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Un ciudadano cubano, residente en Surinam desde 2022, fue condenado a 13 años de cárcel en Santiago de Cuba por tráfico internacional de drogas, tras hallarse 300 gramos de cocaína en un sillín de bicicleta que traía en su equipaje.
Sin embargo, su hermana, Yaidarys Rodríguez Avilés, ha denunciado numerosas irregularidades en el proceso judicial y asegura que se trata de una "condena injusta" dictada sin garantías mínimas de defensa.
Versión oficialista: juicio “ejemplarizante” en medio de campaña antidrogas
Según la publicación del perfil de Facebook Héroes del Moncada, el juicio se realizó “de manera ejemplarizante, en el contexto de la Operación contra las Drogas que se desarrolla en todo el país”.
El hombre, de 33 años, fue detenido en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, cuando las autoridades descubrieron la droga en el interior de un sillín de bicicleta.
De acuerdo con esta versión, el pasajero “había recibido bienes en su equipaje de una persona en Surinam” y por transportarlos recibió 84 dólares.
La droga -300 gramos de clorhidrato de cocaína al 95% de pureza- fue hallada tras una inspección más exhaustiva.
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La persona que debía recibir la encomienda en Cuba “no fue identificada”.
La Fiscalía lo acusó como autor del delito según el artículo 20.1.2 inciso a) del Código Penal, que responsabiliza a quienes ejecutan el hecho directamente.
En concreto, fue sancionado por tráfico ilícito de drogas según los artículos 235.1 a) y 2 incisos c) y g), que contemplan penas de hasta 30 años, cadena perpetua o muerte en casos agravados.
Aunque se reconoció que el acusado no tenía antecedentes penales ni vínculos previos con drogas, se le impuso una pena de 13 años de cárcel y sanciones accesorias, como la privación de derechos y el decomiso de bienes.
La denuncia de la hermana: “Fue víctima de una trampa”
Yaidarys Rodríguez, hermana del condenado, publicó un extenso testimonio denunciando un juicio plagado de irregularidades y una versión “incompleta y sesgada” de los hechos. Asegura que su hermano fue víctima de una trampa y que jamás tuvo conocimiento de que transportaba droga.
“Durante el juicio, el tribunal negó la admisión de testigos y pruebas que habrían demostrado la diligencia y responsabilidad de mi hermano”, afirmó.
Entre esos testigos se encontraban personas que presenciaron la entrega del sillín y que habrían declarado que “el objeto estaba en perfecto estado y no daba indicios de contener nada sospechoso”.
Según Rodríguez, su hermano regresó a Cuba en condiciones precarias, presionado por la urgencia de volver antes de que se vencieran los dos años establecidos para no perder la residencia cubana.
En ese contexto, vendió parte de su equipaje y aceptó llevar algunos artículos ajenos.
“Si no hubiese sido estrictamente necesario, él habría traído medicamentos y ropa para su familia”, expresó.
También asegura que “existen pruebas y testimonios que confirman que él desconocía totalmente la existencia de drogas”.
La hermana denuncia que la droga no fue detectada por las inspecciones iniciales, ni por los perros entrenados ni por el examen manual. Solo se halló tras perforar el sillín.
Incluso un testigo de la Aduana admitió que “ni expertos con años de experiencia hubieran podido detectar la sustancia sin abrir el objeto”.
Asimismo, Rodríguez sostiene que su hermano colaboró con las autoridades para identificar al receptor de la encomienda en Cuba, pero “esa operación no se realizó y los verdaderos responsables continúan libres”.
También afirma que ya fue identificado, mediante imágenes de videovigilancia en Surinam, el remitente que le entregó la encomienda, y se compartió su identidad con la Dirección Nacional Antidrogas (DNA) y otras autoridades, desmintiendo que se trate de una persona “no identificada”.
“Mi hermano no debe ser sancionado por un delito que no cometió con conocimiento ni intención”, señaló, apoyándose en el Código Penal vigente, que exige voluntad consciente para establecer culpabilidad en casos de tráfico de drogas.
Encomiendas y “mulas a ciegas”: Una advertencia previa
Este caso se produce en un contexto en el que la Aduana cubana ha reforzado su retórica contra el narcotráfico, advirtiendo sobre el fenómeno de las “mulas a ciegas”.
En marzo, Isnavis Chacón, jefa de la Aduana del Aeropuerto José Martí, explicó que muchas personas viajan a Cuba con paquetes ajenos sin conocer su contenido, lo que ha derivado en el ingreso inadvertido de drogas al país.
“Las mulas a ciegas son personas que venden sus libras y no saben lo que traen”, alertó la funcionaria, recalcando que “el pasajero es responsable absoluto del equipaje que porta y por ello responde”.
Este discurso ha sido utilizado para justificar los juicios ejemplarizantes, a pesar de las críticas por falta de transparencia y por la desprotección legal de personas sin antecedentes ni conocimientos sobre lo que transportaban.
“La justicia no debe sacrificar inocentes por propaganda”
En su testimonio, Yaidarys Rodríguez insiste en que apoya “la lucha contra el narcotráfico que tanto daño causa”, pero exige que se respete el principio de justicia y se valore la inocencia de quien no actuó con intención delictiva.
“La justicia no debe perder su esencia ni condenar injustamente a personas inocentes”, concluye. A su juicio, la condena a su hermano fue más un acto mediático que un proceso judicial justo.
“Solicito que cualquier publicación relacionada con este caso incluya todas las voces, no sólo la versión oficial”, pidió finalmente, al tiempo que exigió que su hermano “viva en libertad y recupere su nombre y su dignidad”.
Preguntas frecuentes sobre la condena de un cubano por tráfico de drogas en Santiago de Cuba
¿Por qué fue condenado el ciudadano cubano a 13 años de prisión?
El ciudadano cubano fue condenado a 13 años de prisión por tráfico internacional de drogas, tras hallarse 300 gramos de cocaína en un sillín de bicicleta que traía en su equipaje. Sin embargo, su hermana denuncia irregularidades en el juicio y asegura que fue víctima de una trampa, ya que desconocía la presencia de drogas.
¿Qué irregularidades se alegan en el proceso judicial?
La hermana del condenado, Yaidarys Rodríguez, denuncia que durante el juicio el tribunal negó la admisión de testigos y pruebas que habrían demostrado la inocencia de su hermano. También sostiene que el acusado colaboró con las autoridades para identificar al receptor de la encomienda, pero esta operación no se realizó y los verdaderos responsables continúan libres.
¿Cuál es la postura del gobierno cubano respecto al narcotráfico?
El gobierno cubano mantiene una política de tolerancia cero hacia el narcotráfico, realizando juicios "ejemplarizantes" para disuadir estas actividades. En este contexto, las penas por tráfico de drogas pueden ser extremadamente severas, llegando hasta 30 años de prisión, cadena perpetua o incluso la pena de muerte, dependiendo de las circunstancias del delito.
¿Qué es el fenómeno de las "mulas a ciegas" en Cuba?
Las "mulas a ciegas" son personas que venden espacio en su equipaje para transportar paquetes a Cuba sin conocer su contenido, lo que ha derivado en el ingreso inadvertido de drogas al país. La Aduana cubana advierte que el pasajero es responsable absoluto del equipaje que porta, lo que ha sido utilizado para justificar juicios ejemplarizantes.
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