criticadas por excluir a quienes no tienen acceso a divisas extranjeras.
¿Qué alternativas ofrece ETECSA para estudiantes ante las nuevas tarifas?
ETECSA ha anunciado que los estudiantes universitarios podrán adquirir un segundo paquete de datos de 6 GB por 360 CUP, sumando un total de 12 GB al mes por 720 CUP. Además, se han liberado de costo más de 40 sitios educativos para facilitar el acceso a plataformas académicas sin consumir datos móviles, aunque estas medidas no solucionan las limitaciones del esquema tarifario actual.
¿En qué consiste el "tarifazo" de ETECSA y cómo afecta a los cubanos?
El "tarifazo" de ETECSA implica un tope de recargas en CUP a 360 mensuales, limitando así el acceso a internet para una gran parte de la población. Para obtener más datos, los cubanos deben pagar en dólares estadounidenses, lo que genera desigualdades al restringir el acceso a internet solo a quienes reciben remesas o tienen acceso a divisas extranjeras.
¿Qué ha prometido el gobierno cubano respecto a las medidas de ETECSA?
El gobierno ha calificado las medidas de ETECSA como "dolorosas pero temporales" y afirma que son necesarias para impulsar la economía cubana. Se ha prometido que, con el tiempo, se podría recuperar el nivel de acceso previo y reducir costos, aunque no se han ofrecido fechas concretas ni medidas estructurales para garantizarlo.
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