María Victoria Gil, hermano del exministro de economía Alejandro Gil, ha acusado al régimen cubano de “irrespetar” al pueblo al ocultar los detalles del juicio contra uno de los hombres que, durante años, fue figura clave del Gobierno.
La abogada y expresentadora televisiva ha justificado su decisión de hablar públicamente tras meses de presiones y silencio impuesto sobre su familia.
“Hablo porque yo tengo la verdad en la mano y porque me parece increíble que priven al pueblo del derecho absoluto que le asiste de conocer las interioridades de un juicio que se sigue por delitos económicos, por corrupción, por lavado de activos, por tráfico de influencias, entre otros delitos”, declaró en entrevista con el periodista Mario J. Pentón para Martí Noticias.
Desde el extranjero, donde reside, la hermana del exministro ha subrayado que en países democráticos como España, incluso los procesos judiciales contra altos cargos son públicos.
“El pueblo de Cuba tiene derecho. Yo vivo en España, me entero día a día de todos los pormenores de los juicios que se celebran aquí, el fiscal general fue inhabilitado por dos años, y todo se hizo público y es el fiscal general… de España”, apuntó.
“¿Qué sucede con Cuba? ¿Por qué irrespetan de esa manera a un pueblo sacrificado que lucha, sufre, diariamente, por qué le privan del derecho soberano que le asiste de conocer las interioridades de un caso mediático como es este y de la corrupción que haya podido cometer uno de los ministros más importantes del país?”, cuestionó.
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Secretismo absoluto y juicio a puertas cerradas
El segundo juicio contra Alejandro Gil concluyó el pasado sábado en el Tribunal de Marianao, en La Habana, sin cobertura oficial ni una sola nota en el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana.
Se le juzgó por delitos de malversación, evasión fiscal, tráfico de influencias y lavado de activos.
María Victoria Gil denunció que ni la prensa oficial ni los ciudadanos han tenido acceso a ninguna información.
“La población no ha tenido ni siquiera la información a través del noticiero nacional de televisión… Es una falta de respeto hacia el pueblo de Cuba”, sentenció.
Agregó que el juicio duró cuatro días y ya está concluso para sentencia, pero que toda la información se ha manejado con “secretismo absoluto”, a tal punto que los propios hijos de Alejandro Gil solo pudieron asistir tras firmar un acuerdo de confidencialidad.
Uno de los elementos más explosivos de su testimonio fue la confirmación de que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel compareció como testigo de la acusación contra Alejandro Gil.
“El presidente de la República de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel, ha comparecido al juicio contra mi hermano como testigo de cargo. Testigo de cargo es testigo de la acusación”, remarcó.
La revelación resulta especialmente controvertida, dada la relación personal y política que unía a ambos.
“Eran uno, eran uno. Mi cuñada me decía ‘es que se adoran, no pueden vivir el uno sin el otro’”, dijo María Victoria.
“Y ahora, simplemente por limpiar su imagen tan dañada nacional e internacionalmente, es capaz de comparecer contra mi hermano como testigo de cargo en un juicio por corrupción. Me parece vergonzoso”, añadió, calificando la conducta del mandatario como una traición personal y política.
Recordó que incluso después de su destitución en febrero de 2024, Díaz-Canel lo felicitó públicamente por su “excelente trabajo” y lo invitó a seguir trabajando por la revolución.
“Mi hermano es el chivo expiatorio”
Aunque reconoce que su hermano cometió delitos económicos, María Victoria Gil denunció que está siendo utilizado como cabeza de turco para exculpar al sistema.
“Sé que mi hermano cometió delitos de índole económica… El poder corrompe, y cuando estás en un círculo corrupto, el medio te va llevando sin darte cuenta”, admitió.
“Es imposible que toda esta corrupción haya ocurrido y solo caiga Gil… Los importantes han ido desapareciendo por el camino y solo quedan pequeños niveles. Aquí el único que está pagando por todo es Alejandro Miguel Gil Fernández”, denunció.
En sus palabras, el proceso judicial ha sido una operación política de la cúpula para “lavar su imagen” mientras se castiga a un funcionario que fue parte estructural del aparato de poder.
Presiones familiares y la amenaza de perderlo todo
Según la hermana del exministro, la familia ha recibido presiones para guardar silencio.
“Mi sobrina me rogó: ‘tía, por favor, no hables más, que eso en lugar de ayudar perjudica a mi padre’”, relató. Sin embargo, decidió hablar:
“El pueblo de Cuba tiene derecho”, insistió.
Entre las posibles consecuencias del proceso se encuentra la pérdida de la vivienda familiar.
“Se ha manejado en el juicio la confiscación de la casa donde ahora vive la familia. Esa casa se la dieron a mi hermano a través de una permuta estatal”, explicó María Victoria, quien fue parte activa en la gestión de esa vivienda, heredada de sus padres y luego canjeada por una propiedad en Miramar.
“No es una casa mal habida (…) No le pueden quitar la casa”, protestó, aunque reconoció: “eso es Cuba, se la van a quitar, porque en las dictaduras no hay derechos”.
“¿Dónde están ahora los que lo honraban?”
María Victoria también cuestionó el abandono de los antiguos aliados y beneficiarios del poder que rodeaba a su hermano.
“¿En qué momento de estos duros años han ido a ver a mi hermano a la cárcel, o han preguntado a mi familia si está bien?”, se preguntó, antes de denunciar que “los que antes lo honraban y le pedían favores, hoy no están”.
Pese al hermetismo institucional, María Victoria ha decidido que no dejará de hablar ni de reclamar justicia.
“Anuncio que llevaré este caso hasta las últimas consecuencias, incluso a la Corte Internacional de Justicia. Y si se prueban delitos económicos, que caigan con él todos los que tengan que caer”, afirmó.
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