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El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cerró el 1 de septiembre con un déficit de generación estimado de hasta 1,890 megavatios (MW) durante el horario pico, según informó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE).
Esta situación ha provocado una intensificación de los apagones a lo largo del país, especialmente en La Habana, donde el servicio eléctrico se mantuvo afectado por más de 24 horas consecutivas.
De acuerdo con la empresa eléctrica de la capital, el servicio comenzó a presentar afectaciones el 31 de agosto a las 2:29 p.m. y, al cierre de su parte oficial, aún no se había restablecido por completo. La máxima afectación en La Habana fue de 130 MW a las 9:40 p.m., y debido a la alta demanda fue necesario activar incluso el bloque de reserva.
Para este 1 de septiembre y la madrugada del 2, se programaron interrupciones del servicio por bloques, con cortes que abarcan franjas desde las 10:00 a.m. hasta las 10:00 a.m. del día siguiente. Esta planificación incluye ocho bloques de apagones, además del bloque de reserva, como medida de contingencia ante la grave situación energética.
A nivel nacional, la UNE detalló que la disponibilidad total del sistema eléctrico al inicio de la jornada era de 1,690 MW frente a una demanda de 3,100 MW, lo que ya generaba una afectación real de 1,430 MW. Para el horario del mediodía, se pronosticaban 1,300 MW afectados, y para el pico nocturno se esperaba un déficit aún mayor, con una disponibilidad de apenas 1,930 MW frente a una demanda de 3,750 MW.
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Entre las principales causas del colapso energético se encuentran varias averías en unidades clave del sistema termoeléctrico: la unidad 1 de la CTE Santa Cruz, las unidades 3, 5 y 6 de la CTE Renté, y la unidad 2 de la CTE Felton. Además, se encuentran en mantenimiento la unidad 2 de Santa Cruz y la unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos.
A esto se suman limitaciones térmicas que mantienen fuera de servicio 384 MW, y serios problemas asociados a la falta de combustible y lubricantes. La UNE confirmó que 52 centrales de generación distribuida (con una capacidad de 323 MW) están fuera de servicio por falta de combustible, y otros 370 MW están indisponibles por escasez de lubricantes, lo que representa un total de 693 MW afectados por este motivo.
Mientras tanto, la producción de energía de fuentes renovables tampoco logra amortiguar el impacto: los 27 parques solares fotovoltaicos del país generaron el 31 de agosto un total de 2,824 MWh, con una potencia máxima de apenas 557 MW en el horario del mediodía.
Las autoridades insisten en que las afectaciones se ajustarán a las condiciones operativas del SEN, pero el panorama energético sigue deteriorándose, afectando gravemente la calidad de vida de los ciudadanos en medio de la crisis estructural que atraviesa el sistema eléctrico cubano.
Preguntas frecuentes sobre el déficit eléctrico en Cuba
¿Cuál es el déficit actual de generación eléctrica en Cuba?
El déficit actual de generación eléctrica en Cuba roza los 1,900 MW, según el último informe de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE). Esta situación ha provocado apagones masivos en todo el país.
¿Cuáles son las principales causas del colapso energético en Cuba?
Las principales causas del colapso energético en Cuba son averías en unidades clave del sistema termoeléctrico, mantenimientos programados, limitaciones térmicas, y la falta de combustible y lubricantes, lo que afecta gravemente la capacidad de generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
¿Cómo afecta el déficit de generación eléctrica a la población cubana?
El déficit de generación eléctrica está provocando apagones prolongados en todo el país, afectando gravemente la calidad de vida de los ciudadanos cubanos. La falta de electricidad interrumpe tanto las actividades domésticas como los servicios básicos, generando malestar e incertidumbre en la población.
¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano para enfrentar la crisis energética?
El gobierno cubano está implementando apagones programados por bloques como medida de contingencia. Sin embargo, la falta de soluciones a largo plazo y la escasez de recursos energéticos agravan la situación, dejando a los ciudadanos con pocas esperanzas de una mejora inmediata.
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