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La modernización del Poligráfico General José Miró Argenter, en Holguín, permitirá que los periódicos nacionales comiencen a circular a color en el oriente cubano antes de fin de año, informaron medios oficiales.
De acuerdo con un reporte de Cubadebate, la instalación de nuevas máquinas de impresión forma parte de un proceso de “transformación” en la industria gráfica nacional que abarca varias provincias, tras un acuerdo con la República Popular China para dotar a la isla de capacidades de impresión más competitivas.
Sin embargo, esta “transformación” que llevará color a las páginas de los periódicos se limitará al ámbito tecnológico pues las noticias seguirán imprimiéndose en blanco y negro, miles y miles de páginas donde la opinión publicada estará de espaldas a la opinión pública.
El director de la entidad, Carlos González Mulet, confirmó que la tirada a color de la prensa se prevé para diciembre.
Explicó además que el poligráfico holguinero se encuentra en la tercera etapa de un programa inversionista que ya tuvo como antecedentes los procesos en La Habana y Villa Clara.
Actualmente, la obra civil en Holguín tiene un avance del 50 %, aunque las impresiones no se han detenido gracias al uso de la maquinaria tradicional instalada, donde algunos consideran que los periódicos no son más que una manera solapada de vender papel sanitario.
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Con el nuevo equipamiento, la empresa prevé mejorar la calidad de productos como revistas, catálogos, libros y folletos, además de los periódicos, estos últimos, desligados por completo de la realidad social.
El poligráfico opera bajo el nombre comercial SoyGraf y forma parte de la Empresa de Periódicos.
Sus responsables afirman que la reconversión industrial abrirá posibilidades de encadenamientos productivos con nuevos actores económicos, ampliando su alcance más allá de la prensa estatal, aunque no ofreció más detalles de cuáles podría ser estas alianzas.
El portal oficialista presumió que la tecnología incorporada posee estándares de competitividad internacional, con equipos especializados en impresión plana y materiales que soportan exigencias de calidad similares a las de países con industrias gráficas avanzadas.
La inversión se inserta en un programa nacional de modernización gráfica derivado de negociaciones con China, que busca ofrecer productos con mejor acabado y aumentar la capacidad productiva.
Sin embargo, el anuncio llega en un momento en que el principal cuestionamiento de los lectores en Cuba no está relacionado con la calidad de la tinta, sino con el contenido informativo que se publica en esas páginas.
Aunque los periódicos en el oriente del país lucirán pronto más vistosos, con imágenes a color y mayor nitidez, el trasfondo sigue siendo el mismo: un sistema mediático controlado por el Estado que restringe el acceso a voces independientes y a narrativas críticas de la realidad cubana.
La modernización, por tanto, abre la paradoja evidente: más brillo en las páginas, pero el mismo discurso en el contenido.
En un reciente debate en Cienfuegos sobre la prensa oficialista, una periodista fue expulsada del encuentro tras cuestionar el papel de los medios estatales en la construcción de una narrativa alejada de la realidad cubana.
La censura interna y el rechazo a la crítica evidencian el ambiente represivo dentro del gremio periodístico oficial, donde cualquier intento de ejercer el periodismo con autonomía es rápidamente neutralizado.
Este tipo de incidentes se inserta en un panorama más amplio donde los medios oficiales parecen más enfocados en justificar el colapso del país que en fiscalizar al poder.
En lugar de ofrecer soluciones o denunciar el deterioro de la infraestructura y la economía, los periódicos recomiendan paciencia y resiliencia, perpetuando un discurso vacío que desconoce la urgencia de la crisis nacional.
En el plano internacional, Cuba fue calificada nuevamente como el peor país de América Latina en libertad de prensa, según Reporteros Sin Fronteras.
La clasificación reafirma el dominio absoluto del régimen sobre los medios de comunicación y la exclusión sistemática de voces independientes, en un contexto donde el periodismo libre es tratado como una amenaza a la estabilidad del sistema.
Además, el régimen ha incrementado el control digital sobre la información, implementando un nuevo software de monitoreo que permite identificar y bloquear contenidos considerados “subversivos”.
Esta herramienta tecnológica consolida la vigilancia sobre periodistas, activistas y usuarios comunes, reduciendo aún más los márgenes de expresión crítica tanto en medios como en redes sociales.
Preguntas Frecuentes sobre la Modernización de la Prensa en Cuba
¿Qué cambios traerá la modernización del Poligráfico General José Miró Argenter en Holguín?
La modernización permitirá la impresión de periódicos a color en el oriente de Cuba antes de fin de año gracias a un acuerdo con la República Popular China. Sin embargo, el contenido de los periódicos seguirá siendo controlado por el Estado, sin cambios en la narrativa oficial.
¿Cómo se beneficiará la prensa estatal con la nueva tecnología de impresión?
Con el nuevo equipamiento, se mejorará la calidad de productos impresos como revistas, catálogos, libros y folletos, además de los periódicos. La tecnología incorporada posee estándares de competitividad internacional, aunque el contenido seguirá alineado con las directrices estatales.
¿Qué críticas existen sobre el contenido de los periódicos en Cuba?
A pesar de la mejora visual de los periódicos, el contenido informativo sigue siendo controlado por el Estado, restringiendo el acceso a voces independientes y narrativas críticas de la realidad cubana. Esto refleja una desconexión entre la apariencia de modernización y la falta de libertad de prensa.
¿Qué otras inversiones tecnológicas se están realizando en Cuba gracias a acuerdos con China?
Además de la modernización gráfica, Cuba ha estado invirtiendo en el sector del transporte y la energía solar, también con apoyo de China. Se han adquirido microbuses para mejorar el transporte público y se han inaugurado parques solares para intentar aliviar la crisis energética.
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