Un ciudadano español que viajó a Cuba entre el 7 y el 11 de mayo de 2025 para celebrar su luna de miel denunció una experiencia decepcionante en el hotel Jardines del Rey, ubicado en Cayo Coco, Ciego de Ávila, y gestionado por la cadena española Meliá.
Según reportó a elTOQUE a través de WhatsApp, el turista se encontró con alimentos de baja calidad y mal aspecto en el restaurante del hotel, entre ellos lonjas de jamonada seca y de mal aspecto, quesos deshidratados y dulces chiclosos difíciles de identificar.
También se quejó de refrescos preparados con sobres instantáneos y de la escasa oferta de entretenimiento, limitada a un karaoke y música reproducida desde un teléfono móvil.
Las imágenes difundidas por el medio muestran los platos servidos, incluyendo bollería mal horneada y piezas de carne en mal estado. En el video, el visitante expresa su indignación: “¡Esto es una vergüenza! No es comida, es una burla”.
Pero los problemas no terminaron ahí. El denunciante también alquiló un automóvil a la empresa estatal Havanautos y encontró el vehículo en condiciones deplorables: con abolladuras, pintura desgastada, asientos viejos con manchas, fuerte olor a gasolina y pérdida de aceite.
En uno de los clips grabados, el turista muestra cómo tuvo que rellenar el motor con tres litros de aceite y exhibe una llanta tan deteriorada que describe como “un peligro al primer bache”.
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El caso, difundido como parte de la sección “Reporte Ciudadano” de elTOQUE, pone nuevamente en entredicho la calidad del servicio en instalaciones turísticas de la isla, especialmente aquellas comercializadas en divisas.
El turista concluyó su denuncia señalando que pagó precios elevados por un paquete que prometía una estancia de lujo, pero terminó siendo “una luna de miel para olvidar”.
Denuncias recientes de turistas en Cuba
En los últimos meses, se ha destacado un aumento notable en las denuncias de turistas extranjeros que reportan condiciones precarias en hoteles cubanos. Tres casos recientes exponen diferentes facetas de la crisis:
1. Hotel “cinco estrellas” en ruinas y trato “como cerdos”
Una turista rusa, hospedada en un resort cinco estrellas, denunció públicamente el estado indigno del complejo.
Entre sus quejas, publicadas por el medio ruso ABN 24 News en fechas recientes, figuraron “grifos goteando”, secadores sin funcionar, áreas comunes sucias e infestación de insectos.
Además, criticó la comida, señalando que se mezclaban platos frescos con los del día anterior: “Tratan a los turistas como cerdos”. La escasez llegó hasta el agua potable, que sólo se ofrecía de forma limitada y a precio adicional.
2. Falta de agua y productos en Gran Hotel Casa Granda, Santiago
En diciembre de 2024, el español Antonio Mora Ayora denunció deficiencias en el Gran Hotel Casa Granda, un cuatro estrellas en Santiago de Cuba.
Según relató, el establecimiento carecía incluso de agua y limones para preparar limonada, a pesar de mostrarlos en el menú. En redes sociales criticó la incoherencia entre la carta ofrecida y la realidad disponible.
3. Turista canadiense drogada y violentada en resort de Varadero
Uno de los casos más graves tuvo lugar en días recientes en un resort de Varadero: la canadiense Breanna Peebles denunció que fue drogada y despertó con signos de agresión sexual y violencia.
Su testimonio desveló fallas de seguridad en el hotel y respuesta institucional insuficiente, lo que derivó en que el gobierno de Canadá desaconsejara los viajes a la isla.
Estos episodios revelan que la crisis del turismo en Cuba abarca desde deficiencias básicas en infraestructura y servicios, hasta graves riesgos para la integridad de los visitantes.
Las recurrentes denuncias de comida en mal estado, falta de higiene, agua limitada y fallas en atención médica o de seguridad constituyen un patrón que, lejos de ser aislado, evidencia un sistema turístico en deterioro.
Este contexto proporciona un marco necesario para entender por qué la denuncia del turista español en Cayo Coco —relativa a comida de mala calidad, vehículo de alquiler en pésimas condiciones y ausencia de entretenimiento profesional— encaja en una tendencia recurrente y preocupante.
Caída del turismo en Cuba: Un sector en profunda crisis
Los casos recientes de turistas que denuncian estancias precarias y sensación de vulnerabilidad en instalaciones hoteleras no son hechos aislados, sino síntomas de una crisis estructural que se refleja en la caída sostenida del turismo en Cuba.
Según cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), entre enero y marzo de 2025 arribaron apenas 571,772 visitantes internacionales, lo que representa una fuerte contracción del 29,7 % respecto al mismo período de 2024.
Por su parte, la ocupación hotelera resultante rondó apenas el 24,1 % de las plazas disponibles, la más baja registrada para un trimestre tradicionalmente fuerte.
Estos indicadores negativos no solo reflejan una caída en el número de visitantes, sino también en pernoctaciones, que descendieron de 5.040.451 a 3.601.870, y una reducción en los ingresos del sector del 5 % interanual. Mercados clave como Canadá, Rusia, España e Italia han recortado sus cifras turísticas entre un 25 % y 50 %, según datos preliminares.
Este desplome se explica por múltiples factores: la crisis energética con apagones frecuentes, deficiencias en la calidad de los servicios, la falta de productos básicos en los hoteles, el deterioro de infraestructura y la limitada conectividad aérea.
Expertos como el economista José Luis Perelló advierten que la recuperación del sector será lenta, estimando que no se alcanzarán niveles previos a la pandemia hasta, por lo menos, 2030.
En 2023, el propio gobierno admitió problemas en la atención al sector, incluyendo falta de suministros y pago atrasado a proveedores cubanos, así como la escasez de personal capacitado.
A pesar de inversiones y discursos que apuestan por el turismo como motor económico, la desconexión entre esa visión y la realidad del servicio es cada vez más evidente.
Este panorama clarifica por qué denuncias como la del turista español en Cayo Coco —con comida de baja calidad, entretenimiento improvisado, auto en mal estado y precios desorbitados— no solo impactan al viajero, sino que son reflejo del deterioro generalizado del modelo turístico cubano.
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