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Elon Musk volvió a sacudir el tablero político estadounidense este martes con una publicación en su red social X que reaviva su cruzada contra el sistema bipartidista.
En un post breve pero explosivo, Musk lanzó dos posibles nombres para el partido político que, según viene insinuando desde hace semanas, podría fundar para “representar al 80% del centro político del país”.
Los nombres son tan simbólicos como provocadores: “Vox Populi” (la voz del pueblo) y “Vox Dei” (la voz de Dios).
La publicación no llegó sola. Musk la acompañó con una mención directa a la encuesta que él mismo lanzó el pasado 5 de junio, en la que preguntaba a sus seguidores:
“¿Es hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que realmente represente al 80% del centro?”. El resultado fue abrumador: más del 80% de los más de cinco millones de participantes votaron “sí”.
Este gesto no es simbólico ni marginal.
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Elon Musk está midiendo el pulso de una parte significativa del electorado estadounidense y, sobre todo, lo está haciendo desde una plataforma que él controla.
Lo que comenzó como un guiño se ha transformado en una amenaza directa al dúo demócrata-republicano.
Y lo hace con un lenguaje populista, con ecos latinos cargados de tradición: Vox Populi, Vox Dei, como si dijera que su partido, si se funda, sería la encarnación de la voluntad colectiva y la justicia superior.
Recuerda, por cierto al VOX español, partido de la nación ibérica hacia el que el magnate tecnológico se ha mostrado afín.
El contexto: El desencanto con el bipartidismo y el choque con Trump
Musk no se ha limitado a lanzar propuestas. En las últimas semanas, ha sido uno de los críticos más feroces del plan fiscal impulsado por Donald Trump, conocido como el "One Big Beautiful Bill".
Este megaproyecto -que incluye aumentos históricos en el gasto en defensa, recortes de impuestos y un aumento de 5 billones de dólares en el techo de la deuda- ha sido calificado por Musk como una “abominación”.
En sus palabras: “Es obvio que vivimos en un país unipartidista: ¡el Porky Pig Party! Es hora de un nuevo partido político que realmente se preocupe por la gente.”
Musk ha acusado a los líderes de ambos partidos de actuar al unísono en beneficio de intereses corporativos y no del ciudadano común. Esta crítica ha incluido un ataque frontal contra miembros del Freedom Caucus -el ala ultraconservadora del Congreso- a quienes tildó de hipócritas por votar a favor de un proyecto que, según él, contradice sus promesas de austeridad.
No es casual que esta embestida venga poco después de su renuncia al cargo de jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la Administración Trump, por discrepancias con esta misma ley fiscal.
Desde entonces, la relación entre ambos magnates se ha deteriorado públicamente.
Trump ha acusado a Musk de deslealtad e hipocresía, recordando que sus empresas -Tesla y SpaceX- han sido beneficiarias de miles de millones en subsidios estatales.
De la frustración al plan político: ¿Cómo sería el partido de Musk?
La aparición de nombres como “Vox Populi” y “Vox Dei” no solo es un gesto retórico. Indica que Musk está considerando seriamente dar forma a una estructura política alternativa.
Aunque todavía no ha presentado un manifiesto oficial ni ha inscrito ningún partido, los indicios son cada vez más sólidos.
Según analistas, el partido de Musk buscaría romper con los extremos ideológicos y captar a ese electorado "del medio", hastiado del enfrentamiento constante entre demócratas y republicanos.
Sería un partido tecnocrático y pragmático, que combinaría control del gasto, fomento de la innovación tecnológica, crítica a la burocracia estatal y probablemente una fuerte defensa de las libertades individuales.
El hecho de que los nombres propuestos estén en latín tiene una carga simbólica poderosa.
“Vox Populi” alude a la voluntad popular como fuente de legitimidad.
“Vox Dei” -una expresión que históricamente legitimaba el poder de los reyes- sugiere una aspiración más radical: un mandato moral o casi espiritual para intervenir en la política nacional.
¿Puede romper realmente el bipartidismo?
