Cuba continúa sumida en una de las peores crisis sanitarias de los últimos años, mientras el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) intenta transmitir una imagen de control que contrasta con la gravedad de los datos ofrecidos este martes en la televisión nacional.
Según la viceministra Carilda Peña García, nueve menores de edad permanecen en estado crítico por arbovirosis -principalmente chikungunya y dengue-, en un contexto marcado por el colapso hospitalario, la escasez de insumos y el creciente número de enfermos en todo el país.
Aun así, Peña García insistió en un tono optimista, calificando como "positiva" la evolución de los pacientes críticos, pese a que 71 personas permanecen graves o en estado crítico, incluidos los nueve menores de 18 años reportados.
Según dijo, estos niños se encuentran "críticos estables" y "no deberían tener un compromiso para la vida", una afirmación difícil de sostener en un contexto donde la falta de recursos básicos ha sido denunciada reiteradamente por trabajadores de la salud y familiares de pacientes
La dirigente informó que el lunes fueron atendidos 2,069 pacientes con síndrome febril, alrededor de mil menos que el día anterior.
Sin embargo, la disminución no parece asociarse a una mejoría epidemiológica, sino más bien a la incapacidad del sistema de salud para recibir a todos los enfermos y a la extendida práctica del ingreso domiciliario, una medida que reduce presión sobre los hospitales pero deja a miles de pacientes sin supervisión médica adecuada.
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Aunque Peña aseguró que Cuba podría estar entrando en una "etapa de control" de las arbovirosis, sus propias cifras reflejan un escenario distinto: 324 nuevos casos de chikungunya confirmados como sospechosos en la última jornada, con mayor incidencia en Cienfuegos, Pinar del Río, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila y Granma.
El país acumula 42,339 casos reportados, de los cuales solo 1,462 han sido confirmados por PCR, lo que deja en evidencia las limitaciones del sistema para diagnosticar de manera precisa.
Un país que se hunde entre epidemias, hospitales deteriorados y cifras oficiales cuestionadas
La comparecencia de Peña ocurrió apenas un día después de que el propio régimen actualizara a 44 las muertes oficiales por arbovirosis, la mayoría asociadas al chikungunya.
Entre ellas, ocho a menores de edad, un reconocimiento que llega tras semanas de retrasos en los reportes y de desmentidos previos ante denuncias de casos graves en diversas provincias.
La cifra, sin embargo, es ampliamente cuestionada por la población y el personal médico, en un país donde la transparencia informativa es casi inexistente.
Tanto familiares como sanitarios han advertido sobre muertes no registradas de manera oficial, pacientes que no reciben atención a tiempo y brotes que se extienden sin control por barrios donde hace meses no pasa una campaña antivectorial.
Pese a ello, la viceministra volvió a culpar indirectamente a la ciudadanía, exhortando a reforzar el "autofocal" en los hogares y a denunciar irregularidades en las fumigaciones.
Pero evitó mencionar la escasez de insecticidas, combustible o personal técnico, problemas señalados por brigadistas en distintas provincias.
Un sistema sanitario colapsado
La epidemia se desarrolla en un momento en que los hospitales cubanos enfrentan una crisis estructural profunda, con salas sin agua potable, falta de analgésicos y antibióticos, déficit de camas, laboratorios sin reactivos y plantillas vacías por la migración masiva de médicos y enfermeros.
Los policlínicos aplican criterios estrictos para realizar pruebas, muchos centros solo pueden proporcionar diagnóstico clínico, y miles de familias tratan la fiebre de sus hijos con remedios caseros ante la inexistencia de medicamentos.
La situación se ha agravado no solo por el aumento explosivo de contagios, sino también por la acumulación de meses de negligencia institucional, campañas de prevención incompletas y ausencia total de estrategias efectivas para enfrentar los brotes.
Semanas de ocultamiento y un reconocimiento tardío
Desde octubre, el MINSAP ha ido admitiendo de forma fragmentada las muertes por dengue y chikungunya, luego de semanas de silencio institucional.
Primero fueron tres fallecimientos, luego 33, y ahora 44. En cada actualización, la disparidad entre los reportes oficiales y las denuncias ciudadanas es mayor.
Mientras tanto, la epidemia continúa cobrando vidas, golpeando especialmente a niños y gestantes, y dejando al descubierto la precariedad de un sistema sanitario que por décadas fue presentado como un logro del modelo cubano y que hoy apenas logra sostenerse.
La declaración de Peña, lejos de tranquilizar, confirma una crisis sanitaria que no deja de crecer y que se desarrolla en un país donde la población se siente cada vez más abandonada y desprotegida.
Preguntas Frecuentes sobre la Crisis Sanitaria en Cuba por Chikungunya y Dengue
¿Cuál es la situación actual de la crisis sanitaria en Cuba por chikungunya y dengue?
Cuba enfrenta una de las peores crisis sanitarias de los últimos años, con un colapso hospitalario, escasez de recursos y un alto número de casos de chikungunya y dengue. Según el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), hay 42,339 casos reportados, con solo 1,462 confirmados por PCR. La situación es particularmente grave para los menores, quienes representan una gran parte de los pacientes en estado crítico.
¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano para controlar la epidemia?
El gobierno cubano ha implementado campañas de fumigación y control vectorial, aunque las medidas son insuficientes debido a la falta de insecticidas y personal técnico. Las autoridades también promueven el "autofocal" en los hogares para reducir los criaderos de mosquitos, pero estas acciones han sido criticadas por su ineficacia y por responsabilizar a la población en lugar de mejorar la infraestructura de salud pública.
¿Por qué la crisis sanitaria en Cuba se ha agravado tanto?
La crisis se ha agravado debido a la escasez de recursos médicos, falta de personal y una infraestructura hospitalaria deteriorada. Además, la falta de transparencia en los datos oficiales y el retraso en la comunicación de la gravedad de la situación han contribuido al empeoramiento de la crisis. La población denuncia la falta de medicamentos y la saturación de los servicios de salud, lo que deja a muchas familias sin atención médica adecuada.
¿Cuál es la incidencia de chikungunya y dengue en los menores de edad en Cuba?
Los menores de edad son uno de los grupos más afectados por la epidemia. Según los informes, la mayoría de los pacientes críticos en terapia intensiva son menores de 18 años. Las complicaciones derivadas de estas enfermedades están causando muertes infantiles, lo que resalta la urgencia de una respuesta sanitaria más efectiva y con mayores recursos.
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