La provincia de Villa Clara incumple sus planes de producción de azúcar desde hace seis años, y todo indica que en la próxima zafra esa tendencia se mantendrá.
Con ingenios sin semillas, reparaciones sin terminar y bajos niveles de siembra, las metas de diciembre vuelven a descansar más en la voluntad que en la capacidad real del sistema agroindustrial.
La zafra “no puede seguir fallando en Villa Clara. Aquí no se satisface el plan de producción desde 2019”, admitió la primera secretaria del Partido en la provincia, Susely Morfa González, durante un recorrido por los centrales Héctor Rodríguez, en Sagua la Grande, y Quintín Bandera, en Corralillo, informó el periódico oficial Vanguardia.
Asimismo, Morfa confirmó una verdad de Perogrullo: “Sin semilla no existirá jamás un fomento de plantaciones”.
Más allá de lo evidente, denunció un patrón que frena año tras año la zafra: “cuando hay petróleo falla la maquinaria agrícola o persiste sequía, o los suelos están encharcados, y prima un espíritu justificativo que debemos desterrar para consolidar metas económicas, registrar mejores ingresos salariales y atender al hombre como se debe”.
El ingenio Héctor Rodríguez produjo este año unas 11,000 toneladas métricas de azúcar, tras una arrancada tardía, tiempo perdido, rendimientos bajos y fallos tanto objetivos como subjetivos.
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Las reparaciones de esta industria, que aporta el 40 % de los ingresos del municipio, apenas comenzarán en agosto, lo que acorta el margen para recuperar eficiencia.
El panorama no es mejor en el ingenio Quintín Bandera, cuya meta es 12,000 toneladas de azúcar crudo, además de productos derivados como sirope, vinagre, raspadura y Lebame, precisó el medio de prensa.
Las unidades productoras de donde debe salir la caña carecen de semilla suficiente, y los volúmenes de siembra en la campaña de primavera fueron inferiores a lo planificado. A pesar de que la planta no consume petróleo y genera electricidad a partir de biomasa, las reparaciones industriales solo están al 65 %, lo que pone en duda su capacidad real de cumplir.
Ambos ingenios deberán aportar el año próximo las 23,000 toneladas que conforman el plan azucarero de la provincia, destinadas a la canasta básica de la población.
Otras cuatro plantas del central territorio elaborarán meladura para la hechura de rones y alimento animal, agregó la fuente.
Para las autoridades provinciales, el problema ya no es solo técnico: falta personal capacitado, hay rotación en puestos clave, y las decisiones estratégicas se enfrentan a inercias internas que nunca terminan de corregirse.
La agroindustria azucarera, que debería ser pilar económico y alimentario, se debate entre la ilusión de un repunte y la inercia de su propio colapso. Villa Clara vuelve a intentarlo, pero sin romper con los errores de siempre, los resultados seguirán dependiendo más de la improvisación que de una estrategia estructural.
La provincia de Granma cerró la zafra azucarera 2024-2025 con cifras desastrosas, pues apenas logró el 27 % del plan previsto, lo que equivale a unas magras 5,277 toneladas métricas de azúcar, muy por debajo de las 19,871 toneladas programadas.
Ya a fines de mayo, el Consejo de Gobierno de la oriental provincia había reconocido el desastre productivo del sector azucarero, marcado por incumplimientos severos, desorganización, campos ociosos y deudas con trabajadores.
La agencia de noticias Reuters adelantó que este año la producción anual de azúcar en Cuba caerá por debajo de las 200,000 toneladas métricas.
Aunque el declive suma ya varios años, la cifra marca un nuevo mínimo histórico en una industria que fue durante décadas el pilar económico del país y símbolo de su identidad nacional.
En semanas recientes varios medios oficiales han expuesto de manera escueta estadísticas alarmantes: varios ingenios clave han producido menos del 15 % de su plan de azúcar, mientras que otros apenas sobreviven entre apagones, la maquinaria es obsoleta y escasa caña.
Por ejemplo, la provincia de Camagüey produjo 4,512 toneladas de azúcar crudo de un plan de 23,521 toneladas, lo que equivale a 19,2 % de cumplimiento.
En el caso de Guantánamo, lejos de mostrar recuperación, a inicios de junio solo había producido unas 2,900 toneladas de azúcar, lo que representa 38 % del plan inicial de 7,632 toneladas.
Preguntas Frecuentes sobre la Crisis de la Industria Azucarera en Cuba
¿Por qué Villa Clara no cumple con su plan de producción de azúcar desde 2019?
Villa Clara no ha cumplido con su plan de producción de azúcar desde 2019 debido a problemas como la falta de semillas, reparaciones industriales incompletas y bajos niveles de siembra. Además, enfrentan desafíos como maquinaria agrícola defectuosa, condiciones climáticas adversas y un patrón de justificaciones que impide el cumplimiento de las metas económicas.
¿Cómo ha afectado la crisis de la industria azucarera a la economía cubana en general?
La crisis de la industria azucarera ha sido un golpe significativo para la economía cubana, que tradicionalmente dependía del azúcar como uno de sus principales pilares económicos. La producción ha caído a niveles históricamente bajos, obligando al país a importar azúcar, lo que agrava aún más la ya crítica situación económica. Esto refleja un colapso estructural que afecta la capacidad de autoabastecimiento y genera pérdidas económicas millonarias.
¿Cuál es la situación actual de los ingenios azucareros en Cuba?
Los ingenios azucareros en Cuba enfrentan un panorama crítico, con muchos produciendo apenas un pequeño porcentaje de sus planes. La maquinaria obsoleta, la falta de recursos y la escasez de caña son problemas comunes. En 2025, la producción nacional de azúcar caerá por debajo de las 200,000 toneladas métricas, marcando un nuevo mínimo histórico en la industria.
¿Qué medidas se están tomando para enfrentar la crisis azucarera en Cuba?
Las autoridades han intentado implementar medidas como la reestructuración de la gestión y el llamado a un esfuerzo extraordinario para salvar la zafra. Sin embargo, la falta de recursos materiales y humanos, junto con decisiones estratégicas ineficaces, han limitado la efectividad de estas iniciativas. La situación requiere un cambio estructural profundo que aún no se ha implementado.
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