USCIS planea endurecer el examen de ciudadanía y modificar las visas H-1B: Estos son los cambios

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) se prepara para implementar cambios significativos en el proceso de naturalización y en el sistema de visados H-1B para trabajadores extranjeros cualificados.

En una entrevista reciente con The New York Times, el nuevo director de la agencia, Joseph Edlow, delineó la visión del gobierno de Donald Trump para el futuro de la política migratoria del país, marcando una nueva etapa en su endurecimiento.

Un examen “demasiado fácil”

Uno de los puntos centrales abordados por Edlow fue la prueba de naturalización, la cual considera que ha perdido su rigor.

“El examen, tal como está planteado ahora, no es muy difícil”, afirmó el funcionario.

“Es muy fácil memorizar las respuestas. No creo que estemos cumpliendo realmente el espíritu de la ley”, añadió.

Actualmente, los solicitantes de la ciudadanía deben estudiar una lista de 100 preguntas cívicas, de las cuales se les plantean 10, y deben responder correctamente al menos seis.

Esta versión fue adoptada tras la llegada al poder del presidente Joe Biden, quien en 2021 eliminó la versión más exigente introducida por Trump en 2020, en la cual se debían responder correctamente 12 de 20 preguntas.

Edlow explicó que la intención de la administración es volver a ese formato más riguroso, en el que los inmigrantes debían demostrar un conocimiento más profundo de la historia, la estructura política y los valores cívicos de Estados Unidos.

Cambios impulsados por una visión política más dura

Esta reforma al examen de ciudadanía se inscribe en una política migratoria más amplia y restrictiva, que ha sido característica del gobierno de Trump.

Edlow, confirmado por el Senado para dirigir el USCIS, se manifestó claramente alineado con esta postura.

Bajo su dirección, la agencia también contempla reforzar otros elementos del sistema migratorio, como la selección de visados de trabajo y el tratamiento de casos de asilo.

Durante su breve gestión interina en 2020, Edlow participó en decisiones que endurecieron el acceso a la residencia legal para migrantes que hacían uso de beneficios públicos, aunque aclaró que no tiene intención de reinstaurar esa medida.

No obstante, dejó claro que el enfoque actual sigue siendo restrictivo, aunque selectivo.

“Creo que debe ser absolutamente un balance positivo”, dijo.

“Y si nos fijamos en las personas que vienen, que vienen especialmente para impulsar determinados programas económicos que tenemos y beneficiar de otros modos el interés nacional, eso es absolutamente de lo que tenemos que ocuparnos”.

Visas H-1B: Prioridad a quienes pagan mejor

Además del examen de ciudadanía, el USCIS planea modificar el sistema de adjudicación de las visas H-1B, un programa clave que permite a las empresas estadounidenses contratar temporalmente a trabajadores extranjeros altamente cualificados, especialmente en el sector tecnológico.

Históricamente, el programa ha operado bajo un sistema de lotería, que asigna hasta 85,000 visas anuales sin priorizar criterios económicos.

Sin embargo, Edlow propone que el USCIS dé prioridad a las empresas que ofrecen salarios más altos, como estrategia para evitar que empleadores usen el programa para reducir sus costos laborales.

“Realmente creo que la forma en que debe utilizarse la H-1B, y esta es una de mis frases favoritas, es, junto con muchas otras partes de la inmigración, para complementar, no suplantar, la economía estadounidense y las empresas y trabajadores estadounidenses”, declaró al Times.

Esta propuesta responde a las críticas del ala más dura del Partido Republicano, que sostiene que el programa, en su forma actual, desplaza a trabajadores locales.

De hecho, el vicepresidente JD Vance se ha pronunciado en contra de empresas que “despiden a sus propios empleados y luego contratan a trabajadores extranjeros”.

Críticas desde sectores opuestos

El plan de Edlow no ha estado exento de objeciones. Doug Rand, exfuncionario del gobierno de Biden y experto en política migratoria, advirtió que priorizar los salarios puede tener efectos adversos.

“Nos guste o no, el programa H-1B es la principal forma que tienen las empresas estadounidenses de contratar a los mejores y más brillantes graduados extranjeros de las universidades estadounidenses, y el Congreso nunca permitió que el DHS favoreciera la balanza en función del salario”, afirmó.

Las empresas tecnológicas, incluso algunas cercanas a Trump, han defendido el programa como un instrumento indispensable para suplir la escasez de talento nacional en áreas especializadas.

El visado H-1B, aunque no es un camino directo hacia la residencia permanente, suele ser la primera puerta de entrada para muchos migrantes calificados.

Con la reanudación de un segundo mandato de Donald Trump, la política migratoria estadounidense entra en una nueva fase de endurecimiento sistemático.

Edlow confirmó que su agencia está lista para ejecutar esta visión, que incluye mayor rigor en las naturalizaciones, más control sobre los programas de asilo y un criterio más restrictivo para conceder beneficios migratorios.

Preguntas frecuentes sobre los cambios en el examen de ciudadanía y las visas H-1B en EE.UU.