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El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Cuba atraviesa una crisis sin precedentes, dejando a millones de ciudadanos cubanos enfrentando apagones prolongados que superan las 20 horas diarias.
La situación se tornó especialmente crítica el miércoles, un día marcado por una interrupción total del suministro durante 24 horas, que se extendió hasta la madrugada de este jueves.
Según reportó la Unión Eléctrica, la máxima afectación se registró a las 8:40 pm, con un déficit de 1906 MW, una cifra que superó ampliamente los 1870 MW planificados, debido a la falta de disponibilidad de la Unidad 3 de la CTE Renté y la salida inesperada de la Unidad 6 de Energás Jaruco.
A primera hora de esta mañana, la capacidad disponible del SEN apenas alcanzaba 1640 MW, frente a una demanda de 2800 MW, lo que dejó un déficit de 1190 MW y prolongó los cortes en numerosas provincias.
La media de la jornada no mejora la situación: se estimaba una afectación de 1150 MW, evidenciando la incapacidad del sistema para sostener un suministro mínimo estable.
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Las causas de esta catástrofe energética son múltiples y reflejan la gestión ineficiente y negligente del gobierno.
Averías en unidades clave, como la Unidad 2 de la CTE Felton, las 3 y 5 de la CTE Renté y la 5 de Mariel, se suman a mantenimientos programados que dejan fuera de servicio a varias plantas, como los bloques 1 y 2 de la CTE Santa Cruz y el 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos.
A esto se añaden limitaciones térmicas que mantienen 387 MW fuera de operación.
La falta de combustible y lubricantes agrava aún más la crisis: 68 centrales de generación distribuida, que podrían aportar 478 MW, permanecen inoperativos, mientras que otros 160 MW están fuera de servicio por carencia de lubricantes, totalizando 638 MW afectados únicamente por estas deficiencias.
La consecuencia es clara: un sistema eléctrico al borde del colapso, que deja a la población a merced de apagones impredecibles.
El pronóstico para las horas de máxima demanda no es alentador.
A pesar de que se espera la entrada de algunas unidades de la CTE Renté, con 50 MW cada una, la demanda máxima proyectada es de 3480 MW, mientras que la disponibilidad apenas alcanzará 1740 MW, lo que implica un déficit estimado de 1810 MW durante el pico.
En otras palabras, la situación crítica continuará y los apagones se mantendrán de forma generalizada, sin soluciones inmediatas a la vista.
Aunque los 32 nuevos parques solares fotovoltaicos aportaron 3188 MWh durante la jornada, con un máximo de 565 MW, esta contribución es insuficiente para compensar la caída de la generación térmica y cubrir la demanda del país.
En La Habana, por ejemplo, el servicio eléctrico fue interrumpido el miércoles durante las 24 horas, con un registro máximo de 341 MW a las 8:50 pm, afectando los seis bloques de suministro y dejando sin cumplimiento la programación inicial.
La crisis energética de Cuba, reflejada en estas cifras, evidencia una gestión irresponsable y poco efectiva por parte de las autoridades, incapaces de garantizar un suministro básico para la población.
La escasez de mantenimiento, la falta de planificación y la dependencia de equipos envejecidos y limitados siguen manteniendo a la Isla sumida en la oscuridad, con apagones prolongados que afectan la vida diaria, la economía y los servicios esenciales.
El miércoles quedó marcado como un ejemplo de la precariedad del SEN, y las perspectivas para los próximos días no muestran mejoras significativas.
Mientras la población sufre las consecuencias, el gobierno continúa sin ofrecer respuestas claras ni medidas urgentes que puedan revertir esta situación que se ha vuelto crónica.
Preguntas frecuentes sobre la crisis energética en Cuba
¿Cuál es la situación actual del sistema eléctrico en Cuba?
El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Cuba está al borde del colapso, con apagones prolongados que superan las 20 horas diarias. El déficit de generación eléctrica es uno de los más altos registrados, alcanzando hasta 1906 MW en momentos de máxima demanda. Esta crisis energética se debe a una combinación de averías en las plantas, falta de mantenimiento, escasez de combustible y negligencia gubernamental.
¿Qué factores han contribuido a la crisis energética en Cuba?
La crisis energética en Cuba se debe a múltiples factores, incluyendo la obsolescencia de las plantas termoeléctricas, la falta de inversión en infraestructura, la escasez de combustible y lubricantes, y un mantenimiento inadecuado de las instalaciones. Además, la gestión ineficiente y negligente del gobierno ha agravado la situación, dejando a la población sin un suministro eléctrico estable.
¿Cómo están afectando los apagones a la vida diaria en Cuba?
Los apagones están afectando gravemente la vida diaria en Cuba. La falta de electricidad impide la refrigeración de alimentos, la cocción, el uso de equipos eléctricos básicos y el acceso a servicios digitales. Esto genera un clima de desesperanza y malestar social, afectando también a los servicios médicos, pequeños negocios y la infraestructura urbana del país.
¿Qué papel juegan las energías renovables en la crisis energética cubana?
Aunque se han incorporado nuevos parques solares fotovoltaicos, la energía generada por fuentes renovables sigue siendo insuficiente para compensar la caída de la generación térmica y cubrir la demanda del país. Los 32 nuevos parques solares aportan parcialmente al sistema, pero no logran cubrir el déficit significativo de generación que enfrenta Cuba.
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