Históricamente, los intentos de crear un tercer partido en Estados Unidos han fracasado por barreras estructurales: el sistema electoral de mayoría simple, los altos costos de inscripción estatal, la falta de exposición mediática fuera del circuito tradicional y el control del Congreso por dos partidos que rara vez abren espacio a competidores.
Sin embargo, Musk no es un político tradicional.
Tiene tres ventajas únicas:
-Una plataforma propia (X), con acceso directo a decenas de millones de votantes.
-Una imagen de independencia, tanto respecto a demócratas como a republicanos.
-Un músculo financiero sin precedentes, capaz de autofinanciar campañas, movilizar voluntarios y montar estructuras locales en los 50 estados.
Además, la marca personal de Musk es transversal: capta la atención de sectores tecnológicos, libertarios, inversores, jóvenes desencantados, anti-establishment y hasta algunos antiguos votantes de ambos partidos.
Todo esto hace que su potencial para fracturar el bipartidismo sea mayor que el de cualquier figura outsider en la historia reciente de Estados Unidos, según admite la prensa estadounidense.
Repercusiones económicas y políticas
El activismo político de Musk no está exento de consecuencias.
Las acciones de Tesla han sufrido fluctuaciones importantes desde el inicio de su enfrentamiento con Trump y sus declaraciones políticas.
Se estima que las pérdidas acumuladas llegaron a los 150,000 millones de dólares, aunque luego parte de ese valor se recuperó.
Pero más allá del impacto bursátil, el movimiento de Musk está generando efectos de mayor calado: ha abierto una conversación pública sobre la posibilidad real de un tercer partido.
Y, sobre todo, ha puesto en evidencia la fragilidad de la alianza entre el mundo corporativo y el poder político tradicional.
Trump, por su parte, ha prometido revisar todos los contratos federales que beneficien a las empresas de Musk si este continúa su cruzada.
“Elon puede haber recibido más subsidios que cualquier otro ser humano en la historia. Estoy muy decepcionado con él”, dijo en una entrevista con Fox News.
De las redes a las urnas
La publicación de hoy, con los nombres “Vox Populi” y “Vox Dei”, no es solo una provocación. Es el primer paso visible hacia la institucionalización de un proyecto político.
Elon Musk está tanteando el terreno, midiendo apoyos, polarizando audiencias y, probablemente, preparando una estructura para intervenir directamente en las elecciones de 2026 o incluso en las presidenciales de 2028.
¿Podrá romper el bipartidismo? Tal vez no de inmediato. Pero ha demostrado algo crucial: que existe una masa crítica, un 80% según sus propios sondeos, dispuesta a escuchar otra voz. Y esa voz -al menos por ahora- suena cada vez más como la de Elon Musk.
Preguntas frecuentes sobre el partido político de Elon Musk
¿Qué nombres ha propuesto Elon Musk para su nuevo partido político?
Elon Musk ha propuesto dos nombres: “Vox Populi” y “Vox Dei”. Estos nombres tienen un fuerte componente simbólico, haciendo referencia a la voluntad del pueblo y a un mandato moral en la política estadounidense.
¿Cuál es el objetivo del nuevo partido político que Elon Musk quiere fundar?
El partido busca representar al 80% de los votantes del centro político de Estados Unidos. Elon Musk pretende romper con el sistema bipartidista actual y captar a aquellos electores desencantados con los extremos ideológicos de los demócratas y republicanos.
¿Qué ventajas tiene Elon Musk para romper el bipartidismo en Estados Unidos?
Elon Musk posee tres ventajas clave: una plataforma propia, una imagen de independencia y un músculo financiero sin precedentes. Estos factores le permiten tener acceso directo a millones de votantes, mantenerse independiente de los partidos tradicionales y financiar campañas políticas de manera efectiva.
¿Cómo ha afectado políticamente la relación entre Elon Musk y Donald Trump?
La relación entre Elon Musk y Donald Trump ha pasado de la cooperación a la confrontación abierta. Musk ha criticado duramente las políticas fiscales de Trump, lo que ha llevado a un deterioro público de su relación y a amenazas de Trump de revisar contratos federales con las empresas de Musk.
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